JUAN BAUTISTA CAPURRO(1798 - 1872)
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El texto
que presentamos
en
edición digital sobre la vida de Juan Bautista Capurro
Consigliere fue publicado por Raúl Capurro Castells
en Montevideo en 1982 (Estudios
Gráficos
de CBA s.r.l. Juan Carlos Gómez 1439). Raúl
Capurro Castells era hijo
de Juan Capurro Ruano (rama de Federico Capurro) y Elina Castells. La
hija de Raúl
Capurro Castells,
Magdalena Capurro Stemmer, es la heredera de este
documento y co-editora de este sitio junto con Rafael Capurro Fonseca. Juan
Capurro Ruano era hermano de Haroldo Capurro Ruano quien se
casó con
Elida Etchegaray. Su hijo Mario Capurro Etchegaray y Raquel
Fonseca Piaggio son los padres de Rafael
Capurro Fonseca, co-autor de este sitio. Recomendamos este
artículo en Wikipedia sobre el barrio Capurro. De acuerdo a la
información de la Parrocchia S. Ambrogio (Voltri),
Giovanni Battista Capurro nació el 19 de Febrero de 1798.
Algunos datos fueron completados gracias a diversas fuentes familiares
así como a la colaboración del Arq. Marcelo Payssé. |
La primera
edición de este trabajo fue publicada, en edición
familiar, en 1970. No se
trata de una investigación histórica que el autor no
tiene capacidad ni
experiencia para realizar; se trata más bien de una modesta
recopilación de
datos, que fue iniciada originalmente porque un biznieto de Juan
Bautista
Capurro se sorprendió por la falta de conocimientos que
tenían sus parientes
sobre la persona y la vida del marino genovés ("capitano di
longo
corso"), que se afincó en el país a principios del siglo
pasado y fundó
una familia que se ha ramificada notablemente. Todavía, pese a
sus pacientes empeños, le faltan al autor datos importantes
sobre el tema, pero
cree que por primera vez se han ordenado las informaciones disponibles,
lo que
fue motivo para la primera edición. En ésta se han
corregido numerosos errores
y bastantes omisiones de aquella. Es de creer que interese a sus
numerosos
descendientes de varias generaciones (y quizá a alguna otra
persona), leer
estas páginas sobre la personalidad del "cavaliere" Capurro [condecoración en 1859 de la Orden
Religiosa y Militar de
los Santos
Mauricio y Lázaro], que
fue
un hombre de progreso en épocas difíciles, estuvo
vinculado a actividades
fundamentales que han dejado huella en el país y dejó su
nombre a un barrio de
la ciudad.
Juan Bautista Capurro era
marino
mercante. El 25/1/819, el gobierno de Turín, donde estaba
entonces la capital
del reino, le expidió la patente de "capitán de gran
cabotaje", No.
1.071 de CAPURRO GIOBATTA D'ALBERTO, nativo de Voltri, de acuerdo
con los reglamentos respectivos y en razón de haber demostrado
los
conocimientos técnicos necesarios y la aptitud moral requerida,
contando la
edad exigida de 24 años. La patente es expedida por orden del
Secretario de
Guerra y Marina de Vittorio Emanuele per
Grazia di Dio Re di Sardegna, di Cipro, e di Gerusalemme, Duca di
Savoja, e di
Genova, Principe di Piemonte ec. ec. ec." (Documento
propiedad de la familia Capurro-Aguirre).
En los registros de Lloyds
de
Londres figura con anterioridad como armador de los bergantines de
madera
"Annina", "Amalia" y otros, los que se cree viajaron al Mar
Negro por cargas de trigo. Seguramente navegaba en ellos
también, pero, en todo
caso, era capitán del barco en que arribó a Montevideo (quizá
el "Esmeralda"), en
fecha que no se conoce exactamente. Esa radicación en
nuestro país tiene
que haber sido anterior a 1829, pues en ese año figura como
miembro de la
Masonería Oriental, lo que hace presumir que estaba en
Montevideo desde algún
tiempo antes.
Vista de la ciudad y puerto de
Montevideo tomada desde el NO, 1826. Después se
vinculó por
matrimonio a la familia Castro y aparentemente dejó de navegar,
dedicándose a
sus negocios exclusivamente; aunque, como después se
verá, prosiguió en
actividades relacionadas con el tráfico
marítimo.
No tuvo
actuación pública, pero era una persona importante en la
colectividad italiana,
(muy numerosa ya entonces), en representación de la cual fue
designado por el
Gobierno en 1870 para integrar la Comisión de Comerciantes y
Propietarios, en
la que actuó poco tiempo. También formó parte del
grupo fundador del Banco
Italiano, el Ferrocarril Central, el Hospital Italiano, la
Compañía de Aguas
Corrientes y el Teatro Solís, en unión con notorias
figuras de la época,
manteniendo además sus propias empresas. J.B.C. vivió
primero en la "Ciudad Vieja", donde nacieron sus
hijos mayores. El 17 de julio de 1853 hubo una fiesta en su casa de la
calle
Piedras e Ituzaingó que, según cuenta el Licenciado
Peralta en
"Resonancias del Camino" estaba a las nueve y media de la noche toda
iluminada. Después construyó una hermosa casa en la calle
Capurro esq. Gutiérrez,
en las proximidades de lo que había sido antes el Caserío
de los Negros, con
macetones de mármol de Carrara sobre cada uno de los pilares de
la verja. Allí
vivió con su familia y numerosos agregados hasta su muerte,
frente al panorama
de la bahía y de los barcos. Esa propiedad, que formaba parte de
los terrenos
de "La Meca", pasó
luego a su hijo menor Eduardo y se vendió posteriormente,
habiendo sido
demolida la casa para edificar una
moderna escuela.
Durante su vida de
intenso
trabajo consiguió acumular una cuantiosa fortuna: el total de
los bienes que
dejó, fue tasado en cerca de 900.000 pesos, lo que era
considerable en el año
1872. Es de hacer notar que no dejó campos en herencia: sus
inversiones eran
todas inmobiliarias urbanas o financieras Infortunadamente se ha
perdido
el archivo de sus papeles, que eran muchos según el inventario
de la
testamentaría. Su correspondencia personal y comercial
podría haber dado muchos
datos de interés. Las pocas cartas que se conservan de
él, lo revelan como
hombre de cierta cultura, en razón de la soltura de la letra y
la corrección de
la redacción y la ortografía. Escribía tanto en
italiano como en español. Hay dispersos numerosos
testimonios de su generosidad, ejercida en beneficio de la causa de la
unificación italiana (ayudó a Garibaldi a armar el
barco en que éste regresó a su patria) y de
la colectividad italiana en el Uruguay, como se demuestra en su
donación al
Hospital Italiano. En cuanto a su
carácter, hay un
significativo episodio transmitido por tradición de la familia.
Parece ser que
accedió a dirigir la maniobra de colocar la estatua de La
Libertad sobre su
columna en la plaza Cagancha. Cuando estaban en plena tarea
llegó un militar de
alta graduación y empezó a dar algunas indicaciones sobre
la manera de realizar
el difícil trabajo. J.B.C. le habría dicho que los
militares mandaban en el
Fuerte, pero que él lo hacía en la plaza; y que si
alguien más iba a
intervenir, él estaba de más. Y el militar fue quien se
retiró.
Nota: La estatua de
la
Libertad es obra del escultor italiano José Livi y fue
erigida
el 20 de febrero de 1867. En realidad es una imagen de la Paz, pero
siempre se la llamó Libertad (RC) Hay bastante
documentación
gráfica sobre su aspecto físico. Además del
óleo de Cayetano Gallino, que (poco
fiable porque este artista acostumbraba a embellecer a sus modelos),
hay varias
fotografías y un retrato de un pintor desconocido muy parecido a
ellas (óleo
propiedad del autor). Por lo que se vé, era hombre de estatura
más bien baja,
pero robusto, con cabeza grande y cara ancha con frente amplia, cabello
castaño, ojos claros (como muchos de sus descendientes) y
grandes patillas al
estilo de la época. Una foto en que está con su esposa y
su hijo menor lo
muestra sentado y en atuendo de ceremonia con yaqué,
plastrón y la medalla de
la orden a la que pertenecía. Los padres de Juan Bautista Capurro
Consigliere
fueron
Alberto Capurro y Magdalena Consigliere (también figura como
Consigliero o
Concillera en partidas de la Iglesia Matriz), que se casaron
posiblemente en
Génova en fecha que se ignora. Alberto Capurro vivió
aparentemente en Voltri y
murió también en ese pueblo cercano a Génova el
16/6/862. Hubieron otros tres
hijos del matrimonio Alberto Capurro y Magdalena Consigliere: Todos los nombrados se radicaron
posteriormente en
Montevideo. Pietranera mandó barcos de J.B.C. y Carlos Germano
Rossi, fue su
asociado en
negocios; en cuanto a Césare, trabajó primero en la
destilería de alcohol de
Capurro y luego en Salud Pública. Las mencionadas sobrinas
recibieron pensiones
a la muerte de su tío en 1872. Carlos
Germano Rossi, casado con Marina Capurro Consigliere fue uno de
los fundadores de la
Compañía Oriental de Seguros Marítimos.
Su hijo, Alberto Rossi Capurro (1838-1909) vino desde Andalucía
casado con Luisa (“Eloísa”) Jackson (de Gibraltar,1846-1904) y
con su hijo
español Carlos Leoncio Rossi Jackson. Éstos se instalaron
en el barrio Capurro
en una fracción de tierra de “170 varas” en la ubicación
exacta de la Calle
Capurro No 45 esquina Pasaje Rossi. Según la tradición
oral, éstos habían sido
"gente de teatro". “Eloísa” Jackson era artista y gustaba mucho
de escribir. Se
cuenta con un registro de sus escritos por un período de 20
años
aproximadamente, mencionando cuando se instalaron en el barrio Capurro
y su
relación con Juan Alberto Capurro (en ese entonces Ministro de
Educación y
Cultura, 1891 -1893). El "Pasaje Rossi" fue un camino que la familia
Rossi Capurro abrió para llegar a la costa más
fácilmente.
Carlos Rossi Jackson (1865-1937) se casó en esa misma casa
con Carolina Carrasco y tuvieron 10 hijos. De esos hijos, sólo
su penúltimo
hijo Conrado Rossi Carrasco tuvo un solo hijo, varón,
que continuó
con el apellido Rossi. Subsiste este hijo, dos nietos y una nieta y de
sus bisnietos
hay sólo un Rossi varón para transmitir el apellido
proveniente de esa estirpe. [Datos de la
familia Rossi proporcionados gentilmente por Mónica Rossi, RC]
El primer documento de
fecha
cierta existente es la patente de capitán expedida en 1819. En
ella se dice que
se le concedía por tener 24 años cumplidos de edad, lo
que no coincide con los
datos anteriores.
Sepulcro de la Familia Capurro
con símbolos
masónicos En la Iglesia Matriz
(libro 8,
folio 11) está la partida de casamiento de Juan Capurro, nacido
en Génova, hijo
de Alberto Capurro y Magdalena Consellera, con Prudencia de Castro,
nacida en
Montevideo, hija de Agustin de Castro y
María Genoveva Castro,
en fecha
4/10/836. Giovanni Battista Capurro - Prudencia de
Castro
Oleo de Cayetano Gallino (1804-1884) Propiedad de la Sra. Elvira Mousqués de Capurro
PRUDENCIA
DE CASTRO DE CAPURRO (1821-1888) Tenía solamente 15
años cuando
se casó con J.B.C., quien debía contar cerca de 40 en
1836. Se dice que su
padre la llamó un día a la sala y le presentó un
caballero de grandes patillas,
diciéndole: Prudencia, he resuelto que te cases con este
señor. Pudieron vivir muy
confortablemente dada su posición económica y deben haber
viajado más de una
vez a Europa, ya que el hijo menor Eduardo, nació en Génova en 1853. Tanto
éste como su hermano Agustín
perdieron la razón en su juventud. Ambos cónyugues
fueron
retratados por el pintor Gallino, que también lo hizo con gran
cantidad de
figuras del Montevideo de ese tiempo. (Cuadros, propiedad de la
familia Capurro-Mousqués). A la muerte de su marido,
viajó
a Italia para hacer atender y cuidar a sus hijos incapaces, de los
cuales
Agustín era de tipo violento. Se ignora la fecha del viaje, del
cual ya no
regresaría, pero en 1881 estaba instalada en Milán, según
carta de ese año a su nuera Elina Charry de
Capurro. Primero vivió en una villa de Fiésole,
próxima a Florencia, y luego se mudó a Milán,
donde tenía un gran departamento en Porta Romana 100.
Allí la visitaron sus
hijos Juan Alberto y Federico quedando el último
acompañándola varios años con
su esposa Ema Ruano de Capurro y sus hijos Juan Bautista, Federico, Ema
y
Haroldo (Olga nació allí en 1886). Agustín Capurro
murió en la misma ciudad en
1885. Finalmente Doña Prudencia pasó a vivir en Monza, cerca del
sanatorio donde internó a su hijo menor
Eduardo y donde éste murió muchos años
después. Federico regresó a Montevideo
con su familia, debido al mal estado de los negocios familiares. Un mes
después
(4/4/888) murió Doña Prudencia de un ataque cerebral
cuando tenía alrededor de
67 años. Durante su vida de casada
reunió
un hermoso conjunto de muebles, porcelanas, platería y joyas,
parte de lo cual
está todavía en la familia. Se advierte que era mujer de
gusto refinado.
Después de su entierro, su viejo mucamo Vicenzo viajó a
Montevideo con las
joyas y otras cosas, trayendo además dos urnas con las cenizas
de ella y de
Agustín. Vicenzo sirvió luego en la casa de Federico
Capurro Castro. Según la tradición, Doña Prudencia fumaba cigarros de hoja y tomaba rapé. Era muy sorda y sus familiares tenían que escribirle en vez de decirle las cosas. Por sus cartas desde Italia a sus hijos, se vé que pasó una vejez infeliz debido a sus hijos dementes.
Juan Alberto nació
en Montevideo el 17/3/841 (Iglesia Matriz, libro 23, folio 82).
Murió en
Montevideo el 29/11/906 y fue enterrado con Honores de Estado.
Había
sido diputado, senador, ministro de Educación y Cultura
(1891-1893) de Herrera y Obes,
ministro de Fomento de Batlle y Ordóñez y factor
importante de la construcción
de los ferrocarriles, de la red de carreteras y del puerto de la
capital. Fue
en especial un arquitecto notable,
graduado en Turín, autor de hermosos edificios como el Palacio
Santos, la quinta de Raffo, la
casa de Carlos de Castro en la calle Bartolomé Mitre, la casa de
Agustín de
Castro en la calle 25 de Mayo, etc. También realizó el
primer catastro de la
ciudad y fue además un progresista industrial. En el "Diccionario Uruguayo de
Biografías de 1810 a 1940" (Editorial Araminda, Montevideo 1945,
págs. 279-280) el autor Dr. José M. Fernández
Saldaña escribe: "CAPURRO, JUAN ALBERTO Ministro
de Estado, legislador, ingeniero, arquitecto y hombre de empresa. Prudencio
Agustín
nació en
Montevideo el 8/8/842 (Iglesia Matriz, libro
23, folio 180) y murió en Milán el 18/1/885, sin dejar
descendencia. Luis Federico nació
en Montevideo el 2/10/843 (Iglesia Matriz, libro 24, folio 146),
figurando
también inscripto en la Iglesia San Francisco (libro 24, folio
156). Murió en
Montevideo el 10/10/905 en la quinta de Haedo de la calle Lucas Obes,
donde
residía entonces con su familia. Fue diputado, senador, miembro
del Consejo de
Estado, del Banco Nacional y del Banco de la República, fundador
y primer
gerente de la Caja Nacional de Ahorros y Descuentos, creada para
impedir la
usura sobre los sueldos de los funcionarios públicos y actuar
como Monte de
Piedad. Tuvo establecimiento de campo con viñedos en el paraje
ahora denominado
Margat y una hermosa quinta en Santa Lucía (Dpto. de Canelones) y se
asoció con su hermano Juan Alberto en diversas empresas
industriales. Fue
además pintor
y
fotógrafo de gran calidad. Luis
Federico Capurro de Castro y Ema Ruano de Arteaga Eduardo Pedro
Pablo (Edoardo Pietro
Paolo)
nació en Génova el 1/2/853
(Parroquia de Na. Signora delle Vigne, No. 31). Murió en Monza (Italia) el
30/6/927 sin dejar descendencia. Los hermanos Capurro Castro fueron enviados desde niños a Italia. Estuvieron primero en el colegio de los Padres Escolapios de Savona y después pasaron Juan Alberto y Federico a la Real Escuela de Bellas Artes de Turín, donde el primero se recibió de ingeniero-arquitecto. Federico no terminó los estudios, dedicándose tal vez a su vocación pictórica. Ver aquí. De la época de los
estudios en
Italia es el retrato al óleo donde aparecen Juan Alberto,
Agustín y Federico
con el sacerdote Degrossi, que era su preceptor. (Cuadro del pintor
Angelo
Pogessi di Roma, 1859, propiedad de la familia Muñoz del
Campo-Capurro).
Por escritura que
autorizó el
Escribano Salvador Tort el 29/12/837, Juan Bautista Capurro, en
condominio con
José Lapuente, adquirió en 2.000 patacones de
Tomás Basáñez una extensión de
terreno situada en la margen izquierda del arroyo Miguelete en su
desembocadura
en la bahía de Montevideo y con un amplio frente sobre la misma
bahía (llegaba
por el este hasta el paraje conocido por el Caserío de los
Negros). Esos
terrenos los hubo Basáñez por donación de Teodora
Cuenca, quien a su vez los
compró al Gobierno por escritura autorizada por el Escribano
Francisco Araucho
el 2/5/832. Existe un expediente del
año
1840, en el que Juan Bautista Capurro solicitaba se le adjudicara una
restinga
de piedras y terrenos submarinos con frente a su propiedad, pero no se
dictó
resolución al respecto. En el año 1861,
Juan Bautista
Capurro se presentó al Gobierno pidiendo autorización
para construir un muelle
y demás obras accesorias sobre la bahía, destinado a
lastrar los buques de
ultramar, frente a los terrenos de su propiedad situados en la margen
izquierda
del arroyo Miguelete y con frente a la bahía. El permiso fue
concedido por
decreto del Ministerio de Hacienda de 7/2/861. En el año 1872
(exp.No. 160), se
presentó al Gobierno denunciando terrenos submarinos frente a su
propiedad, en
la parte comprendida entre la rambla Sud-América en
construcción entonces y la
orilla del río proyectada. Esta gestión terminó
con la escritura autorizada por
el Escribano Tomás de Tezanos en 21/12/888 por la cual se
reconocía la
propiedad de 22.640 mts.2 que resultaban excedente del área
fiscal denunciada. La
escritura fue hecha a favor de Juan Alberto, Federico y Eduardo Capurro
por
haber fallecido ya Juan Bautista Capurro y su esposa. La manzana de terreno
donde
estaba el muelle (cuyos restos todavía existen) fue adjudicada
posteriormente a
Eduardo Capurro y vendida a la muerte de éste por sus herederos,
a Juan
Restelli, quien tuvo algunas dificultades para probar la salida fiscal
de esa
parte de "La Meca", resolviéndose el asunto recién en
1937
(Ministerio de Hacienda, carpeta No. 919) con la comprobación
que la salida
fiscal ya había ocurrido en 1832. En otra parte de los
terrenos
tenían su ubicación en tiempos de Juan Alberto y Federico
Capurro, la Gran
destilería Oriental y la Cervecería Germania, que fueron
vendidas después. En cuanto al resto de las
tierras presumiblemente habían sido vendidas poco a poco. En
todo caso, lo
adjudicado de ellas a Eduardo Capurro fue la manzana referida sobre el
mar y el
predio ocupado por la quinta de Juan Bautista Capurro. El autor se ha extendido
en
detalles sobre esta propiedad porque no solamente era un centro
importante de
la actividad de Juan Bautista Capurro, sino también porque en
ella tenía su
casa, todo lo cual hizo que la calle que va desde Agraciada hasta la
playa se
llamara también Capurro, lo mismo que el barrio. El nombre
original de "La Meca" ha sido completamente olvidado por las
generaciones siguientes. En una época, la playa era la
más concurrida de
Montevideo, lo mismo que el parque que hizo la compañía
de tranvías, con su
famosa pista de patinaje. Después Capurro perdió su playa
y se transformó en un barrio
industrial y de edificación modesta, aunque sin perder
naturalmente su
hermoso panorama de la bahía. Siguió navegando
por lo menos
hasta 1830, pues en enero de ese año declaró en la
Capitanía de Aduana que unos
días antes el barco "Penguin" del que era capitán
había sido "sorprendido
por un fuerte viento soplando del W y del SW, descubriéndose
entonces que la
embarcación hacía agua". No se sabe si
continuó
activamente en la marina después, pero hay numerosas noticias
sobre su
actuación como armador o consignatario marítimo: Anuncio
en "El
Nacional" de 24/9/835: "Para
Génova en derechura saldrá sin falta a fin de mes el muy
velero, forrado y
clavado en cobre, bergantín "Príncipe Eugenio",
Capitán Miguel A.
Geriola, teniendo dos terceras partes de su carga pronta. Los
señores que
gusten de cargar el resto o ir de pasaje, teniendo excelentes
comodidades al
efecto, pueden concurrir para tratar a sus consignatarios Capurro y
Castro". En otro diario del
2/8/841: "Para
Valparaíso en
el Pacífico saldrá este mes la barca "Prudencia". Su
capitán
Pietranera vende carga y pasajeros, a los cuales ofrece las mejores
comodidades
y buen trato. Dirigirse a su consignatario J.B. Capurro". Esta embarcación
hacía también
viajes a El Callao, naturalmente navegando a vela por el estrecho de
Magallanes. Hubo también otras empresas de J.B.C. también
vinculadas al tráfico
marítimo: a) La explotación
de los arenales y
pozos de agua potable de "La Meca", donde existían las
instalaciones
necesarias para servir a los buques de ultramar, que en ese tiempo
solían
volver sin carga a Europa y necesitaban lastre y naturalmente agua
dulce, de la
cual había abundancia en esa extensión que abarcaba unas
24 cuadras cuadradas. Isidoro
De
María relata en su libro "Montevideo Antiguo": "En el
año 1866 hubo
una gran seca que ocasionó se agotaran todos los aljibes de
Montevideo. Faltaba
completamente el agua. Capurro se ofreció a traer toda la
precisa de su
establecimiento en la playa del Arroyo Seco. Aceptada la generosa
oferta, se
traía embarcada desde esa playa. En sólo 18 días
se repartió al vecindario la
friolera de 2.133 pipas de agua, costando este serviciode transporte a
la
Dirección de Salubridad, 1.514 pesos". El capataz de "La Meca"
era el genovés Ambrosio Rotondo, que había servido con
J.B.C. cuando éste
navegaba. Más adelante recibió la concesión para
los baños en la playa y el
negocio de la arena fue transferido al inglés William Evans. ++++++++++ Ver:
María de los Angeles Orfila: Por qué se inunda la Aguada?
La respuesta la tiene también la historia +++++++++++ b) Los depósitos de Aduana que fueron
construídos por
él en la costa de la
bahía, más o mens frente a las calles Ituzaingó y
Treinta y Tres. En esos
grandes locales con muros de piedra los importadores depositaban sus
mercaderías, pagando una tasa por almacenamiento. No
existía el puerto entonces
y el desembarque se hacía en lanchones que atracaban luego a los
muelles
inmediatos a los depósitos. Hubieron dos de ellos: "Capurro
viejo",
que fue adquirido por el Estado en N$ 400.000, durante el gobierno de
Flores
(1865-68) debido al gran movimiento portuario que motivó la
guerra del Paraguay
(Eduardo
Acevedo, "Anales Históricos", tomo III, pag. 438); y
"Capurro Nuevo", que siguió siendo propiedad de J.B.C. hasta la
muerte de éste, pues consta en el inventario de la herencia. La
gente del
puerto llamaba antes "Capurro" al barrio contiguo a ese
depósito, que
ha sido después reedificado. c) La Compañía
Oriental de Seguros Maritimos,
que fundó en 1854 con Juan Bautista Charry, gerente de la
línea naviera
Messageries Imperiales (que fue luego su consuegro) y su cuñado
Carlos G. Rossi
(E. Acevedo, ob. cit., tomo II, pag. 552). El seguro marítimo
había estado
hasta entonces a cargo de firmas extrangeras y parece ser que la
Oriental fue
la primera aseguradora del Plata en ese ramo de capitales nativos. También tuvo
J.B.C. fuerte
activa intervención y fuerte capital en la Sociedad de
Edificación y Crédito
Hipotecario "Progreso Oriental" (dejó a sus herederos un
importante
paquete de acciones). Esta sociedad se ocupaba de negocios
inmobiliarios,
especialmente de loteos en la ciudad de Montevideo. Era accionista del Banco
Italiano, lo que es natural dada su posición en la colectividad,
pero se ignora
si integró alguna vez su directorio. También estuvo entre
los accionistas
fundadores del Teatro Solís. Un dato poco conocido fue
dado
al autor por el Prof. Juan E. Pivel Devoto: en
cierta ocasión J.B.C. propuso al gobierno la emisión de
moneda fraccionaria,
que escaseaba mucho en algunos períodos del siglo pasado. La
propuesta fue
aceptada y la emisión se hizo poco después. Esta breve reseña
da una idea
del espíritu de progreso e iniciativa del marino italiano que,
como tantos de
sus compatriotas, contribuyó eficazmente al desarrollo de la
economía de su
país de adopción. J.B.C. pertenecía
a la orden
masónica. En el museo de ella en
Montevideo
figura un diploma que dice así: "A.L.G.D.G.A.D.U.
(a la gloria del Gran Arquitecto del Universo). Nos y los demás
miembros que
componen la regla de los hijos del secreto, provisionalmente y
regularmente
constituída al Oriente de Montevideo, a todos los hermanos
masones esparcidos
sobre la superficie de la tierra, S.F.U. (salud, fuerza, unión),
sabed que
nuestro muy querido hermano Juan Capurro es aprendiz
compañero del
Antiguo Rito Escocés aceptado y que por sus servicios y virtudes
que loadornan
ha obtenido en nuestra Sagrada Orden el grado de Maestro
Simbólico, con las
formalidades del Rito ha sido incorporado a nuestro seno previos los
juramentos
de estatuto y ha asistido a nuestro trabajo con el celo propio de un
buen
Hermano, cumpliendo las obligaciones de tal; y por cuyo motivo os
encargamos y
suplicamos le reconozcáis en el referido Grado, lo
recibáis fraternalmente y le
auxiliéis como es debido. Dado en Lugar Cubierto, el día
9 del 7o. mes del año
1829, era vulgar. Firman P. Cavia, J.M. Numa, José Masera Sirio,
y otras firmas
ilegibles." Este diploma fue expedido
por
una logia de la Masonería cuyo nombre no se conoce, pues no
figura en el
documento. En la copia se han usado las palabras completas en lugar de
las
frecuentes abreviaturas del original. También en el mismo museo
hay otro
diploma fechado el 9 de enero de 5830 (esta cronología
masónica corresponde al
año 1830 de la corriente). Fue expedido en ocasión de
concederse a J.B.C. el
grado 7 de la orden, firmando Juan Melo Rodríguez, José
Brito del Pino, Joaquín
Sagra, Angel Rini, Carlos San Vicente y otros. Este diploma
corresponde a una rama
diferente de la Masonería: la filosófica. En la reseña
publicada en
folleto por el Ospedale Italiano Umberto Primo en 1949 se lee lo
siguiente: "Año
1852. Entre algunos italianos residentes en Montevideo surge la idea de
cooperar con las autoridades nacionales de la República en la
obra de asistencia
médica, que en forma precaria prestaba el Hospital de Caridad de
esta ciudad. Para
ello se pensó en fundar un hospital que sería
constituído y mantenido luego con
la contribución voluntaria de los italianos y que
serviría para atender a los
compatriotas enfermos necesitados. En ese año se nombra una
comisión compuesta
por los señores A. Benvenutto, Dr. G. Bottini, Juan B. Capurro,
P. Cassarino,
Presbítero J. B. Cúneo, A. Folle, V. Gianello, J.
Mazzini, G. Narizano, L.
Nascimbene, A. Paullier y A. Riccordi. A ellos se encomendó la
tarea de iniciar
los trabajos conducentes a la realización de la idea". "Año
1853. Presentes el Encargado de Negocios y el Cónsul de Su
Majestad el Rey de
Cerdeña y numerosos y distinguidos miembros de la
población italiana de
Montevido, el 23 de abril de ese año se realiza una
reunión. En ella se aprueba
con entusiasmo el proyecto de creación de un "Hospital Italiano"
y se
nombran comisiones para promover la suscripción del cao (sic) a
capital necesario.
El señor Juan B. Capurro ofrece la donación del terreno
situado en la esquina
suroeste de las calles Soriano y Queguay (hoy Paraguay), para que en
él se
levante el edificio destinado al Hospital Italiano."
El 24/6/860, la
Comisión
Edilicia del Ospedale Italiano se dirige a J.B.C. agradeciéndole
en términos
expresivos su contribución a la fundación del hospital.
Firman todos los
miembros de la comisión y el secretario; entre otros, Andrea
Carassale, Gaetano
Gavazzo, Andrés Folle, Bartolomeo Odicini, Francisco Canessa, S.
Raffo, Carlos
Scotti, etc. (Documento en poder de la familia Capurro-Aguirre). El hospital fundado por
los
italianos fue arrendado al Gobierno del Brasil durante la guerra del Paraguay (1865-1870), para tratar
a los
soldados heridos o enfermos. Se llamó en ese tiempo Hospital
Brasilero. Luego
de terminada la guerra, volvió su destino primitivo. El nuevo hospital, proyectado por el Ing. Luis Andreoni, que es un hermoso edificio, se inauguró en el año 1890, pero el nombre de "Gio Batta Capurro" sólo figura en una placa de mármol evidentemente prevista para varios nombres de fundadores y benefactores del establecimiento, pero que está casi vacía de inscripciones, sin mencionar siquiera a los integranges del grupo de 1852.
J.B.C. fue en algún momento Presidente
del Hospital Italiano
(por lo menos fue
designado para el cargo), pues una comunicación
informándole del nombramiento
figura inventariada en la testamentaría.
5 de la Cía. Oriental de Seguros
Marítimos, $ 10.000,-
v/n. Hay una cantidad crecida
de
vales, conformes, letras de cambio, etc., representando créditos
a favor del
testador, entre ellos ocho vales del Gobierno por un total de $
68.000.-, que
corresponden al saldo adeudado por la compra de los depósitos de
Aduana
("Capurro viejo"). También figuran títulos de deuda
pública en escaso
monto y documentación sobre otras propiedades inmobiliarias que
por alguna
razón no fueron tasadas, entre ellas el nicho No. 113 en el
"cementerio de
la ciudad". Se detallan además gran cantidad de documentos
varios,
correspondencia, etc. El total de los bienes
fue
tasado en $ 884.138.73, que se dividió entre los herederos
después de algunos
ajustes en la proporción de 4/8 para la viuda y 1/8 para cada
uno de los hijos JUAN
BAUTISTA CAPURRO
PRUDENCIA DE CASTRO
(Hijo de Alberto
Capurro
(Hija de Agustín de Castro
y Magdalena
Consigliere)
y María Genoveva de
Castro)
(1798 - 1872) (1821 - 1888) JUAN ALBERTO
CAPURRO PRUDENCIO
AGUSTIN CAPURRO LUIS FEDERICO
CAPURRO EDUARDO CAPURRO
RAMA DE JUAN
ALBERTO CAPURRO y ELINA CHARRY
DUROUX
Elina Charry Duroux de
Capurro Ver
en el Anexo el
extracto
del libro de Carlos Pérez Montero: "La calle del 18 de Julio
(1719-1875). Antecedentes para la historia de la ciudad nueva"
(Montevideo, Imprenta "El Siglo Ilustrado" 1942) donde el autor dedica
un capítulo a la obra de Juan Alberto Capurro. Ver
también aquí
(al final de este sitio) y el Inventario
del Patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad
Vieja: Catastro Capurro.
Edificio de
Capurro y Cia. pegado al Cabildo Primeras
pruebas de
Fuel-Oil
Alberto Castells y Montestruch (1854-1926) y Juan Alberto Capurro de Castro (1841-1906) en la fila de arriba, centro, a la izquierda del reloj Juan Alberto Capurro (con barba), junto a él Alberto Castells (con sombrero). Ver este sitio de la Intendencia de Montevideo sobre el barrio Capurro, donde se dice que Juan Alberto y su hermano Federico "fundaron una sociedad que instaló una fábrica de almidón una destilería de alcohol y la cervecería Germania, ubicadas todas ellas en la zona de Capurro donde actualmente se levantan las instalaciones de Ancap." Ver también el texto al final de este sitio.
Firma de Juan
Alberto Capurro
Alberto Capurro Charry
Enrique Capurro Charry María Clara Capurro Charry Elina Capurro Charry Elena Capurro Charry Mercedes Capurro Charry Benjamín Capurro Charry Nelly Capurro Charry Simona Capurro Charry
ALBERTO
CAPURRO CHARRY Alberto
y Enrique
Capurro Charry
Lia Capurro Aguirre (Ver: Reportaje en este sitio) Enrique Capurro Aguirre
MARIA CLARA CAPURRO CHARRY
(Daniel García Acevedo, hijo de Ildefonso García Lagos y Julia Acevedo Vasquez) Daniel García Capurro Mario García Capurro Ma. Clara García Capurro Elina García Capurro Alberto García Capurro
ELINA CAPURRO CHARRY
(hermana melliza de Elena) Dr. Alfredo Arocena Artagaveytia (1870-1945) (hijo de Ramón Arocena y Matilde Artagaveytia Gómez) Co-fundador de la Sociedad Anónima Balneario de Carrasco (1911). Ver el
capítulo "Carrasco" en Federico E.
Capurro "Una memoria más" . Ver:
Denise
Caubarrère y Toti Monzón: Carrasco. El
misterioso encanto de un barrio, Montevideo, p. 13.
Ver también: Pablo Arocena: De Ramones y Matildes. Crónica de una familia rioplatense (Montevideo 2004.
Alfredo Arocena Capurro Diego Arocena Capurro Raúl Arocena Capurro Julio Arocena Capurro Juan Alberto Arocena Capurro Oscar Arocena Capurro Elina Arocena Capurro Raquel Arocena Capurro
ELENA CAPURRO CHARRY
(hermana melliza de Elina) (Enrique Arocena Artagaveytia, hijo de Ramón Arocena Castro y Matilde Artagaveytia Gómez) Enrique Arocena Capurro Inés Arocena Capurro Elena Arocena Capurro Horacio Arocena Capurro
MERCEDES CAPURRO CHARRY
Julio Aberto Castells Carafi (1910-1978) hijo de Jaime Miguel Castells Montestruch y Laura Carafi Zas Fundador, junto a Raúl Castells Carafí, de la revista Mundo Uruguayo (Ver aqui). Mercedes Capurro de Castells Julio Alberto Castells
Carafi e
hijos (Julio y Enrique) Julio Alberto Castells Capurro, casado con Notas de Carlos Castells Montero "El
próximo 26 de
junio se cumplirán cincuenta años del
fallecimiento del pintor y acuarelista Julio
Alberto Castells Capurro. "Centenario
del nacimiento del pintor Uruguayo Enrique
Castells Capurro 1913-2013
El
próximo 9 de Marzo del 2013 se cumple el
primer centenario del nacimiento de Enrique Castells Capurro, de mas
está decir la profusa obra pictórica realizada por el
referido artista vinculada a nuestra vida rural especialmente que fue
plasmada en óleos, acuarelas, aguazos, bronces, murales y
demás. Lamentablemente a pesar de los esfuerzos realizados ante
las autoridades culturales municipales y nacionales no se ha podido
lograr hasta el día de hoy concretar un homenaje en consonancia
con su relevancia para la cultura nacional. Esperemos que alguien pueda
sensibilizarse a partir de de este mensaje."
Córdoba,
17 de febrero de 2013.
Enrique
Castells Capurro (1813-1987) Enrique
Castells Capurro Sobre la familia Castells ver aquí. Elvira Capurro Mousques
NELLY CAPURRO CHARRY
(Ramón Arocena Blanco, hijo de Ramón Arocena Artagaveytia y Celedonia Blanco Sienra) Ramón Arocena Capurro Luis A. Arocena Capurro German Arocena Capurro
Rector de la
Universidad de la República (2006-2014) Nelly Arocena Capurro Eduardo Arocena Capurro Marta Arocena Capurro
SIMONA CAPURRO CHARRY
Alberto Muñoz del Campo, hijo de Enrique Muñoz Vidal y de Gumersinda del Campo Pagola Dolores
Muñoz
Capurro
RAMA DE LUIS FEDERICO
CAPURRO
(1843-1905) y
EMA RUANO
DE ARTEAGA GOMEZ (1853-1942) Juan Capurro Ruano Federico E. Capurro Ruano Haroldo Capurro Ruano Ema Capurro Ruano Olga Capurro Ruano Rafael Mario Capurro Ruano Fernando Capurro Ruano Lucía Capurro Ruano María Lucía Capurro Ruano JUAN
CAPURRO RUANO (ver aquí)
Elina Castells Carafí, hija de Jaime Miguel Castells Montestruch y Laura Carafí Zas Blanca
Castells y Elina
Castells Carafí de Capurro
Juan Capurro y su esposa
Elina Castells Carafí, Blanca Castells Carafí y su esposo
Luis Eduardo Pérez, Elina
Capurro Castells Ema
Capurro Castells Raul Capurro
Castells (editor de este
texto sobre Juan Bautista Capurro) Elsa
Capurro Castells Beatriz
Capurro Castells (Eduardo Crispo Ayala) Fuente: Federico E. Capurro: Una memoria más.1958 - 1963 (Montevideo 1963, pág. 201-202) Febrero 21 de 1962 Yo mismo octogenario,
estoy rodeado, en mi familia y viejas amistades, también de
octogenarios. Y la naturaleza no transige en la aplicación de
sus leyes que imponen a su tiempo el retiro, para dar lugar al elemento
renovador activo propio de las generaciones que nos siguen. Hemos de
resignarnos.
Hoy desapareció mi cuñada Elina, viuda desde hace varios años de mi hermano Juan. Todas las virtudes reuníanse en esta dama noble, inteligente, esposa digna y madre afectuosa. Respetando sus ideales religiosos, solía yo conversar con ella cordialmente acerca de temas familiares y literarios a los cuales era afecta. Muy lectora y culta, ofrecía gratos momentos de amenos comentarios sobre pasados recuerdos y sucesos de actualidad. Su sensible temperamento, tanto en lo sentimental como en lo mental, quedó demostrado poco antes de cerrar sus ojos para siempre, con una de sus últimas disposiciones por la cual manifestaba su deseo de que fueran ellos cedidos para devolver la vista a quien le faltara. Se cumplió su voluntad sin que su pálido semblante se alterara. La placidez y tranquilidad de su apagado rostro parecía reflejar su entera existencia, toda dulzura, bondad, sencillez, amabilidad, complacencia... Profundamente conmovido, pongo aquí estas líneas, en las cuales van unidos mis sentimientos consagrados a la memoria de aquel hermano querido, con el dolor de este día de duelo. JUAN Y FEDERICO CAPURRO RUANO
Fuente: Federico E.
Capurro: Una memoria más. 1972 - 1974 (Montevideo 1974,
pág. 125-144) (extractos)Punta del Este, Enero 20 de 1974 Poco significa esta palabra.
Con ella solo se distingue un villorrio de
la Suiza Alemana a orillas del lago de Constanza. Pero adquiere cierta
entidad por el hecho de abrigar uno de los más renombrados colegios de
aquella República, tan pequeña en
extensión, como grande en sus progresos culturales.
Lleva esta escuela de internados el nombre de su fundador, Viget, padre de quien fuera el último director. Y es precisamente por su alta reputación, que al regresar nuestra familia a Montevideo desde Italia, fue resuelta la internación de Juan, mi hermano mayor, que apenas contaba quince años de edad, y ya previéndose también que yo le seguiría dos años más tarde. Nada queda ahora, ni el edificio demolido para sustituirlo por una playa para maniobras de ferrocarriles. Prescindiendo, por innecesario, repetir las causas de nuestra residencia en Milán, ya aludidas en mis "Memorias", sin objeto hoy su reproducción aquí. Desde entonces pues, empieza esta historia familiar, 1887, para terminarla en 1890. Tres años de extensión, durante los cuales había de desenvolverse una correspondencia entre mi hermano Juan, el mayor exilado en Suiza, y sus padres, en Montevideo, que alcanzó a 140 cartas. Nada sabía yo de todo ello, ni que se hubieran trasmitido por herencia todas esas hojas envueltas en un grueso paquete, felizmente conservado con otras reliquias. Sin otro motivo especial, sino como casual noticia acerca de tal correspondencia, descubierta entre otros papeles por mi sobrino Raúl, se me dio conocimiento de ella. Enseguida, en efecto, despertóse mi curiosidad, llevándome a pedir el total contenido de los tres años de exacta escolaridad, hace noventa años, en tal instituto. Se trataba de un establecimiento ejemplar, en cuanto a planes de estudio y de régimen de internado, muy recomendado en una época en que surgían nuevas corrientes docentes. No diré por supuesto, nada fundamental en el transcurso de los sucesos, pero sí un extracto de la vida estudiantil en un país extraño, con impresiones y sentimientos sinceramente expresados dentro de la verdad familiar y la ingenuidad infantil. Acaso en mi trabajo no haya suficiente orden en la redacción, ni puntualidad en las transcripciones y recopilaciones de párrafos, pero puedo afirmar que la todalidad responde a un auténtico respecto a la entera realidad. No está demás advertir que Juan recurre a tres idiomas, para redactar sus cartas: al italiano cursado en Milán, francés llevado, en parte, de Montevideo con el español. De modo que la traducción había de ponerse a menudo en juego sin preferencia aparente. 1887 Setiembre 12 Comienzo
por describirte
la vida en el Instituto. Dado que he llegado en plenas vacaciones. Nos
levantamos a las 7 y, por tanto, en primer término tomamos el
café con leche. Desde las 8 se estudia o se lee. A las 10 baño
y, en seguida, el almuerzo. Desde las 2 a las 6, largos paseos. Al
llegar a cualquier pueblito nos ponen delante un plato de queso con pan
y un vaso de cerveza. Luego, se vuelve a casa y se cena. Después
nos traen varios juegos de mesa, damas, dominó, etc., en los que
interviene la Directora. A las 9, a la cama.
Esta señora es buenísima. Asistió a un compañero enfermo todas las noches a su lado durante varios días. Tengo ya amigos simpáticos: un peruano y otro boliviano con los cuales nos entendemos muy bien. No habríase podido encontrar un colegio mejor. Horario de todas las semanas. 38 horas de estudio general, entre 15 de alemán, 3 de francés, 3 de caligrafía, 3 de latín, 3 de aritmética, 2 de música y otros variados estudios. Los lunes, martes, viernes, y sábados nos levantamos a las seis y media, alumnos y profesores. Me ha
sorprendido que, sin excepciones, comprendido el personal de servicio,
a pesar de ser un colegio laico, todos bajan al comedor con los libros
religiosos en las manos, cantan acompañados
del armonio, durante diez
minutos, de pie. Luego, en el mismo local se sirve el café con
leche con tres terrones de azúcar y un mediocre pancito. Para
endulzar mi café tomo unos buches sin azúcar, de modo que
pese a la escasa dosis, así me parece dulce.
Sigue después el desarrollo del programa de materias: estudios especializados, ejercicios físicos y esparcimientos [...] 1888 Enero 6 El idioma exige grandes esfuerzos. El alemán es difícil. No se adquiere con facilidad en seguida. No ocurre como con el italiano y el francés. Las multas por no practicarlo resultan un método auxiliar muy eficaz. Un fuerte dolor de garganta me obligó a hacer cama. Sólo entraba a mi cuarto la directora, Frau Berta, y una monja. No fue larga la convalescencia. Sin embargo, mucho extrañé los cuidados de la "mamma". Durante la fiebre soñaba... sentía sus manos sobre mi frente. Todo pasó. Ya estoy bien. Pude participar de las fiestas de Navidad. como siempre, la glotonería constituyó el principal atractivo de la organización. Fuí también al circo ecuestre. En Milán había visto mejores. La Carta anterior había sido escrita en italiano; ésta en francés. Enero 10 La orilla del lago está helada. Ya se puede patinar sobre una parte muy ancha. Mucho me divierte este ejercicio. Da la impresión de volar. Además hacemos observaciones físicas. Se forman en el hielo burbujas de gases que nosotros abrimos con el patín para luego arrimarles un fósforo. El efecto es fantástico. Enero 12 Los estudios son muy serios. El profesor de matemáticas es muy competente, pero se ha vuelto estúpido de tanto estudiar. Hace multiplicaciones de memoria entre cantidades de dos o tres cifras. Me escriben expresando el temor de que el football pueda hacerme mal. No creo. En nuestro club, formado sin ingleses, sólo con suizos, italianos y de otros países, nadie hasta ahora se ha lastimado. Los ingleses pueden, entre ellos, romperse la cabeza por su cuenta. Claro está que no faltan caídas y patadas, pero sin consecuencias. Me interesa tomar más lecciones de aritmética, pero para ésto es necesaria la consulta a la familia. Tiene importancia, si yo sigo la rama comercial. Marzo 18 He ingresado en un club de remeros. No podemos navegar sin ser acompañados y se debe saber nadar. Además, no lejos de la orilla del lago, donde se puede desembarcar y tomar un vaso de cerveza. No comprendo por qué mi certificado pudo ser peor que el anterior. Nuestro Director debió someterse al servicio militar, como todos los suizos. Y muchos alumnos ya están prontos en caso de guerra. Están obligados a presentarse a cumplir tal exigencia. Abril 2 Han tenido ustedes razón al no mandarme antes al colegio. Veo aquí lo que ocurre con los más jóvenes. Se les enseña a fumar y a otras cosas peores. Si Federico insiste en ser ingeniero, en nuestro colegio puede adquirirse la preparación para ingresar en el Politécnico de Zurich. Abril 4 Muere la abuela Prudencia Castro de Capurro en Monza. "Io sono stato molto addolorato e lo sono ancora..." ¡ Mayo 4 Oímos un concierto en la iglesia protestante. Entre las piezas que más me gustaron fue el Ave María de Gounod. El maestro de música me dijo que estaba al alcance de mi violín. Ensayaré después de estudiar "Il Trovatore". Nos divertimos bastante. En diciembre y noviembre nos permitieron ir al teatro y dos veces a la iglesia protestante y una a la católica, donde se organizaron conciertos muy buenos. Sigo escribiendo en hojas de papel con margen de luto. Conocí a Schelling, gran talento musical, asombro de toda Europa. Paso mi vida discretamente oyendo música y entretenido con el football y el remo, de lo que ya los he enterado. Junio 17 Estoy pensando en que las fábricas de almidón y alcohol de la familia continúen prosperando. Hemos ido en barco a Frieebreschafen [sic, Friedrichshafen] para ver el castillo del Rey de Wurtemberg. Se trata de un palacio muy lindo y su parque también, pero creo que los jardines de Santa Lucía son más grandes y las plantas más raras que las del Rey. [...] Agosto 6 He vuelto de Munich luego de un viaje muy agradable que realicé invitado por el tío Alberto. Todo fue muy agradable para mí. Conocí nuevas ciudades, diferentes medios de transporte, ferrocarriles, barcos y omnibus urbanos. Además hoteles, teatros, avenidas, en fin, sin entrar en detalles, cuanto ofrece al turismo la organización europea. Y hasta cito especialmente los restaurantes y cervecerías de gran concurrencia en Alemania. Tampoco he de olvidar, acaso, lo que más me impresionó: los museos y el teatro. Aparte de todo ello, he obsrvado que nuestra religión impone ciertos sacrificios que yo no me los explico bien. todos los domingos dos horas y media en la Iglesia parados o arrodillados, lo que mucho me cansa. Nuestro clérigo exagera su misión, obligando a oir largos sermones y leyendo interminables páginas de la Biblia. Dos temas, los anteriores, que llevaría muchas páginas sin ninguna originalidad, sino propias de un viajero inexperto por un lado, y de consisderaciones religiosas, por otro, que tampoco acusen nuevas íntimas confesiones que den más o menos luz a la sincera fe siempre acreedora del más silencioso respeto. [...] Diciembre 31 Para demostrar las dificultades del idioma alemán, transcribiré una palabra que, por su longitud, no se descubre el significado Deutschnationalkunstgewerbeausstellungslose. Visité el palacio del rey de Baviera que murió loco, Luis II. Este mismo hizo construir uno de sus palacios que llevó diez años de operaciones. En la cama, trabajaron cincuenta obreros sin interrupción y su costo alcanzó a dos millones de francos. Y como hecho que parece inverosímil, añado que en la cabeza de una estatua ecuestre de Munich caben cinco personas. (La página muy estropeada no da mayor claridad para su lectura). 1889 Febrero 2 Espero que ningún diputado votará a favor de Santos. Quien lo hiciere, aparecerá como enemigo de la patria y de la libertad. Aquí donde hay tantas patrias diferentes, cada uno habla de la suya. Y se advierte, entonces, como aparece en cada uno el amor a su modo. Me gustaría ver la exposición de París. Me dicen que es esférica. Pero... Se me está ocultando una buena noticia. Febrero 2 Muy bueno resultó el secreto. Dentro de tres meses podré viajar a Montevideo. No pienso ahora en otra cosa. Cuántas cosas tendré que decirles! Un sueño... Hablaremos de mi carrera... De mi futuro viaje ya no sé que pensar... Hemos empezado el estudio de "Guglielmo Tell" de Schiller. No me parece muy difícil... Todo ahora me inquieta. Abril 18 Mucho me ha alegrado la determinación de que Federio venga a mi vuelta conmigo. Podremos estar juntos todavía un año. En cuanto a los fondos todo se resolverá bien, según el proyecto. Lo agentes de aquí Agnelli y Recagno, lo facilitan. Vamos a menudo a St. Gallen, ciudad en la altura, más importante que Rorschach. Ahí no falta nada. Ahí puede comercializarse con la reputada fábrica de relojes. "Chaux des Fonds", Encargué uno, es magnífico. Pronto lo llevaré. Ya estamos en los preparativos del viaje. El Sr. Recagno escribe diciendo que dos barcos de "La Veloce" saldrán hacia América el próximo mes, desde Génova: El "Mateo Bruzzo" el 8 y el "Duchessa di Genova", el 14. De manera que en uno o en el otro me embarcaré. Qué placer me causa esta conversación! En cambio, mis ascenso a la ciudad de St Gallen responden a un motivo poco grato: mis dientes. Sufro enormemente. Pero, me estoy curando. Por lo demás, todo lo que necesito lo comprarén en Milán, algunos regalitos y perfumes y demás artículos de tocador. De todo esto tomo nota, hasta de farmacia. Aunque de algunos frascos nunca hago uso. Regalos. Después de aquel vergonzoso incidente en que caímos enfermos por excesos de bebidas y fiambres, me cuido ahora para no recaer en tales intemperancias. Junio 25 Ya tengo reservado pasaje en el "Duchessa di Genova". Es posible que, respondiendo a mis planes, permanezca un día en Milán. Con las libras esterlinas que me mandaron puedo darme todos los gustos. DE VUELTA AL COLEGIO CON FEDERICO Octubre 13 . A bordo del "Nord America" Si quieren aceptar un consejo, les diría que nunca intenten embarcarse en ese vapor, porque se mueve de tal manera que es imposible defenderse contra el mareo. Federico pasó los primeros días en cama. Y yo, levantado, no estaba mejor que él. Monótona la travesía, aburrida, pocos pasajeros. Mañana llegaremos a Las Palmas y poco después a Barcelona. Deseando bajar en Génova. Por fin! ya estamos en el colegio pero sin los baúles: éstos vendrán mañana. En seguida subí a St. Gallen, atormentado por mi dolor de muelas. Recibirán cartas nuestras muy pronto. La novelería de la llegada y reencuentro con los compañeros nos distrajo y Federico ya está muy contento. Pronto empezarán las vacaciones. Diciembre 14 Ya estamos aclimatados y, por otra parte, mañana comienzan las vacaciones. Y de entrada fuimos a un concierto en St. Gallen. Organo y orquesta en una iglesia protestante, IX Sinfonía de Bethoven [sic]. Aunque no la entendí muy bien, me pareció magnífica. Muy completa, con coros imponentes. Una hora y cuarto. Llegaron los comestibles de Milán, con obras de Goethe y Schiller. Federico está "en su gloria". No podía creer que en un colegio se diera a los internados tanta libertad. [...] Solo como epílogo añadiré una de las mas inolvidables impresiones de mi niñez: la recibida en la bahía de Montevideo, en el momento que acercábase una embarcación menor a nuestro transatlántico que recién apagaba sus calderas. No había muelles entonces. Desde el más alto de los puentes agitaba mis brazos: a la vez que, como desde un espejo, reflejábanse otros allá lejos, al tiempo que lágrimas de emoción y risas de placer, juntas bañaban mis ojos entre confundidas imágenes y anhelos de aproximación."
FEDERICO
E. CAPURRO RUANO
Julia Calamet, hija de Alberto Noel Calamet Camino y Marcela Álvarez Díaz Dolores Marta Avellaneda (ver aquí)
Federico E. Capurro Ruano Federico
E. Capurro Ruano Julia
Capurro Calamet Federico
Capurro Calamet Jorge
Capurro Calamet Beatriz
Capurro Calamet Ivana
Capurro Calamet Eduardo
Capurro Avellaneda
Ingeniero civil de
profesión, nace el
10 de julio de 1876 en
Montevideo. En sus primeros años de vida, se traslada junto a su
familia a
Europa (1881-1898), estableciéndose en Milán y más
tarde en Suiza, donde
continúa sus estudios en un internado del colegio Viget. En este
período, viaja
frecuentemente a Uruguay. A su regreso, ingresa en la Facultad de
Ingeniería de
la Universidad de la República, a su vez que desempeña
tareas de administración
comercial en la Destilería Oriental, propiedad de Juan Alberto y
Federico
Capurro, hasta que la misma pasa a manos de Jules Meillet. Luego, se
desempeña
como Jefe de Inspección de Vialidad, siendo después
Director de Vialidad. En
esta época, interviene en el trazado de la carretera
Maldonado-Punta del Este. En
referencia a la vida académica, dicta clases en la Facultad de
Ingeniería,
además de desempeñarse como decano en 1907 y 1910. En
1931, forma parte del
primer Directorio de ANCAP, y luego, acepta el mando del Ministerio de
Obras
Públicas, cargo que ocupa hasta el Golpe de Estado del
Presidente Terra. En
1942, es electo senador, lugar desde donde impulsa varios proyectos,
algunos
apoyados exitosamente por los parlamentarios y otros no tanto. Entre
los
proyectos, se encuentra la creación de la Escuela Universitaria
de
Bibliotecología y Ciencias Afines, considerando que “[…]
ningún recurso, a
favor de la enseñanza y a la consulta del libro, había de
descuidarse para
educar, al alcance universal; y que, por tanto, difundir y organizar
bibliotecas constituye una imprescindible base de la
instrucción.”(1) La
misma comienza a funcionar a fines de 1945. También impulsa la
construcción del
puente sobre el Río Negro, frente a la ciudad de Mercedes,
inaugurándose en
1963. En 1965, se crea la Academia Nacional de Ingeniería, por
iniciativa de
Capurro, institución en la cual preside el consejo directivo en
los primeros
períodos. Y en 1972, recibe el reconocimiento por 70 años
de ejercicio
profesional, por parte de la Academia Nacional de Ingeniería y
la Asociación de
Ingenieros del Uruguay. Cabe destacar que Capurro tuvo una faceta
literaria,
publicando obras bajo el seudónimo Carlos Eduardo Feder. El
ingeniero civil
Federico E. Capurro fallece en el año 1979.
Bibliografía: (2)
Ofelia
Ferretjans de Ugartemendia: El Ingeniero Federico E.
Capurro y el nacimiento de la Profesión Bibliotecaria en el
Uruguay. (1976) online Federico
E. Capurro: Escuela
de bibliotecnia 2020
Haroldo Capurro y
Elida Etchegaray A
Elida sus nietos la llamaban Mami y sus parientes Minguita porque
resulta que los hermanos jugaban a las bolitas de vidrio de todos los
colores pero a las azules les decían minguita como el color de
los ojos de Mami. Ella decía de su
nombre "las 4 E" (Elida Erlinda Etchegaray Etchepareborda). Elida y Haroldo, llamado
Papún por sus nietos, tuvieron siete hijos: (foto 1921):
de zquierda a derecha
de izquierda a derecha Haroldo Capurro y Concepción Alzola, Elina Ameglio, Eduardo Capurro y Maria Cristina Alvarez, Luis Capurro y Raquel Touris, Mario Capurro y Matilde Fonseca Elida Etchegaray (Mami) y sus nietos (1951) de izquierda a derecha, de arriba abajo Gilberto Pratt Capurro primera fila Ana María Pratt Capurro, Haroldo Capurro Alzola, Ivan Pérez Gomar Capurro, Daniel Capurro Alzola, María Elina Capurro Ameglio, Virginia Capurro Ameglio, Susana Pérez Gomar Capurro segunda fila: Ema Capurro Fonseca, Diego Capurro Alzola; Mami con Martín y Pablo Capurro Fonseca, Olga Pratt Capurro con Juan Capurro Alvarez (?),, Raquel Capurro Fonseca con (?) y Mario Capurro Fonseca tercera fila: Carlos Capurro Alvarez, Eduardo Capurro Alvarez, Graciela Capurro Alzola, Inés Pratt Capurro, Lucía Pérez Gomar Capurro, Diego Capurro Alzola, Pedro Capurro Ameglio, Rafael Capurro Fonseca Los
nietos de Mami y Papún ya grandecitos
de izquierda a derecha, de arriba abajo primera fila segunda fila Ana Pratt Capurro, Diego Capurro Alzola, Gilberto Pratt Capurro, Adriana Capurro Ameglio, Lucía Pérez Gomar Capurro, Raquel Capurro Fonseca, Carlos Capurro Alvarez, Martín Capurro Fonseca, Mario Capurro Fonseca, Enrique Pérez Gomar Capurro tercera fila Olga Pratt Capurro, María Elina Capurro Ameglio, Moira Capurro Ameglio, María Capurro Fonseca, Matilde Capurro Fonseca, Graciela Capurro Alzola,, Virginia Capurro Ameglio, Susana Pérez Gomar Capurro, Ema Capurro Fonseca cuarta fila María Capurro Fonseca, Rosina Capurro Fonseca La tercera generación bisnietos de Haroldo Capurro Ruano y Elida Etchegaray
Sofía
Cortabarría Labat EMA SARA
CAPURRO RUANO Horacio
García
Lagos Capurro Federico
García
Lagos
Capurro Rodolfo
García
Lagos Capurro Jaime
García Lagos
Capurro Ema
García Lagos
Capurro Rafael
García
Lagos
Capurro
Olga Capurro Ruano de Varela
Jacobo
Adrian Varela
Capurro Mireya
Varela Capurro
Dr. med. Rafael Mario Capurro Ruano
FERNANDO
AUGUSTO CAPURRO RUANO
- Margarita Fonseca Montaldo hija de Rodolfo Fonseca Hernández y Amalia Montaldo Capurro - Julia Elena Arata Ricardo (Cao) Capurro Fonseca Augusto (Nené) Capurro Fonseca Juan A. (Poro) Capurro Fonseca
Lucía
Capurro Ruano con sus hijos Olga y Alberto
(1923) Olga Barcia Capurro Lucía Barcia Capurro Alberto Barcia Capurro
|
1. HISTORIA DE LA FAMILIA DE
CASTRO Sobre
el origen de la familia de Castro ver el artículo en Wikipedia que
comienza así: "La Casa de Castro, linaje
que se cree de procedencia
castellana y profundo arraigo en Galicia, cuyo probable origen se
encuentra en la villa de Castrogeriz
(provincia
de Burgos)." Ver también este
blog de Diego Castro Arrúe, M. Gowland y Plantilla Awesome.
La
trágica historia de Inés de Castro (1325-1355)
ESTIRPE DE LOS DE CASTRO
Juan
de Castro - Gregoria
de Castro
Agustin de Castro -
María Genoveva del Carmen de Castro
(hija de José
Ambrosio de Castro y Bernarda Buela)
"Fue un gallego
de la
villa de Padrón
[ver también aquí] el
padre de Carlos y
fundador de esta estirpe
en el Uruguay. Se llamaba Agustín de Castro y era hijo de Juan
de Castro y Gregoria de Castro. En 1815 ya estaba casada en Montevideo
formando una compañía
mercantil con Manuel Fernando Ocampo.
El 30 de noviembre de 1819 Agustín de Castro se había casado con María Genoveva del Carmen de Castro –¿pariente suya? 1) Agustín (Legislador) - Laura Mentasti a) Agustín b) Laura casada con Amadeo Geille: Ver: Les Geille d'Amérique du Sud - Amédée Augustin Henri Eugène (el "Dr. Enrique Geille Castro) - Amédée Félix Geille Castro ("Amadeo") (asistente de Einstein en 1925) - Charles Augustin Geille Castro ("Agostín") - Louis Geille Castro - Renée Geille Castro - Rodolfo Sayagués Laso (llamada "la onda azul" por el dandy Roberto de las Carreras) c) Maria - Pedro Visca Peluffo 2) Juan Pedro (Legislador) - Catalina Caravia Juan Pedro, por su parte, había contraído nupcias el 9 de octubre de 1869 con Catalina Caravia, hermana de la mujer de Carlos y viuda de Coriolano Márquez, un militar blanco que no estaba emparentado con la familia del patricio don Ramón, y que murió fusilado en el Paraguay en 1868. Sofía - Antonio Maria Rodríguez Agustín Catalina María Luisa - Manuel Quintela Juan Pedro - Amalia Blixen Claret Enrique - Malvina Vázquez 3) Carlos (Canciller de Venancio Flores) (1835-1911) - Isabel Caravia (hija de Bernabé Caravia y Dolores Gutiérrez) Maria - Pedro Figari Isabel - Felipe Lacueva Stirling Dolores- Antonio María Marques Emma - Javier Larrain Irarrazábal Carlos - Elía Pérez Crosa Agustín - Lucía Ruano (de) Arteaga (hermana de la mujer de su primo Federico Capurro) Julio - María Angelica Martinelli Gianelli Alfredo - Idilia de Azevedo Tourem Eduardo - Olivia Dupont Martínez 4) Félix 5) Enrique 6) Prudencia (1821 - 1888) - Juan Bautista Capurro Juan Alberto - Elina Charry Agustín Federico - Ema Ruano (de) Arteaga Eduardo 7) Carmen - Esteban Risso (hijo de Pedro Risso y Rosa Burone) Pedro Rosa María Enrique Balbina 8) Balbina 9) Faustina - Juan José Illa y Viamonte 10) María María Genoveva del Carmen se vuelve a casar en 1840. Su segundo marido, Cayetano Gavazzo, italiano nativo de Levanto, comerciante rico, cuidará de sus hijastros y será él quien costeará su educación. Los varones mayores serán enviados a estudiar a Italia.
Detrás de Isabel Caravia
de de Castro
(sentada junto a Carlos
de Castro) se encuentran María de Castro Caravia de Figari y su marido Pedro Figari (con barba) (1861-1938) Ver: Museo Figari Retrato
de María de Castro de Figari (1907)
Oleo de Pedro Blanes Viale (1878-1926) Las Glicinas o La casa de los Quinteros (1923) Oleo de Pedro Blanes Viale Pedro Figari (1861-1938) Atardecer en la Quinta de Castro Oleo de Pedro Figari |
EL
PRADO y
antiguas costas del Miguelete 1860-1930
Montevideo, Editorial
Caubarrère 2002
URBANISMO
Y ARQUITECTURA DEL PRADO. Desde sus orígenes hasta los
años
veinte
.Prof. Daniela Tomeo Daniela Tomeo Gaiero: Profesora de Historia (egresada del IPA), especializada en Historia del Arte y del Diseño en talleres de plástica del Ministerio de Educación, Universidad ORT, etc. Tareas de investigación en la Cátedra de Historia del Uruguay de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de cuya Licenciatura de Historia completó los cursos. Coautora de "Enciclopedia del Uruguay" y del libro "Carrasco: el misterioso encanto de un barrio." Ejerce la docencia en Enseñanza Secundaria (Preparatorios de Arquitectura), en talleres de Plástica de la IMM y con grupos particulares. DE CHACRAS A UN BARRIO MONTEVIDEANO "Las "chácaras" que fueron el orgullo de los orientales. Montevideo era
solo una
fortificación amurallada cuando en 1729
llegaron las primeras familias canarias a poblarla. Los valientes isleños
fueron recompensados con un solar en la ciudad, una suerte de estancia
y una "chácara" a orillas del arroyo Miguelete, cuya
delineación había encomendada al capitán Pedro
Millán dos años
antes. La
finalidad de las chacras sería, evidentemente, la de proveer de
frutas y verduras a los vecinos, para ello todas tenían 400
varas de frente sobre el arroyo y estaban separadas entre sí por
calles abrevaderos de 12 varas de ancho. Los proprietarios
tenían un plazo de tres meses para construir sus ranchos y
barracas y para cultivar y sembrar la tierra.
Nuestra vida colonial fue breve,
duró menos de cien años, que
sin embargo fueron suficientes para que las plantas crecieran a orillas
de un arroyo que las regaba generosamente y que servía como
vía de comunicación fluvial entre los vecinos.
En 1749, veinte años después de su fundación, Montevideo contaba ya con 86 chacras en las que se producían todo tipo de hortalizas y frutas. El Presbítero José Manuel Pérez Castellano señalaba desde su chacra del Miguelete hace un siglo en sus "Observaciones sobre la agricultura", que la producción era tan abundante que se exportaba a Buenos Aires, motivo de orgullo para los proprietarios: "El arroyo del Cuello, el de Toledo, el del Cerrito y sobre todo el Miguelete, están llenos de arboledas frutales y son el teatro en que estos nuevos colonos manifiestan su industria" (...) "hasta las señoras que tienen alguna posesión en el campo hacen de esta su vanidad, lo que ha provenido de que se ha ennoblecido este ramo de la agricultura." (El país de los orientales. Mont y sus campos en 1787. pág. 98) Las aguas del Miguelete además de servir de riego y comunicación, fueron fuente de energía para el primer molino de agua que tuvo la ciudad, establecido en 1750 por el jesuita Cosme Agulló. Desde entonces esa zona del Miguelete se conoce como el Paso del Molino. También se desarrollaban otras actividades económicas en los alrededores del arroyo. Entre el Miguelete y el Arroyo Seco, cerca de la costa, la Compañía de Filipinas había instalado en 1798 el "Caserío de los Negros". El Caserío consistía en un par de galpones en el que se "depositaban" los negros para cumplir con la rigurosa cuarentena exigida a su llegada al puerto antes de ser vendidos. En la misma época Francisco Antonio Maciel tenía un matadero transformado en saladero. Juan María Pérez tenía su desembarcadero de esclavos un poco más cerca de la ciudad en la zona de Arroyo Seco y Capurro tenía el suyo en la zona que hoy lleva su nombre." (págs. 17-18) LA ARQUITECTURA DOMESTICA: DE LAS VILLAS AL
CHALET
El eclecticismo en las villas montevideanas "Durante la época
de la
colonia, la arquitectura doméstica se caracterizó por sus
fachadas simples,
techos de azotea y patios centrales. Es a partir
de ese
momento que se
construyeron las más espléndidas casas quintas o villas
[...] El eclecticismo de las
quintas era
exuberante y polémico. La influencia palladiana
se manifestó
en casi todas ellas. Las columnas y las balaustradas abren amplias
logias que
invitan a la vida social y a las que se accede por importantes
escalinatas
ubicadas en el frente, que acentúan la axialidad El mirador fue un
elemento
distintivo en estas construcciones, importante por el entorno natural
en que se
ubicaban. Desde muchas de ellas se observaba la bahía, en una
ciudad muy baja,
que en 1900 apenas tenía cuatro edificios de más de cinco
pisos.
Nota de los editores
de este sitio: Se trata de la casa de Juan Pedro de Castro,
hermano de
Prudencia, que fue legislador y llegó
a ser grado 33 dentro de la organización masónica, y
fue casado con
Catalina Caravia.
El
'CAVALIERE' CAPURRO Y SU LEGADO Rolf
L. Nussbaum: "Las huellas del ayer" Rolf L. Nussbaum:
nació en Frankfurt/Main, Alemania. Radicado en Montevideo desde
1941. Tiene una larga Sobre
la "Ordine dei Santi Maurizio e Lazzaro" ver aqui
ex
quinta de Morales, de Raffo y de García de Zúñiga
El pintor César Pesce Castro (1890-1977) fue encargado por el Consejo Departamental de Montevideo en 1928 de la creación, dirección y organización del Museo Municipal de Bellas Artes
Palacio Santos
(exterior)
ex casa del Presidente M. Santos y actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores Palacio
Santos (interior)
Palacio
Estévez
actual Ed. Independencia fue construído en 1873 por el Ing. Edouard Manuel de Castel por encargo del comerciante Francisco Estévez para viviendas y comercios. En 1879 el edificio fue comprado por el Gobierno de Latorre y fue adaptado para funcionar como Casa de Gobierno. Le cupo al Ing. Juan Alberto Capurro proyectar y dirigir su adaptación. Más adelante, en 1987, se hizo una segunda adaptación. Actualmente el edificio se usa para cumplir funciones protocolares de la Presidencia. LA PRISION DE MIGUELETE Carlos Cipriani
López:
130 años de una cárcel que dio paso al arte y la historia
natural. "El Gran Hermano
que todo lo vigilaba La cárcel de
Miguelete, ubicada en el barrio Villa Muñoz (antiguo del Retiro
o Barrio de la
Humedad), fue constuida en base al diseño
del arquitecto Juan Alberto Capurro,
que a la vez transplantaba a América el modelo panóptico
del filósofo británico
Jeremy Bentham. Con la ubicación de la torre de vigilancia en el
centro de los
radios se aspiraba a que todo fuera controlado con poco personal
policial, que
a la vez quedaba a resguardo de ser visto, gracias al contraluz. Cuenta
que
desde las celdas no se podía ver lo que ocurría en la
torre pero desde ésta si
era posible divisar las celdas. Los presos no sabían
cuándo los guardias de la
torre los vigilaban. Antes hubo tres edificios construidos con similar
proyecto: en Lima, Bogotá y Buenos Aires pero Miguelete es el
más antiguo que
se conserva casi en su formato original. La cárcel fue creada
como centro de
reclusión modelo que buscaba alejar del delito a los hombres
libress, y lograr
a un bajo costo la reinserción social de los sentenciados,
objetivo que se
desvirtuó por la sobrepoblación." En 1880 Máximo
Santos (1847-1889) mandó construir la Cárcel de
Miguelete. CASA AGUSTIN DE CASTRO
25 de Mayo 522, Montevideo Fuente: Inventario
del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad
Vieja Descripción: Ricardo
Goldaracena escribe
en el "Libro de los Linajes" (Tomo 1, Arca Editorial, Montevideo 1976,
p. 118-122):
"Figuras de menor talla que la de su hermano Carlos, fueron las de
Agustin y Juan Pedro, ambos legisladores de la República. El
primero, también muy rico, tuvo palacete en la calle 25 de Mayo,
construída por su sobrino Juan
Alberto Capurro en
1885." "Los
barrios de Montevideo"
Capurro playa, parque, estación balnearia y barriada montevideana, es un arraigado nombre capitalino. Es uno de los mas hermosos parajes que se recuestan sobre la bahía de Montevideo. Paraje y paisaje, porque la vista que se disfruta desde la playa de Capurro es, sin duda, una de las mas elocuentes de la ciudad, con su paisaje portuario a la izquierda, la pequeña mole del Cerro enfrente, absolutamente emblemática con fortaleza y todo, y la península estirándose como un bostezo, a lo lejos, con esos edificios que dan a Montevideo tono de urbe mayor, empezando con el Palacio Salvo y siguiendo por la Catedral, el Correo, la Iglesia de Lourdes, el edificio de la Aduana y tantos mas . . . Capurro,
entonces, paisaje elocuente de barcos fondeados o abandonados en la
bahía, paisaje costero y portuario, para el recuerdo, para la
fotografía del aficionado, para la nostalgia. Con una
iluminación distinta según sea de mañana o de
tarde. Con actividades diferentes según sea de día o de
noche.
El topónimo Capurro se debe al infatigable y emprendedor empresario italiano Giovanni Battista Capurro, marino genovés venido al país en tiempos de la jura de la primera Constitución. Cavaliere del reino de Cerdeña, Capurro acumuló aquí una envidiable fortuna como agente marítimo y accionista de distintas compañías. Su tacto y su buen olfato para los negocios, circunstancias que tantas veces hemos destacado en personajes similares a él, lo llevaron a cristalizar excelentes inversiones. En 1836 se había casado aquí con doña Prudencia de Castro, fundando una honorable familia. A su muerte, en 1872, la fortuna que dejaba a los herederos alcanzaba el millón de pesos, suma verdaderamente caudalosa para su tiempo. A su hijo Juan Alberto, ingeniero, arquitecto y empresario, amén de legislador y ministro, Montevideo debe importantes obras públicas y privadas, entre otras muchas, el histórico puente que une Montevideo con San José, en la Barra de Santa Lucía, construído en 1925. En la zona donde había estado establecido el Caserío de los Negros, en la margen izquierda de la desembocadura del arroyo Miguelete, el armador genovés adquirió un predio donde edificó una hermosa casa quinta, de 24 cuadras cuadradas, rodeada de paradisíacos jardines, que pobló de pájaros y especies forestales. La quinta de Capurro, que estaba frente a la playa antiguamente denominada "Honda", sobre la bahía, se llamó "La Meca", y allí vivió su fundador con su esposa y demás familiares hasta que falleció. Según el
historiador Aníbal Barrios Pintos, los arenales y pozos de agua
existentes en la costa de "La Meca", sobre la "playa Honda",
continuación natural de los pozos de la Aguada, fueron
explotados por Capurro con destino a los buques de ultramar que
regresaban sin carga a Europa y necesitaban lastre y, por supuesto,
agua dulce. La instalación de la "Compañía de Tranvías al Paso del Molino y Cerro", desde 1869, trajo importantes cambios al paraje y gran afluencia de visitantes. Los trenes eran tirados por caballos y se establecieron dos ramales desde la calle Agraciada hasta la costa. Uno iba por la actual calle Capurro hasta la bahía, y el otro por la calle Francisco Gómez hasta la vía férrea, que había sido inaugurada el 1o. de enero de aquel año 1869. El tranvía popularizó la playa de Capurro como estación balnearia. En 1872, la Compañía de Carritos de Ramírez y Capurro atendía un recreo, donde se expendía agua mineral de Vichy. Las familias de Montevideo iban hasta allí en tranvía, en sus propias volantas o en coches de alquiler, con el objeto de tomar sus refrescantes baños de mar. Cuando se estableció el vaporcito que hacía la carrera desde el puerto al cerro, en las temporadas estivales, tanto en el viaje de ida como en de vuelta, existía una escala en el muelle de Capurro. Según
cuenta don Isidoro de María, en 1866, con motivo de una gran
sequía, Giovanni Battista Capurro "se ofreció a traer
toda la precisa de su establecimiento". En sólo 18 días
se repartieron entre el vecindario 2.133 pipas de agua, costando ese
servicio a la Comisión de Salubridad 1.514 pesos. La estación balnearia, hotel y parque de Capurro fueron proyectos de los hijos del genovés, Juan Alberto y Federico, quienes crearon, al finalizar el siglo XIX, la sociedad denominada "Gran Balneario de Playa Honda", cuando el paraje se conocía todavía con el nombre de la playa. Esa sociedad confió al arquitecto Juan Tosi los planos para la construcción de un hotel para 450 pasajeros, con 285 habitaciones y un restorán, terrazas, gimnasio y sala de hidroterapia. Pero la crisis del año 90 frustró este ambicioso proyecto. La quinta fué fraccionada y vendida, permaneció solo el casco, donde tuvieron su sede las escuelas públicas Nos. 47 y 108, cuyo moderno edificio sustituye hoy a la vieja casa de los Capurro. En 1910, en los terrenos de la costa, se inauguró el "Parque Capurro", trazado por el ingeniero alemán Julio Knab, cuya parte arquitectónica, de amplias y hermosas escalinatas y demás construcciones, fué obra del arquitecto florentino Juan Veltroni. El paso del siglo XX redujo a recuerdos el hermoso parque que ya casi nadie visitaba. Sin embargo, la construcción de la nueva ruta de salida al Oeste, que en algún momento amenazó destruirlo definitivamente terminó poniéndolo en vigencia nuevamente. En 1988, las construcciones planificadas por Veltroni fueron recicladas por el Municipio. Nota de los editores de
este
sitio:
Hay un error de Godaracena cuando atribuye a Juan Alberto Capurro la autoría del puente viejo de la Barra de Santa Lucía, inaugurado en 1925, que fue obra de Federico E. Capurro sobrino de Juan Alberto quien murió en 1906. |
"Sería
buena cosa que pudiéramos disponer de una maqueta de la "ciudad
vieja", extendida -por ejemplo- hasta la calle Andes. Y mejor
todavía si pudiéramos
disponer no de una sino de dos
maquetas, para tener una clara noción de los cambios que se han
procesado en esa trama, digamos entre 1870 y nuestros días.
Y lo
de 1870, no es caprichoso, porque fue en el entorno de esa fecha que el
joven ingeniero Juan Alberto Capurro, realiza el Plano Catastro de
Montevideo.
Dice al respecto el arquitecto Carlos Altezor: "Dibujado a
tinta china y acuarelado, mostrando las plantas de techo de cada
manzana con el detalle de sus
cuatro fachadas; deslindando cada
parcela; los ocho tomos de láminas en los cuales está
organizado el Catastro constituyen un útil de trabajo
invalorable
para los estudiosos de lo urbano" (*). También
serán un "útil invalorable" para los maquetistas..."
8. ALBERT EINSTEIN
EN MONTEVIDEO
24 - 30 IV 1925 Fuente: https://einsteinpapers.press.princeton.edu/vol14-doc/797 colacionada con http://www.tagtt.de/albert_einstein/archive/moment/reise_s%C3%BCdamerika_40_7_uhr_morgens_ankunft...-404870 Ver: Cecilia Cabeza,
Raúl Montagne, Cristina Masoller. Instituto de
Física -
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli,
Instituto de Física - Facultad de Ingeniería: "Sobre la
visita de
Einstein al Uruguay (1925)" 1995, en: https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf
Albert Einstein in Montevideo (1925) Fuente: http://archive.constantcontact.com/fs090/1101630309567/archive/1107845421788.html 24. 7 Uhr morgens. Ankunft
Montevideo. Beschliesse Krankheit. Übersicht über
M. vom Versicherungs-Gebäude. Einquartiert in russisch-jüd.
Familie Rosenblatt.
Besuch des deutschen Gesandten. Ras
Fereida Bummel. Feiner schwarzer nervöser
Kerl.[70] Spricht schlecht französisch, noch schlechter als ich.
Hatte Scheu vor
mir wie die meisten. 24. 7 de la mañana.
Llegada a Montevideo [en el "Vapor de la Carrera" RC]. Punto final a la
enfermedad. Vista de Montevideo desde
el edificio del Banco de Seguros. Alojado en casa de la familia
rusa-judía Rosenblatt. Visita al (del?) embajador
alemán. Ras
Fereida Bummel.
Una persona fina, de tez oscura, nervioso.[70] Habla mal
francés, peor que yo. Tímido frente a mi como la
mayoría.
En Uruguay encontré una cordialidad auténtica como pocas veces en mi vida. Encontré allí amor por la propia tierra sin ningún tipo de delirio de grandeza. Luego de llegar (encuentro) con Rosenblatt e hijos. Desde el Banco de Seguros del Estado (BSE) una magnífica vista de la ciudad y del puerto. La familia muy cordial y abierta. El y ella (hablan) solo jiddisch, los hijos solo francés, [71] El Prof. Ing. Maggiolo es un una persona muy amable y fina, calmo y replegado en sí mismo, para nada americano. El Ing. Castro, más joven, también una persona muy amable con encantadores hijitos con mejillas rojas. [72]
[70] Einstein
arrived in Montevido on board the SS Ciudad de [71] Esther
Rosenblatt-Filevich, José (1896-1953), Octavio, and Gregorio
Rosenblatt, José
was the first Jewish doctor to graduate from the [72] Amadeo
Geille Castro (1890-?) was Assistant Professor of Rational
Mechanics at the
University of the Republic in
25. Primera conferencia con recepción solemne. Por la tarde con Maggiolo, los Rosenblatt y el embajador alemán La Traviata por un grupo de teatro italiano.[video] Muy lindo. [73] In the
morning of 25 April, Einstein briefly met with a delegation from the
local
Jewish community. He then left on a tour of the city by car in the
company of
Geille Castro, Müller, and Sánchez González, which
included a public school
housed in the Castro country villa.
The first lecture was delivered in French in the overcrowded Public Assembly Hall of the University of the Republic at 5:30 P.M. The audience numbered approximately 2.000 people and was mainly comprised of professors and students. The lecture series was entitled "General Foundations of the Theory of Relativity." Einstein was introduced by the rector of the university, Elías Regules. The engineer Federico García Martínez gave an outline on the theory of relativity. In his lecture, Einstein presented a critique of Newtonian mechanics, dealt with the experiments of Foucault and of Michelson and Morley, outlined the path from special to general relativity, discussed the finiteness of space and of four-dimensional space, the curvature of light rays, and the relativity of time. The reception at the university was hosted by Rector Regules and attended by numerous professors and students. (El País, 23 April 1925; La Prensa, 24 April 1925; El Día, 24 and 25 April 1925; La Tribuna Popular, 26 April 1925; and La Razón, 27 April 1925). (my emphasis, RC) Nota: la "Castro country villa" era la casa de Juan Bautista Capurro y Prudencia de Castro en el barrio "La Meca". Después de la muerte de Prudencia en 1888 dicha casa pasó a su hijo menor Eduardo (1893-1927), quien murió sin dejar descendencia. Luego de la muerte de Eduardo, la antigua casa en la que funcionaba la escuela pública No. 47, hoy Escuela Washington Beltrán-Romildo Risso, fue demolida. Einstein visitó la escuela en la antigua villa con el nuevo "Parque Capurro" creado por el ingeniero alemán Julio Kalb con construcciones a cargo del arquitecto florentino Juan Veltroni. (Ver aquí) Villa Capurro-Castro Parque Capurro (ayer y hoy) Elías Regules (1861-1929) Rector de la Universidad de la República (1922-1928) Universidad de la República, Montevideo (est. 1881) https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_la_Rep%C3%BAblica 26. (Sonntag)
Küsten-Spaziergang mit Bürgermeister. Sehr hübsch, mit
Sonnen-Untergang. Geschmackvolles Strandhotel wurde mir gezeigt, von
einem
Einheimischen gebaut. Abends Lohengrin mir
zuliebe gespielt [video].
Schwankte
zwischen
gut und komisch. Liegt nicht nur an der Truppe. [74] Zwei Studenten
halten immer
Wache, dass kein Unberufener zu mir kommt. Haben einen rührenden
Diener
zugeteilt bekommen, mit dem ich mich nur mit den Händen
verständigen konnte. [74] On 26
April, Einstein held a press conference for three journalists at the
Rossenblatt [sic] residence, where he elaborated on his litterary and
musical
preferences, his impressions of
[75] The
origins of the modern welfare state in
27. Por la mañana
visita con
el presidente del Senado a una fábrica para el tratamiento
del hermoso y variado mármol local. Un muchacho
más joven, inteligente pero astuto que va a suplantar a Leopoldo Lugones
en la Comisión de Cooperación Intelectual de la Sociedad
de las Naciones.
Maggiolo y Castro así como otros también participaron.
Luego visita al nuevo casi terminado edificio de Gobierno. De muy buen
gusto por dentro en estilo del Alto
Renacimiento, llevado a cabo por
arquitectos ítalo-suizos. [76] The
president of the senate was Juan
Antonio Buero (1888/9? - ?). The
marble
factory was the Compañía de Materiales para la
Construcción in the Bella Vista
neighborhood. The new government building was the [77] The
audience with the president of the Republic, José
Serrato
(1868-1960), took
place at 3 P.M. The minister of justice and public instruction was
José
Cerrutti. The Swiss consul in
28.
A
las 6 recepción de la colonia alemana. Jovial y agradable acampañada con café. Probablemente
vinieron esa tarde sólo los más liberales. Por la tarde
banquete
oficial en el que también tomó parte la
Comisión Judía de la Sociedad de Naciones para la
inmigración de expulsados de guerra. Estuve sentado junto a un
inglés muy interesante (trabaja con Nansen),
Latzki (ruso, vive en Berlin) también participó. Le di
una carta de recomendación para [Miguel Angel] Gallardo. [78] The
Federation of German Associations had decided "unanimously"
(einstimmig) to greet Einstein
by means of a reception committee and to hold a
reception in his honor at the German Club (see German Embassy,
Montevideo to
the German Foreign Minisitry / Auswärtiges
Amt, Berlin, 4 June 1925 [ByBPAAA, R
64578[)
The banquet in Einstein's honor was held by the local Jewish community at 8 P.M. at the Hotel del Prado. Fridtjof Nansen (1861-1930) was a Norwegian explorer, scientist, humanitarian, and the Hotel del Prado, Montevideo 29. Empfang in <Polyt>
Ing. Schule <Diplo> Gedenkmedaille der Studenten
Letzte Vorlesung. Abends großer Empfang bei deutschem Gesandten,
bei dem nur
Uruguaiische Politiker und Gelehrte waren.[79] 29. Recepción en la <Polit.>
Escuela de Ingeniería <Diplo> Medalla de
Conmemoración de los estudiantes. Última conferencia. Por
la tarde gran recepción en lo del embajador alemán a la
que participaron solo políticos y académicos uruguayos. [79]
Einstein arrived at the reception at the
Albert Einstein con
estudiantes de ingeniería, Montevideo 1925
30. Morgens Kino
Südpol-Expedition, austral. Archipel und ein hübscher
Chaplin-Film (Der
falsche Pastor) eigens für mich von Glücksmann
aufgeführt.[80]
Nachmittags wundervolle Segelpartie. 6 Uhr Empfang im Ingenieurverein.
Abends 9
Uhr grosses Bankett gegeben von Regierung und Universität. Ich
sass neben
Präsident und einem Minister und unterhielt mich vortrefflich. Wacht am Rhein
statt deutsche Hymne gespielt.[81] Deutscher Ges. und ich schmunzelten.
Die
Menschen waren rührend und ohne Ceremoniel. Aber ohne Smoking
gehts nicht. 30 De
mañana:
cine, expedición al polo sur, archipiélago austral una
linda película de [Charlie] Chaplin (El
peregrino) especialmente
realizado por Glücksmann para mi [80]. Por la tarde una hermosa
regata. A las 6 recepción en la Sociedad de Ingeniería. A
las 9 gran banquete ofrecido por el Gobierno y la Universidad. Estuve
sentado junto al Presidente y a un ministro y disfruté mucho de
la
conversación. Se tocó la "Guardia del Rin"
[video] en
lugar del
himno alemán [video]. La
colonia alemana y yo sonreímos.
La gente amabilísima y sin etiqueta. Pero sin smoking no va. [80] The
Pilgrim was produced and directed by Charlie Chaplin in
1924. Max
Glücksmann. (1 V) Bemerkung: das
über Montevideo ist aus dem Gedächtnis am Dampfer [82]
geschrieben. In Wirklichkeit war es viel mehr und bunter, so dass ich
bei aller
Liebe manchmal kaum mehr jabsen konnte. Es war aber viel menschlicher
und
erfreulicher als in Buenos Aires, wozu natürlich die kleineren
Dimensionen des
Landes und der Stadt beitrugen. Diese Leute erinnern eben an Schweizer
und
Holländer. Bescheiden und natürlich. Hol' der Teufel die
grossen Staaten mit
ihrem Fimmel. Ich würde sie alle in kleinere zerschneiden, wenn
ich die Macht
dazu hätte. (1 V) Nota: lo de Montevideo fue escrito
en el
barco [82] desde el recuerdo. En realidad fue mucho mas y mas
variado de suerte que a veces a pesar de hacer un esfuerzo apenas
podía
respirar. Fue mucho más humano y agradable que en Buenos Aires,
a lo que contribuyeron las dimensiones menores del país y de la
ciudad. Esta gente me recuerda a suizos y holandeses. Modestos y
naturales. Al diablo con los grandes estados y sus manías. Si
pudiera los cortaría a todos en pedacitos. [82] The SS
Valdivia belonged to the Société
Générale des Transports Maritimes à Vapeur. 1
V. Alle Arbeit ruht und keine Autos dürfen fahren. Ich werde mit
Stadt-Auto zur Bahn gebracht und mit Hafendampfern samt der zahlreichen
Begleitung aufs Schiff gebracht. Valdivia. Französisch. Sehr
dreckig und klein,
aber freundliche Mannschaft und gemütlich. [83] Nur vor den
Abtritten graust mir. 3
Tage kann mans aber aushalten. Meine Nerven sind abgespannt. Ich
gäbe es drum,
wenn ich in Rio nicht noch einmal aufs Trapez müsste. Aber man
muss aushalten. 1 V. Todo el trabajo descansa y los autos
no
pueden andar. Me llevan a la estación en un auto de la ciudad y
me trasladan al barco en vapores del puerto junto con numerosos
acompañantes.
Valdivia. Francés. Muy sucio y chico, pero la tripulación
es amable y agradable. [83] Solo me horrorizan los inodoros. Pero tres
días se puede aguantar. Mis nervios están tensos.
Qué no daría por no tener que subir al trapecio. Pero hay
que aguantar. [83] Einstein was bid farewell by a large number of professors and students at the dock (see El Día, 10 May 1925). 2 V. Der Schiffsarzt hat mir
ein Buch von Le Bon mit
Aphorismen zur Politik
und Soziologie gegeben. Geistreich, aber nicht frei von gewissen
Vorurteilen,
insbesondere das kommunistische Problem betreffend. Er raisonniert wie
die
Liberalen von 1850. Auch ist er nicht frei von Militarismus.[84] Es
wird ziemlich heiss.
Dazu das ziemlich schwer und schlecht gekochte Essen. Man schläft
schlecht.
Gesellschaft am "Honoratiorentisch" recht gemütlich, besonders
Kapitän. Sind viel angenehmer als Deutsche, viel schlichter und
natürlicher.
Dabei von einem gewissen Feingefühl, nicht zudringlich. Alle meine
wissenschaftlichen Ideen, die ich in Argentinien ausdachte, erweisen
sich als
unbrauchbar.[85] Das Wetter ist schlecht bis mittelmäßig. 2 V. El médico de abordo me dio un
libro
de (Gustave) Le
Bon (1841-1931) con aforismos sobre política y
sociología.
Ingenioso pero no libre de prejuicios, particularmente en lo que
respecta al problema del comunismo. Razona como los liberales de 1850.
Tampoco está libre del militarismo. [84] Hace
mucho calor. Y a esto se suma la comida pesada y mal cocinada. Se
duerme mal. La compañía en la "mesa de honor" es muy
agradable, especialmente el capitán. Son mucho más
simpáticos que los alemanes, más sencillos y naturales. Y
además tienen una cierta delicadeza, no son entrometidos. Todas
las
ideas científicas que se me ocurrieron en Argentina
resultaron inservibles. [85]. El tiempo es desde malo hasta regular. [84] Gustave Le Bon:
Hier et
demain. Pensées brèves. Flammarion 1918. [85] See
Docs. 474 and 476 for references to an idea Einstein had while in
Argentina 3. Wetter etwas besser. Viel
Wind aber wenig erfrischend. Die Ruhe aber thut
wohl. Morgen abend ist die Herrlichkeit vorbei, und ich muss ein
letztes mal
aufs Trapez. Diese paar Tage Affenkomödie werde ich mit Gottes
Hilfe noch
aushalten. Dann kommt dafür eine sehr schöne lange Heimreise.
Ich kann mir ein
regelmässiges, stilles Leben kaum mehr vorstellen, soviel Unruhe
und Wechsel
liegen hinter mir. Wie werden sich unsere Papierhelden freuen, dass sie
den Michel
den Hindenburg aufgeschwazt haben.[86] Dem deutschen Gesandten
in Montevideo
wars peinlich, und die Uruguayer machten sich über die Deutschen
lustig: Die Nation,
der man mit dem Stock die Klugheit ausgetrieben hat. 3. El tiempo ha mejorado un poco. Mucho viento pero poco refrescante. Pero la tranquilidad hace bien. Mañana por la tarde se terminó la gloria y tengo que subir al trapecio por última vez. Con la ayuda de Dios voy a poder aguantar aún estos pocos días de comedia de monos. Luego viene un largo y hermoso viaje de regreso a casa. Apenas puedo imaginarme una vida normal y tranquila, tanta intranquilidad y tanto cambio están detrás mío. Cómo se van a alegrar nuestros héroes de papel que le han embaucado "el Miguel" a Hindenburg. Para el embajador alemán en Montevideo fue engorroso y los uruguayos se burlaban de los alemanes: la nación de la que han expulsado la cordura a bastonazos. [86] Retired general Paul von
Hindenburg (1847-1934) had been elected president of Germany on 26
April 1925 (see Berliner Tageblatt, 27
April 1925, EE).
4. Ankunft in Rio bei Sonnenuntergang und prächtigem Wetter. Granitfels-Inseln von phantastischen Formen sind vorgelagert. Feuchtigkeit gibt geheimnisvolle Wirkung. [...] 4. Llegada a Río con puesta de sol y tiempo magnífico. Por delante están islas de granito con formas fantásticas. La humedad produce un efecto misterioso. [...] *** Cecilia Cabeza,
Raúl Montagne, Cristina Masoller.
Instituto de Física - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli Instituto de Física - Facultad de Inteniería: Sobre la visita de Einstein al Uruguay (1925) 1995 https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf "La impresión que el sabio causa sobre los estudiantes está sintetizada en un artículo de la revista de los estudiantes: Einstein, el hombre "... uno se siente
sobrecogido de
emoción als presentársele la ocasión de ver al
sabio-cumbre y de hablar
con él. Cómo será?... pero... se conoce al hombre,
se habla con él, y
la más honda y la más agradable sorpresa es la que se
experimenta.
Sencillo, sincero, amable, cautiva hondamente. Y uno entonces piensa
cuán equivocadas eran las hipótesis que se
formuló, y encuentra que el
resultado es el lógico, el que corresponde a un gran sabio que
lo es de
verdad".
"Lo primero que impresiona al conocerlo es su risa característica, risa de alma de niño, risa sin ficción. Si, eso es Einstein, un alma de niño, de niño grande que sabe ponerse serio, y un cerebro de sabio; creemos que es junto a su fama científica bien conquistada el más alto elogio que de él puede formularse". La opinión de los estudiantes expresada a través de su publicación (Revista del Centro de Estudiantes de Ingeniería) se preocupa fundamentalmente por el aspecto humano y social de la visita. "En su
estada, siempre lo mejor que podía proporcionársele no
eran los
programas hechos, sino llevarlo a pasear. Un día caminando por
Pocitos,
fue con sus acompañantes
marchando desde Trouville hasta el otro lado
de la ensenada; otro día desde Carrasco hasta Punta Gorda. Le
gusta
caminar, observar, gozar del espectáculo de la naturaleza,
libremente;
y camina conversando con sus acompañantes,
deslizando sutiles
observaciones, abordando los más variados temas...".
"... Hemos dicho que
ama los niños... En
una visita imprevista a la
Escuela Pública..., era de ver la satisfacción que se
reflejaba en su
fisonomía, que uno aprende a comprender, al hallarse entre los
botijas,
al examinar sus trabajos escolares. Y lo mismo en toda ocasión
en que
se halló con niños."
Los estudiantes opinan que: "La juventud
universitaria pudo tener con
su venida una enseñanza
de tanto valor como la científica: conocer al
sabio, conocer AL HOMBRE".
Fue propósito de los estudiantes hacer agradable la estadía de Einstein al Uruguay. "Podemos estar seguros
de que se va contento de Montevideo,
de que no ha hecho sino ratificar la opinión favorable al
Uruguay, que
demostró traer con solo los informes que habían llegado a
sus oídos,
sin conocerlo aún. Y para ello ha bastado con no cansarlo con
acto de
protocolo excesivo, con no fastidiarlo con su teoría de la
relatividad,
con preocuparse tan solo de hacerle agradable la estada...".
Dicho propósito fue confirmado en su carta que envía desde Berlín a la Asociación Politécnica de Montevideo en setiembre: "... Con este motivo
recuerdo también esas florecientes y hermosas tierras.".
*** EINSTEIN Y VAZ FERREIRA Relato
del
encuentro de Albert
Einstein (Ulm 1879 - Princeton 1955) con Carlos Vaz
Ferreira (Montevideo 1872 - 1958) en:
Cecilia Cabeza, Raúl Montagne, Cristina Masoller. Instituto de
Física -
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli,
Instituto de Física - Facultad de Ingeniería: "Sobre la
visita de
Einstein al Uruguay (1925)" (1995).
El filósofo Carlos Vaz Ferreira y su hermana la profesora y poetisa uruguaya María Eugenia Vaz Ferreira (1875-1924) eran hijos de Manuel Vaz Ferreira, un comerciante portugués, y Belén Ribeiro. Ver: Casa-Quinta y Familia Vaz Ferreira y Quinta Vaz Ferreira. Einstein junto a Vaz Ferreira en la Plaza Artola hoy Plaza de los 33 Orientales. 24 de abril de 1925, Montevideo, Uruguay https://www.gadu.org/antologia/la-visita-de-einstein-a-montevideo-en-1925-ortiz-otero/ Plaza de los 33 Orientales (en el fondo el Cuartel Centenario de Bomberos) ubicada entre 18 de Julio, Magallanes, Minas y Colonia http://www.viajeauruguay.com/montevideo/plaza-de-los-33-orientales-en-montevideo.php Dentro de los círculos intelectuales, aparentemente la visita del Sabio no despertó mayor intereés, ya que en las revistas de la época no hubo ningún artículo que hablara de la misma. La excepción es quizás el filósofo Carlos Vaz Ferreira, quien tenía un gran interés en la teoría desarrollada por Einstein. En 1922, dicta una serie de conferencias. "En que está la teoría de la relatividad". En su informe anual de la Cátedra, dice: "...
La casi totalidad de las conferencias de
este año fue dedicada a un examen
crítico de la teoría de la relatividad desde un punto de
vista filosófico y lógico (también desde el punto
de vista científico, en cuanto puede estar a mi alcance). No
fueron conferencias de exposición (sin perjuicio de algún
auxilio que procuré mostrar para la comprensión de las
teorías, elección de lecturas, etc.) sino de
interpretación..."
Según Sara Vaz Ferreira, su padre sentía una gran admiración por Einstein; prueba de esto es la dedicatoria de un libro que regala al Sabio, y que éste deja olvidado en la residencia donde se hospeda: "A Einstein, allá arriba". Incluso en la biblioteca de Vaz Ferreira, se encuentran numerosos volúmenes referidos a la teoría de la relatividad, escritos no sólo por Einstein, sino también por otros físicos famosos de la época. También cuenta Sara Vaz Ferreira, que su padre estaba nervioso unos días antes de la llegada del Sabio; paseaba por el jardín de su casa inquieto, pensando en sus propias conclusiones sobre la teoría de la relatividad, que tenía la intención de exponer a Einstein. El interés en conocerse era recíproco, ya que Einstein había oído hablar del filósofo y tenía la intención de conocerlo personalmente. Uno de los hijos del Sr. Rossemblatt [sic], relata que Einstein poseía una pequeña libreta donde tenía anotados los nombres de las personas que quería conocer en cada país; en Montevideo sólo figuraba el nombre de Carlos Vaz Ferreira, a quien decide dedicarle toda una tarde para conversar. No obstante el interés que Einstein despertaba en Vaz Ferreira, éste no se presenta el día fijado para la entrevista, ya que delante de la puerta de la casa donde se hospedaba Einstein, se siente intimidado por su presencia, y no se anima a entrar. Se decide a concertar una nueva entrevista, menos formal, que finalmente se concreta en la Plaza de los Treinta y Tres, donde sentados en un banco, ambos discuten diferentes aspectos de la teoría de la relatividad. El diario "El País" del día 25 de abril, en la página 3, publica una versión taquigráfica (no oficial) de la misma. Einstein:
- mi concepto del
universo es circunferencial. Partiendo de un punto, la línea
parece que se
aleja de él, pero en realidad a él se acerca y en
él termina. Quiero decir, que
lo que se aleja, se acerca, que lo que se va, viene; que lo que
está aquí, está
realmente allí; que la luz es la sombra; que lo que es, no es... Vaz Ferreira: - No creo
tanto;
pero sí que lo que se aleja puede en realidad estarse acercando;
que lo que
está aquí puede realmente estar allí; que la luz
puede ser la sombra; que las
apariencias engañan, que lo que es, puede ser que lo sea y puede
ser que no...
Einstein: - Fijaos en
la luz del sol...
Vaz
Ferreira: - ¿Y quién puede afirmar que esa luz es del
sol,
y que el sol es él? Vaz
Ferreira: - Yo no llego a ser tan radical. No afirmo. No afirmo
que yo no sea yo, pero digo que es posible que no lo fuera, o que lo
fuera. Vaz
Ferreira: - Según mi teoría puede ser que sí. Y
yo, ¿hablo con Einstein?
”Todo Montevideo
acudió en forma masiva, colmando la capacidad del Paraninfo, las
escaleras interiores y exteriores, la explanada de la Facultad de
Derecho. En la segunda, satisfecha la curiosidad de ver al gran hombre,
y ante la imposibilidad absoluta, total, de entenderlo, se
inició una discreta deserción. Antes de empezar la
tercera, Einstein paseó la mirada de sus espléndidos ojos
negros por el raleado auditorio y constató "animo giocando": "Il
ne reste plus courageux". (Sólo quedan los más
valientes). Naturalmente, Vaz Ferreira estaba entre ellos." El
filósofo uruguayo regala a Einstein varios ejemplares de su
obra, quien posteriormente le envía una carta, con un comentario
positivo sobre el libro "Le Pragmatisme" [Montevideo 1914]. El
entusiasmo de Vaz Ferreira no es pasajero, no se reduce a la
época de auge de la teoría de la relatividad. Prueba de
ello es la conferencia que dicta en abril de 1955, en ocasión de
la muerte del Sabio, en su calidad de Decano de la Facultad de
Humanidades y Ciencias. "Con
respecto a la teoría de la relatividad" -el Decano recuerda que-
no es la teoría misma la que se discute hoy: ella quedó
confirmada por tres hechos: la explicación de la anomalía
del perihelio de Mercurio, que antes no se podía explicar (con
ese objeto se había supuesto la existencia de un planeta
interior a Mercurio, que se intentó llamar Vulcano, pero la
existencia de éste no se confirmó, resultando en cambio
que la teoría de Einstein explicaba la anomalía
observada). La segunda confirmación resullllltó de la
observación de eclipses de sol, en que se observó la
desviación de la luz por influencia de un campo poderoso de
gravitación. Y la tercera resultó de un hecho anunciado
de antemano por Einstein, o sea el corrimiento de los rayos del
espectro hacia el rojo en un campo de gravitación poderoso, lo
que también fue confirmado. Lo que se discute todavía no
es la teoría misma de la relatividad, sino la tentativa de
unificar el campo gravitacional con el electromagnético,
tentativa en que habían fracasado, entre otros, Eddington y, al
principio, también el mismo Einstein; habiendo quedado en
discusión una tentativa posterior de este sabio, sobre cuyo
éxito se ha opinado diversamente."
Monumento a Albert
Einstein con Carlos Vaz
Ferreira en 1925. Ver esta versión del diálogo (Octubre 06, 2008) http://viajandoporuruguay.blogspot.com/2008/10/cuando-einstein-nos-visito.html?m=1 Bibliografía
The Collected Papers of Albert Einstein. Volume 14. The Berlin Years: Writings & Correspondence. April 1923 - May 1925. Diana Kormos Buchwald, József Illy, Ze'ev Rosenkranz, Tilman Sauer, and Osik Moses, Editors. A.J. Kox. Issachar Unna, and Dennis Lehmkuhl. Associate Editors. Princeton University Press 2015, 79-80. (Ver aquí) Texto: https://einsteinpapers.press.princeton.edu/vol14-doc/797 Ver esta versión: http://www.tagtt.de/albert_einstein/archive/moment/reise_s%C3%BCdamerika_40_7_uhr_morgens_ankunft...-404870 Alfredo Tiomno Tolmasquim: Science and Ideology in Einstein's Visit to South America in 1925. In: Christoph Lehner, Jürgen Renn, Matthias Schemmel (Ed.): Einstein and the Changing Worldviews of Physics. Springer 2011, 117-133 (Ver aquí) Eduardo L. Ortiz, Mario H. Otero: La visita de Einstein en Montevideo en 1925. https://www.gadu.org/antologia/la-visita-de-einstein-a-montevideo-en-1925-ortiz-otero/ Cecilia Cabeza, Raúl Montagne, Cristina Masoller. Instituto de Física - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli, Instituto de Física - Facultad de Inteniería: Sobre la visita de Einstein al Uruguay (1925) (1995) https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf Casa-Quinta y Familia Vaz Ferreira http://www.barrioatahualpa.com/seccion_arquitectura/2_quintas_vazferreira.html Quinta Vaz Ferreira http://www.quintavazferreira.org.uy/quinta_jardin.html Hisitoria del Barrio Capurro (Montevideo, Uruguay) https://www.taringa.net/+apuntes_y_monografias/historia-del-barrio-capurro-montevideo-uruguay_12xzuf |
Cualquiera de estos
procesos
emancipatorios es dudoso incluso que hubiera
comenzado sin los precedentes Ing.
Ponciano S. Torrado: La
esclavitud en el Uruguay
Almanaque del Banco de Seguros del Estado, 1965 "El
Un censo practicado en 1778 indicó un total de 1368 esclavos, suma equivalente al 20% de la población montevideana de entonces. Con el crecimiento y desarrollo de Montevideo, el número de esclavos aumentó considerablemente llegando, en 1790, a 5.000 aproximadamente, más de la población total. Las condiciones sanitarias en que llegaban los pobres infelices hacinados en las bodegas, mal alimentados y sin condiciones higiénicas de ninguna clase, causaron mortandad y afecciones graves que alertaron a las autoridades responsables de la salud pública. En cierta oportunidad, el Cabildo de Montevideo, teniendo en cuenta que el depósito de los negros se hacía dentro del pueblo, procedimiento que estimó "opuesto a la piadosa mente del soberano que no vigila en otra cosa que proporcionar a sus vasallos por cuantos medios le dicta su tierno amor, la mayor sanidad y preservarlos de todo contagio"......... dispuso una serie de medidas profilácticas con respecto a la introducción de negros que viene cubiertos de sarna y llenos de otros males capaces de infectar la parroquia, por lo cual "corresponde prevenir el daño general que pueda esparcirse en la ciudad........ " Las disposiciones de orden higiénico comprendían la creación de una Junta de Sanidad, la obligación de visitar los buques que hacían tráfico de negros y la permanencia en puerto por un plazo de cuarenta días." Alex
Borucki et al.:
Esclavitud y trabajo: El proceso de abolición de la esclavitud en el Uruguay (1841-1862) (Ver también aquí) "El
nacimiento del Estado Oriental
fue paralelo a la progresiva aprobación de leyes y decretos en
pos de la libertad de vientres y de la prohibición del
tráfico de esclavos. Sin embargo, el proceso de abolición
solo se inició decididamente a partir de la coyuntura abierta
por la Guerra Grande. Hubo manumisiones parciales vinculadas a
conflictos bélicos desde el período colonial, continuando
tales prácticas durante la revolución en el Río de
la Plata, y extendiéndose hasta las guerras de independencia
contra el Brasil. Las leyes de libertad de vientres, propias de la
legislación contra la esclavitud, se elaboraron desde los
tiempos de la revolución, de la independencia, y figuraron en la
primera Constitución. En los
primeros años del
Estado Oriental se promulgaron disposiciones para prohibir el
tráfico, cuya reiteración evidencia su relativa
efectividad. Recién en 1839 se firmó un tratado con Gran
Bretaña para terminar con la trata, el cual fue ratificado en
1841. Ese mismo año se iniciaron las prácticas de
manumisión vinculadas a la Guerra Grande. Solo un contexto
político internacional favorable y una coyuntura bélica
apremiante determinaron la concreción de la abolición. Más
allá de
la
legislación y de los discursos contra la esclavitud, las
prácticas de manumisión del poder político fueron
signadas por una dinámica estrictamente bélica."
(pág. 11). Roberto Bracco, José
Lopez Mazz, Beatriz Orrego Rojas, Nicolás Batalla, Rodrigo
Bongiovanni:
Esclavitud y afrodescendientes en Uruguay. Una mirada desde la antropología. Udelar 2012, págs. 14 ss. "¿Por qué
fueron
trasladados a América los africanos? Porque los
indígenas americanos ya no estaban disponibles en gran cantidad,
por haber sido
diezmados como consecuencia de las condiciones de trabajo y de las
enfermedades
que se contagiaron de los europeos (como la gripe y viruela). Porque aunque los
indígenas siguen siendo explotados, no se lo hace a
través de relaciones
estrictamente de esclavitud. Estas eran económicamente menos
beneficiosas que
las que se obtenían con el uso de esclavos procedentes de otras
tierras. Porque el
tráfico
expande e intensifica las redes de compra y venta de bienes,
beneficiando a
otros grupos dominantes que no obtienen sus ganancias directamente de
la
producción, sino del comercio. Ello se ve facilitado cuando los
europeos logran
tener acceso, dominar y expandir el tráfico de esclavos
africanos. ¿De dónde
venían? Principales
puertos relacionados con la trata de esclavos africanos [....] El Caserío de
Filipinas o Caserío de los Negros en Montevideo En la
fundación
española de Montevideo, en el año 1726, participan
exclusivamente 131
españoles, sin esclavos ni siervos. Pero unos años
después el Cabildo de la
nueva ciudad-puerto, en vista de la falta de mano de obra, solicita a
las
autoridades coloniales competentes, la importación de esclavos
negros. Concuerdan
los historiadores que desde el año 1743 se inicia la
introducción regular de
esclavos a Montevideo. Los primeros fueron traídos por el
asentista Thomás
Navarro desde las costas de Guinea, a cambio de cueros. Hacia 1756,
tres
décadas después de la fundación de la ciudad de
Montevideo, arribó un navío
portugués con cargamento de esclavos, procedente de Angola. En
los primeros
tiempos, antes de la venta, la mercadería humana era depositada
en edificios
dentro del perímetro de la ciudad amurallada. En el año
1787 se otorga permiso
a la Real Compañía de Filipinas para realizar el
tráfico de esclavos, dándose
en 1788 su primer arribo. A esta compañía se le otorga el
derecho de introducir
en los puertos de Montevideo, Chile y Perú, la cantidad de cinco
a seis mil
esclavos por año, durante dos años Es en este momento
cuando el Cabildo de
Montevideo, ante los reclamos de los vecinos, entendió necesaria
la
construcción de un espacio que «resguardara» a los
esclavos, pero sobre todo a
los pobladores del lugar, de posibles enfermedades traídas en el
viaje. El
lugar fue construido por la Compañía de Filipinas para
depositar a los esclavos
en cuarentena (durante 40 días) antes de reembarcarlos a Buenos
Aires y otros
puertos o de ponerlos a la venta en la propia ciudad. Es así que
se realiza una
construcción, la más grande de las proximidades de la
ciudad amurallada, la
cual será conocida como Caserío de Filipinas o de los
Negros. Los depósitos de
esclavos en América, como el Caserío de Filipinas,
durante el período de trata,
cumplían varias funciones. Eran depósitos de
almacenamiento hasta la venta,
espacio de cuarentena, lugar para recuperar la mercadería de las
penurias del
viaje y de aclimatación a las nuevas condiciones. Asimismo
permitían un mejor y
mayor control para que se cumpliera con las cargas tributarias.
También eran
sitios por donde se introducía mercadería de contrabando,
humana o no. Al
considerar el Caserío de los Negros, debemos reparar en la
ubicación que se le
había asignado: fuera de las murallas del Montevideo colonial.
El Caserío
formaba parte del sistema colonial, pero constituía un espacio
relegado al
entorno no ordenado, no planificado, de las tierras de la Corona
Española. Era
un espacio-otro, marginado y alejado del espacio reglado de la ciudad.
Si bien
la condición de esclavos los había subordinado
hacía tiempo a la condición de
mercancía, el ingreso al espaciociudad sería la
inserción formal de los
esclavos al mundo ordenado de la colonia. [...] Interrumpida la
trata durante el proceso de independencia e iniciado el largo proceso
de
abolición, el edificio es utilizado con diferentes fines,
sufriendo las
contingencias del tiempo y de los tiempos. Según las fuentes
documentales, el
Caserío de Filipinas va a perder buena parte de los techos en
las primeras
décadas del siglo XIX, sirviendo sus restos en 1814, con motivo
del sitio de
Montevideo, como lugar de alojamiento precario para las tropas de
Fernando
Otorgués. A mediados del siglo XIX se le describe como una ruina. Habiendo sido
-por sus dimensiones, arquitectura y sus múltiples funciones-
una de las
construcciones más importantes de extramuros para fines del
siglo XVIII y
comienzos del XIX, así como, ya en ruinas, un punto de
referencia de la costa
oeste de la bahía durante el siglo XIX, la ubicación del
Caserío de Filipinas
de Montevideo se pierde en forma poco explicable, hacia los inicios del
siglo
XX. Diferentes historiadores lo reconocen como un hito inicial en la
construcción del espacio que devendrá en el
emblemático Barrio Capurro. Sin
embargo no exhiben acuerdo en su ubicación. Estas discrepancias
se mantienen A comienzo del
siglo XXI un análisis de documentos de época y
principalmente planos históricos
señalan al predio que se ubica entre la calle Capurro, Juan
María Gutiérrez y
el Parque Capurro como el emplazamiento más probable. Parte de
este predio hoy
está ocupado por la “Escuela de Capurro”. (Actualmente
“Washington Beltrán” y
“Romildo Risso”). La escuela tiene una larga historia y una parte
está guardada
en su título de propiedad. En éste encontramos que hacia
el año 1844 un señor
llamado Nicolás Possolo solicita al gobierno que se le venda el
predio donde
había estado emplazado el Caserío de los Negros
(“respetuosamente se presenta y
dice que existiendo entre la Barra del Arroyo Seco y la del Miguelete
un área
de terreno de propiedad pública, en la cual se encuentran las
ruinas de un
edificio conocido por Caserío de los Negros, propone a V.E.
comprarlo [...]”). El
Gobierno accede a la petición. En el año 1864 dicha
propiedad es comprada por
Juan Bautista Capurro. No
mucho después uno de sus hijos construye ahí su casa. [subrayado
de los autores de este sitio, RC]
Hacia el 1900 el predio con la casa es alquilado para que sea sede de
la
escuela pública de aquel próspero barrio de emigrantes.
En el año 1902 la
Intendencia de Montevideo demuele las últimas ruinas que
quedaban en pie del
Caserío. Imaginamos nosotros que como forma de mejorar el
espacio escolar. En
1920 el Consejo Nacional de Educación compra la propiedad,
funcionando hasta
hoy en ella la escuela nº 47 y 51. No aparenta ser producto de la
casualidad,
ni inocente, que la inmensa contradicción que alberga ese lugar,
desde depósito
de esclavos hasta escuela pública, haya sido el motivo del
ocultamiento de su
historia por parte de una sociedad que trató de olvidar su
pasado esclavista. Entre 1500 y 1867
habrían llegado a América Latina y el Caribe 12.000.000
de africanos como
esclavos. Casi la mitad de ellos entre 1750 y 1825. Para el caso del
Río de la
Plata, en el siglo XVII, se estima que arribaron, por vía
marítima, unos 14.000
esclavos a Buenos Aires, y en la primera mitad del siglo XVIII lo
hicieron algo
más de 20.000. Entre 1786 y 1812, al menos 60.000 esclavos
fueron traídos al
Río de la Plata desde África y Brasil, más
aquellos que llegaron a través de la
frontera entre la Banda Oriental y Río Grande. Alex Borucki:
«El tráfico de
esclavos en el Virreinato del Río de la Plata, 1777-1812». Distribución de
los trabajadores domésticos de Montevideo. Año 1853.
Trabajo Blancos
«de color» Sirvientes 63 315 Fuente: Alex
Borucki, Karla Chagas y Natalia Stalla: Esclavitud y trabajo…, o. cit.,
p. 221.
La expresión «de color» aparece en la fuente original "El “caserío” En el año 1787, el Cabildo, ante la proximidad de la llegada de dos fragatas inglesas con 1000 esclavos, ordena a la Real Compañía de Filipinas construir “habitación bastante para los negros […] en la boca del Arroyo Miguelete, hacia la parte del Cerro, que es el paraje que está a la costa del mar y se nombra Jesús María” (Studer, 1958: 273). Pero el propietario de las tierras donde se dispone construir el “caserío”, argumentando que perjudica a sus haciendas, labranzas y ganado, logra que la autoridad colonial lo reubique en la boca del Miguelete, en la costa de la playa. Y es así que se construye el “…establecimiento donde se depositaban en cuarentena los negros importados por la Compañía de Filipinas ocupaba una manzana de terreno, bajo muro, teniendo en el centro cinco piezas edificadas, dos grandes almacenes, cocina, techo de teja. Por mucho tiempo, y hasta principios de este siglo, sirvió para depósito de los pobres negros condenados a la esclavitud”. (De María, 1976: 263-264). ¿Quiénes se
beneficiaban con el comercio de esclavos? Hacia el año
1791, la corona española declara a Montevideo único
puerto para la introducción
de esclavos para el Río de la Plata, Chile y Perú. Se
autorizaba el comercio de
cueros con Brasil. A su retorno las embarcaciones podían traer:
esclavos, café,
algodón, aguardiente. Brasil se transforma, para ese entonces,
en el principal
proveedor de esclavos del Río de la Plata a través del
puerto de Montevideo. El
comercio de esclavos se transformó en uno de los principales
rubros de la
economía montevideana. La burguesía montevideana,
acaparó el tráfico de
esclavos y desarrolló el emporio esclavista más grande
que jamás conoció el Río
de la Plata. Los más destacados comerciantes de Montevideo,
integrantes de una
sociedad fina y culta se habían convertido en los más
importantes comerciantes
de esclavos de la América del Sur. Entre estos comerciantes
encontramos a
Francisco Juanicó, Luis Godefroy, Mateo Magariños,
Cristóbal Salvañach, Pascual
Parodi, Pedro Francisco de Berro, Joaquín de Chopitea, Juan
Vidal y Batlla,
Carlos Camuso, Antonio Massini, José Batlle y Carreó,
José de Errazquin,
Francisco Antonio Maciel y Lucas Obes. La gran mayoría tuvo
participación
activa en el proceso independentista. También, por el cobro de
los derechos de
importación, se beneficiaba la corona española. Entre los
años 1750 y 1810,
entraron al puerto de Montevideo, unos veinte mil esclavos que
aportaron, por
concepto de tributos, unos trescientos mil pesos. El valor de un
esclavo
variaba, podía llegar a los 300 pesos y la ganancia que
obtenía el amo del
trabajo del esclavo dependía de su fortaleza, salud, edad y
habilidad manual." GÜÉ
- LA HUELLA AFRO EN URUGUAY
Barrio Capurro Fuente: LOS BARRIOS DE MONTEVIDEO – Paso Molino-El Prado y sus alrededores- autores Aníbal Barrios Pintos / Washington Reyes Abadie) En el paraje que habría de
constituirse en el barrio
Capurro, existían , en el ultimo cuarto de siglo XVIII , unos
edificios
conocidos como el “Caserío de los Negros”. A partir de 1743 , en
que llego al
Puerto de Montevideo , por cuenta del asentista Thomas Navarro, un
barco
procedente de las costas de Guinea cargado de infelices negros para el
comercio
de la esclavatura, cada vez fueron mas frecuentes los cargamentos de
esclavos
que llegaban a nuestra ciudad, a menudo, en deficientes condiciones de
higiene.
Ese tráfico de negros esclavos se acrecentó muy
especialmente en 1810, para
luego decaer. Antes de ser subastados, los negros eran alojados en
depósitos
ubicados dentro de los muros de la ciudad. Entre las
compañías que realizaban
el trafico, se destacaba la española “Real
Compañía de Filipinas” , autorizada
a transportar hacia América de cinco a seis mil negros por
año. En 1787, ante
la inminencia de la llegada del primer cargamento de la
Compañía de Filipinas,
el Cabildo montevideano, por temor al contagio de las enfermedades que
los
desembarcados podrían desencadenar en la ciudad, obligó
al representante de la
Compañía José de Silva a construir
“habitación bastante para los negros, que se
esperan y demás que sucesivamente vendrán a este puerto
en la boca del Arroyo
Miguelete, hacia la parte del Cerro, que es el paraje que esta a la
costa del
mar y se nombra Jesús Maria, distante de esta Ciudad tres
cuartos de legua, en
cuyo puesto deberán permanecer precisamente como el mas
cómodo para ellos
mismos y sin riesgo alguno para el publico” Por lo demás, si
alguno de los
esclavos moría, debía ser enterrado en ese lugar. Las
autoridades capitulares
habían señalado el paraje antedicho para defender a la
comunidad de las
enfermedades que mas corrientemente traían los negros esclavos :
calenturas
pútridas, sarna, viruela, escorbuto, disentería, atento a
considerar que
dicho paraje era el mas salubre para que allí los desembarcados
pasaran su
cuarentena, dado que – según dirían – “soplan
generalmente vientos del este y
sur este por ello se hace mas oportuno y necesario el lugar que han
destinado
para los negros porque estos vientos reinantes defienden a esta
población ,
como opuesta a aquel lugar de todo contagio en los halitos”. En un comienzo, el local consistió en un galpón, en la desembocadura del arroyo Miguelete, en su margen izquierda, frente a la Punta de Piedras, que luego fue objeto de sucesivas modificaciones que le constituyeron con cinco piezas, con grandes almacenes y cocina, con muros de material y techos de teja. Según el Arqto. Carlos Pérez Montero, el establecimiento se encontraba emplazado en la que hoy es la esquina de las calles Capurro y Juan Ma. Gutiérrez, Ildefonso Pereda Valdés, por su parte, en su obra “El Negro en el Uruguay – Pasado y Presente” Montevideo, 1965, Págs.34, ubica el Caserío de los Negros sobre la calle República Francesa y Ruta 1. Hacia 1802 , las edificaciones se hallaban abandonadas y se había iniciado el saqueo de las mismas, con el robo de puertas y ventanas. En 1804, José Pérez propone a José Silva alquilar “un cuartel de la Casa de los Negros”. Pensaba usar dicha construcción como almacén de trigo, especificando que en caso de alquilársele dicho cuartel , procedería previamente al envío al lugar de un capataz con otro hombre a efectos de limpiar con agua caliente el lugar, para exterminar las innumerables pulgas de que estaba plagado. El alquiler del cuartel no se concreto por causa de “haber sido habitada recientemente por negros enfermos” Durante el primer periodo revolucionario, durante los dos sitios que sufrió Montevideo, entre 1811 y 1814, el Caserío sirvió como asiento de tropas de la guarnición de la Ciudad. En 1814, por disposición de Alvear ,
sirvió también – según
Isidoro de Maria – de alojamiento temporario a las tropas que evacuaron
la
Plaza en el mes de junio de aquel año. Mandado inspeccionar por
el Cabildo en
febrero de 1816 , el estado del caserío era lamentablemente.
Destechadas las
piezas, cocinas y dos almacenes de veinte varas de largo cada una.
Faltaban
cuarenta puertas y ventanas con sus marcos y unas ocho puertas y marcos
de las
piezas de azotea. En 1902, la Municipalidad dispuso la
demolición de las
ruinas y escombros a que , por entonces, había quedado reducido
el “Caserío de
los Negros”. Pero, en definitiva, quien daría nombre al barrio era el inmigrante italiano Juan Bautista Capurro. Había nacido en la localidad de Voltri, cercana a Génova, en el ultimo decenio del siglo XVIII y había arribado al país algo antes de 1829. En efecto: en este último año, existe un documento expedido el 9 de julio, por las autoridades del Oriente de Montevideo, por el cual se hace constar que “ha obtenido el grado de Maestro Simbólico” y se solicita a quien correspondiere en la Orden Masónica se le recibiere y auxiliare “fraternalmente”. Era marino mercante, como lo comprobaba su patente de “capitán de gran cabotaje”, expedida el 25 de enero de 1819, en Turín, por orden del Secretario de Guerra y Marina del Rey de Cerdeña, Víctor Manuel. De sus actividades marítimas, anteriores a su llegada a Montevideo, solo se puede afirmar con cierta seguridad que había navegado por el Mar Negro trasportando cargamentos de trigo. Ya radicado en nuestro país continuo navegando por algún tiempo, a estar a su declaración en la Capitanía del Puerto de Montevideo, de enero de 1830, en que dice que unos días antes el barco “Penguin” , del que era capitán, había sido “sorprendido por un fuerte viento soplando del W y del SW , descubriéndose entonces que al embarcación hacia agua” No se sabe si continuo navegando después, pero si, hay noticias sobre su actuación como armador o consignatario marítimo. El 4 de octubre de 1836 , como consta en el Libro de Matrimonios de la Iglesia Matriz, se casó con Prudencia de Castro, montevideana, hija de Agustín de Castro y Maria Genoveva Castro y hermana del que seria destacado hombre publico, Carlos y de Agustín y Juan Pedro, también futuros legisladores. De dicho matrimonio nacieron Juan Alberto, Prudencio Agustín y Luís Federico, en Montevideo, Eduardo Pedro Pablo, nacido en Génova. Los hermanos Capurro Castro fueron enviados desde niños a Italia. Estuvieron primero en el colegio de los Padres Escolapios de Savona y después pasaron Juan Alberto y Federico a la Real Escuela de Bellas Artes de Turín, donde el primero se recibió de ingeniero-arquitecto. Federico no terminó los estudios, dedicándose tal vez a su vocación pictórica. El hogar de los Capurro-Castro estuvo primero en la Ciudad Vieja , donde nacieron sus hijos mayores. Después construyó una hermosa casa, en las proximidades de lo que había sido el Caserío de los Negros, donde Capurro vivió hasta su muerte, con su familia y numerosos “agregados”. Esta quinta, denominada “La Meca” , formaba parte de terrenos que Capurro había adquirido, en mayor extensión, en un comienzo en condominio con José Lapuente, abonando 2.000 patacones a Tomas Basañez, en la margen izquierda del arroyo Miguelete en su desembocadura en la bahía de Montevideo y con un amplio frente sobre la misma bahía y llegando, por el este, hasta el paraje del antiguo Caserío de los Negros, según escritura autorizada por el escribano Salvador Tort el 29 de diciembre de 1837. Ese mismo nombre de “La Meca” fueron explotados por Capurro con destino a los buques de ultramar, que solían retornar sin carga a Europa y necesitaban lastre y naturalmente agua dulce, de la cual había en abundancia en esa extensión que abarcaba unas 24 cuadras cuadradas. En su “Montevideo Antiguo” dice Isidoro de Maria: “El año 1866 vino otra gran seca a embromar a la gente con la escasez del agua (… ) Capurro se ofreció a traer toda la precisa de su establecimiento en la playa del arroyo Seco, para el servicio de la población. Aceptada la generosa oferta , se traía embarcada de esa playa. En solo 18 días se repartió al vecindario la friolera de 2.133 pipas de agua, costando ese servicio a la Comisión de Salubridad, 1.514 pesos” Pero la llegada a
la ciudad de los carros aguateros procedentes de los pozos de
Capurro provocaban verdaderos motines de gente enardecida. Ante estas
escenas
de violencia, Juan Bautista Capurro ofreció al Municipio un
servicio de agua
desde sus manantiales, mediante la instalación de
cañerías. Cuando se discutía
esta oferta y poco antes de perfeccionarse el respectivo contrato,
llovió
copiosamente y con esto se soluciono la anterior angustia, los aljibes
se
llenaron y Capurro se quedo con sus manantiales, sin poder concretar la
iniciativa. Otro genotes, Capitán de Barcos de la
Compañía Cosulinch de
Trieste, al retirarse de su profesión, vino a radicarse en el
barrio Capurro
frente a la playa. Este Capitán era Ambrosio Rotondo, a quien
Capurro le
encomendó la administración de la explotación
arenera. Poco después, el
emprendedor hombre de negocios construyo el llamado “Muelle Capurro”
para
servir a la provisión de arena como lastre a los barcos que,
como dijimos ,
retornaban sin carga a Europa. Poco a poco , los altos medanos de la
zona
fueron desapareciendo, trasladados a los buques por la empresa de
Capurro. La
instalación de la Compañía de Tranvías al
Paso del Molino y el Cerro, a partir
de 1869 , con vagones tirados por caballos iba a tener importante
influencia en
el destino de la zona. En efecto, dicho “tranvía” como era
denominado –
estableció dos ramales desde la que ya era calle Agraciada hacia
la costa por
las calles Espinosa (actual Capurro) y Francisco Gómez. El de la
calle Espinosa
llegaba hasta los barrancos inmediatos a la playa ; y el ramal de la
calle
Gómez, terminaba en la vía férrea, inaugurada,
precisamente , el 1º de enero de
aquel mismo año, 1869. Por consiguiente, al existir un medio de
transporte de
tales características, la playa de Capurro se fue popularizando
como zona
balnearia. Es así que ya , en 1872 , la “Compañía
de Carritos de Ramírez y
Capurro” atendía un “Recreo” donde , al decir de su publicidad,
se expendía
“agua mineral de Vichy” y también “aguas alemanas llegadas por
el ultimo vapor”
Las familias que desde la ciudad iban en el “tram-way” , en sus
“landeau”,
volantas y victorias y en carruajes de alquiler , disfrutaban no solo
del uso
de los carros de madera tirados por una mula, con el hombre llamado
bañador que
la montaba y que llevaba a las damas encerradas en el habitáculo
de madera con
cuatro ruedas “mar adentro” , dejando el artefacto y regresando a la
costa con
el animal para ir a recoger a las bañistas mas tarde.
Algún tiempo después, se
estableció una línea de vaporcitos desde el puerto al
Cerro. En verano, el
barquito, en dos de sus viajes , recalaba tanto a la ida como al
regreso , en
el muelle de Capurro. El boleto, desde el Puerto al Cerro costaba “dos
reales”
y a Capurro, la mitad. Para eso entonces,
Juan Bautista Capurro había
fallecido el 27 de noviembre de 1872, habiendo cumplido una importante
gestión
empresarial y destacándose entre los integrantes de la numerosa
colectividad
italiana de nuestro país, habiendo merecido que el rey de
Cerdeña le confiriera
– en 1859 – la condecoración de la
Orden Religiosa y Militar de
los Santos
Mauricio y Lázaro, en el grado de “Caballero”. Por lo
demás había mantenido
una estrecha vinculación y amistad con José Garibaldi,
siendo el principal
sufragante de los gastos requeridos para armar el barco “Speranza” en
que “El
héroe de Dos Mundos” regreso a Italia. En 1870 , fue designado
por el Gobierno
de la República para integrar la Comisión de Comerciantes
y Propietarios, en
representación de la colectividad italiana, en la que
actuó poco tiempo. También
formó parte del grupo fundador del Banco Italiano, el
Ferrocarril Central, el
Hospital Italiano, la Compañía de Aguas Corrientes y el
Teatro Solís, en unión
con notorias figuras de la época, manteniendo además sus
propias
empresas. Las actividades de
sus hijos Juan Alberto y Federico vinieron a ser
pioneras en cuanto al destino industrial del barrio Capurro. En
efecto:
ambos hermanos fundaron una sociedad que instalo una fabrica de
almidón, una
destilería de alcohol y la Cervecería Germania, ubicadas
todas ellas en al zona
de Capurro , donde actualmente se levantan las instalaciones de ANCAP.
Otra
importante iniciativa del Ing. Juan Alberto Capurro, fue la
formación de una
sociedad denominada “Gran Balneario en Playa Honda” , cuyo capital
integraron
distinguidas personalidades de la banca , la industria y de la
política. Dicha
sociedad confió al Arq. Juan Tossi la confección de los
planos de un hotel a
construirse en Capurro frente a la “Playa Honda”, con capacidad para
450
pasajeros en 285 habitaciones y dotado de un gran Restaurante, con
amplias
terrazas, gimnasio y sesión hidroterápica así como
también de un amplio local
al aire libre para cervecería y teatro, con pabellón de
música y desembarcadero
y una vaquería al fondo de los jardines que rodearían al
suntuoso hotel. Su
costo fue estimado en $ 650.000 y el precio de la pensión
completa seria de $
2.50 por día y por persona. Sin embargo tan ambicioso proyecto,
concebido en
medio de la euforia de los años 1887 y 1890, conocida como la
“época de Reus”, como tantos otros proyectos, se frustraron al
sobrevenir la crisis de 1890
que apareóo la quiebra de los Capurro. En consecuencia,
asimismo, cesaron en
su actividad la fábrica de almidón y la cerveza, pasando
la destilería de
alcoholes a propiedad del francés Meillet. En cuanto a la
extensa propiedad de
24 manzanas cuadradas, fue fraccionada y vendida permaneciendo solo el
solar
donde estaba edificada la casa quinta en poder de la familia. A comienzos de este siglo, la casa fue alquilada a la Dirección General de Instrucción Pública para sede de las Escuelas Nos. 47 y 108. Actualmente, la moderna sede de dichos establecimientos educacionales ha sustituido la antigua edificación de los Capurro. Con el tranvía a caballo, la zona se convirtió rápidamente en balneario, cuyas instalaciones se concretaron en 1900. Desde entonces, se verifico un creciente desarrollo. En 1906 el tranvía eléctrico facilito el traslado de la ciudad hacia Capurro. Y en 1910, Esteban A. Elena, Director General de “La Transatlántica” , impulso la creación de un parque moderno y de una adecuada ambientación arquitectónica del balneario. Fue asi que el 30 de diciembre de dicho año se procedió a la inauguración, en esa noche de verano, del parque trazado por el Arquitecto Julio Knab y de las construcciones planificadas y realizadas por el notable arquitecto italiano Juan Veltroni, radicado en nuestro país, desde los 22 años de edad y ya consagrado en su patria, donde había nacido en Florencia el 21 de noviembre de 1880. En la ceremonia inaugural se hicieron presentes el Ministro de Alemania, Sr. Schaffer, el Intendente de Montevideo Daniel Muñoz, El Dr. Pedro Visca, Enrique Capurro, Luís Gorlero y Raúl Montero Bustamante, entre otros. De entre los varios oradores, cabe destacar a don Esteban A. Elena “alma mater” de la obra, que mantuvo su esplendor y sostenida concurrencia hasta la década de los años treinta , en que el balneario de Capurro comenzó a ser desplazado en las preferencias del publico por las playas del sur de Montevideo y del este del país. Además , al poco tiempo, también se inauguro una pista de patinaje. Sobre la misma “Anales Mundanos” – citado por Alfredo Castellanos – en su Nº 4 del año 1915, decía : “La playa de
Capurro, punto céntrico de la amplia bahía, es
quizás nuestro
sitio costero mas preciado. A pocos pasos de la costa, surge
esplendorosa
nuestra campiña con todos sus atractivos, con sus mágicos
panoramas. Y sobre
tan elegido pedazo, circundado de jardines que los dibujan
graciosamente
infinitos senderos, ramplas, elegantes balaustradas, un hotel de
relevantes
meritos arquitectónicos, se alza una pista que dice la
última palabra en el
género. Su piso de asfalto reúne las más amplias
ventajas para el sport.
Caprichosas curvas, multiplican las cualidades y los meritos,
significándola
con altos calificativos. Y nuestra sociedad, que olvidaba en su
programa numero
tan selecto, ante el resurgimiento de sitio tan deseado, le ofrece con
mayor
entusiasmo su favor, y se congrega asiduamente. Las tardes mueren al
regreso de
la graciosa caravana, que retorna febril después de las
prácticas sportivas. De
noche, al amparo de una generosa luminaria, se repiten las reuniones
con tanto
éxito como las diurnas. Ambiente elegante, denotador de buen
gusto, se sustenta
en el atrayente paseo. Como dato interesante, ofreceremos el programa
de
reuniones que rige en el Skating de Capurro. Los domingos de 3 a 6 de
la tarde,
tienen lugar las reuniones de moda, amenizadas con un variado programa
de
concierto, que ejecuta la banda dirigida por el maestro Lanza. Los
lunes de
noche, reuniones anglo-uruguayas, a las que asisten conocidas familias
de la
colectividad inglesa, y los demás días hábiles
reuniones de tarde” Abandonado durante largo tiempo, el parque y
las hermosas construcciones de
Capurro vinieron a tener actualización al construirse la nueva
avenida de
acceso a la ciudad que involucra a la Rambla Baltasar Brum y que puso,
nuevamente de manifiesto el injusto olvido y deterioro que el desuso y
el paso
de los años han obrado sobre la otrora hermosa y concurrida
zona. Esta
evidencia determinó que, a comienzos del año 1988, el
entonces Intendente
Municipal, Ec. Julio M. Iglesias, en acuerdo con el Director de
Planeamiento
Urbano, Arquitecto Francisco Seré, resolviera se procediese a
trabajos de
reconstrucción en el Parque Capurro, en el perímetro
delimitado por la citada avenida
de acceso a la ciudad, la calle Juan Maria Gutiérrez y la Avda.
Capurro. La
empresa encargada de los trabajos, que serian licitados, debería
construir
barandas iguales a las existentes además de sus correspondientes
pasamanos,
balaustradas-un total de 230- y zócalos. También se
remodelaría la escalinata
central y se haría el sellado de aberturas. Entre las obras
propuestas por
Planeamiento Urbano se cito la impermeabilización de las
terrazas y escaleras
actuales, junto a canalizaciones para el alumbrado y colocación
de nuevas
luminarias. Se previó, asimismo, la construcción de
pavimentos de baldosa de
Pórtland gris de nueve panes para la acera de avenida Capurro y
caminerias en
el sector superior, además de cordoneras de ladrillos y
colocación de nuevos
bancos. Para devolver su antiguo esplendor al parque capitalino, se
restaurarían jarrones y macetones, los mismos que medallones
seriamente
deteriorados por el paso del tiempo.
Wikipedia: Población negra en Argentina. Abolición
de la
esclavitud en nuestro territorio La ley de
abolición de la esclavitud fue promulgada en
nuestro país el 12
de diciembre de 1842 por el gobierno de la República.
En
ese momento, la República Oriental del Uruguay estaba
inmersa en el
conflicto conocido como la "Guerra Grande" (1838-1852). La
misma consistió en un enfrentamiento regional
armado que involucró a
los diferentes bandos que conformaban la realidad política
del Río de la
Plata en los inicios de la independencia. En nuestro país se
registra el primer
choque entre las divisas tradicionales: por un lado,
los "blancos" liderados por Manuel Oribe y aliados a los
Federales argentinos, cuyo caudillo era el gobernador de Buenos Aires,
Juan
Manuel de Rosas. En el otro bando se encontraban los
"colorados" acaudillados por Fructuoso Rivera, aliado a
los Unitarios argentinos y apoyado por Inglaterra y
Francia.
En el año 1842 el ejército de Rivera sufrió importantes reveses militares en la campaña oriental frente a las fuerzas de Manuel Oribe. El 6 de diciembre de 1842 el gobierno colorado perdió definitivamente el control militar de la campaña al ser su ejército derrotado por Oribe en la batalla de Arroyo Grande. A partir de ese momento las operaciones militares se sitúan en territorio oriental y comienza el prolongado sitio de Montevideo por parte de las fuerzas de Oribe, asedio que se extenderá hasta el final de las hostilidades en 1852. Es en este contexto, en el que el gobierno colorado, prácticamente encerrado en la capital, decreta la ley de abolición de la esclavitud, planteando lo siguiente: "(...) Considerando: (...) Que en ningún caso es más urgente el reconocimiento de los derechos que estos individuos tienen de la naturaleza, la Constitución y la opinión ilustrada de nuestro siglo, que en las actuales circunstancias en que la República necesita de hombres libres, que defiendan las libertades y la independencia de la Nación, decretan: "Artículo 1- (...) no hay más esclavos en todo el territorio de la República. 2º- El Gobierno destinará los varones útiles que han sido esclavos, colonos o pupilos, cualquiera que sea su denominación, al servicio de las armas por el tiempo que crea necesario. 3º- Los que no sean úitles para el servicio militar, y las mujeres, se conservarán en clase de pupilos al servicio de sus amos(...). 4º- Los derechos que se consideren perjudicados por la presente resolución serán indemnizados por leyes posteriores. " Esta legislación, si bien tiene como base principios liberales que reconocen como derecho natural e individual la libertad -y completa un proceso iniciado en 1825 con el gobierno de la Florida, donde se había establecido la libertad de vientres y la prohibición del comercio de esclavos- también responde a una necesidad circunstancial del gobierno, dejando garantidos algunos derechos a los propietarios de esclavos, permitiéndoles mantener sirvientes y habilitándolos -en caso de sentirse perjudicados por la ley- a reclamar una indemnización. Una de las
cuestiones que
preocuparon de forma especial a los
masones del XIX fue la abolición de la
esclavitud. De entre los numerosos ejemplos de ello puede citarse el
que en el
número 1 del Boletín Oficial del Gran Oriente de
España se inserte un
documento de la logia La Discusión del Gran Oriente
Lusitano Unido en
Madrid sobre «la humanitaria idea de la abolición de la
esclavitud». El
documento dirigido «a todas las logias regulares» dice
así: “Queridos
hermanos: Considerando
que la
esclavitud del hombre es un ultraje a la víctima forzosamente
sometida, una
afrenta a la humanidad y una vergüenza a la sociedad que la tolera
y consiente; Considerando
que el primer y
más grande deber de todo masón es ver en cada hombre un
hermano, cualquiera que
sea su raza y su color; Considerando
que la masonería
tiene por principal objeto levantar al hombre de su postración
social y
política hasta el más algo grado posible de cultura,
dignidad y valimiento; Considerando
que el estado de
esclavitud embrutece y denigra al hombre, oponiéndose al
desarrollo de sus
facultades morales e intelectuales. Los que
suscriben, deseando
que la masonería lleve a España sus levantados y
humanitarios fines, como
masones sinceros y como españoles honrados, desean que se haga
justicia a la desgraciada
e inofensiva raza africana, y ambicionando que la masonería
patria tome la
parte activa que de deber le corresponde en la redención de los
esclavos que
existen en las provincias ultramarinas de España, Propone: Que el
Consejo de la R. L. La
Discusión redacte y dirija una breve exposición a
las próximas Cortes,
pidiendo la abolición inmediata de la esclavitud”. Boletín Oficial
del Gran
Oriente de España nº 1, 1 de mayo de 1871, pp. 6-7. "En cada fiesta patria en que la libertad es el motivo de festejo, el ritual se repite: primero, la notificación con las instrucciones de cómo hay que vestir al nene para el acto; después, las alpargatas desflecadas, los pastelitos, el aguatero, el que vende velas, todos con las caritas pintadas con corchos quemados y, como paseando por una realidad que parece no ser propia, camina altiva la dama con peinetón y el caballero con levita. El plano se repite cada año con algunas variaciones mínimas: atrás los negros y, adelante, los blancos patriotas. Y todos terminan diciendo: "¡Viva la patria!" ¿El saldo? De 10 chicos que participaron en el acto patrio, por lo menos siete hicieron de "negros", es decir, actuaron de gente que no ven, que no quieren ver, que no pueden ver; personas que existieron, pero que parece que se las tragó la tierra, que trabajaron a destajo en un pasado que se enseña como alegre y dicharachero, y que los niños no indagan. Dina Picotti, doctora en Filosofía por la Universidad de Munich, está acostumbrada a estas consultas. Ella, que se doctoró con una tesis sobre la superación de la metafísica como tarea histórica en Martin Heidegger, dedicó gran parte de su vida a estudiar la presencia negra en la Argentina y América, cómo se originó y se manifiesta en cada uno de los aspectos de nuestra vida y cultura. Dina es una
entrevistada misteriosa, de
rostro bonito,
delgada, elegante y edad indefinida. Nos abre la puerta de su casa en
el Bajo
Belgrano y la gran sala de estar, de color celeste, alberga cuadros,
tallas,
fotos y artículos africanos de una belleza extraña, que
sólo se encuentra en
aquel continente. Cuenta Dina que a pesar del islam, al que Camara adhería, en los primeros años de los 70, la pareja se casó por la Iglesia Católica en Villa Regina y el evento constituyó allí una sorpresa: la blanca, muy blanca, desposándose con un negro, muy negro, fue el comentario general de sobremesa. "Todos pasaron por la iglesia y los que no, fueron a ver las fotos", comenta, divertida, esta mujer que no se resigna a haber perdido a su esposo hace ya 10 años, pero que mira la foto de Alejandro, su único hijo vivo, mulato y hermoso, que toca música y canta con un deleite incomparable. "Es que cuando volvimos de aquellas mecas de estudios de posgrado, como era Munich, -dice Picotti- nos preguntamos qué debíamos pensar nosotros mismos, a partir de nuestra experiencia. Pero entonces advertimos que en verdad no conocíamos la propia historia, porque no nos la habían enseñado; por ello comencé a bucear en las culturas que hacen a nuestra identidad, concretamente en las indígenas que habitaron también el valle del Río Negro." Y acá vendrá la primera de muchas sorpresas que nos regalará a lo largo de la charla: "Daba clases de filosofía, pero me planteaba todo desde la perspectiva de cómo pensar aquí las grandes cuestiones, el hombre, sus prácticas, historia y cultura, llegando de este modo a preguntarme si en realidad aquí no hay negros, como solía decirse. Cabe recordar que cuando se le preguntó a un ex presidente argentino qué pasaba con los negros en su país respondió que ese problema lo tenía Brasil". Subraya la palabra problema como una de las que tenemos que desterrar del lenguaje: las demás se las dirá a esta cronista durante la charla. - Por las guerras y en general la difícil situación que viven los países africanos. A través de la investigación, Dina se dio cuenta de que la presencia negra era más importante de lo que se solía aceptar y que el aporte a todos los aspectos de nuestra vida e historia era tan doloroso como inconmensurable. Y dice: "Por ejemplo la palabra «tango», entre otras, es de origen africano y la invisibilidad que se produjo fue tal, que ya nadie se acuerda de que Carlos Gardel tenía un guitarrista negro". "La Argentina empezó a negar a los negros por el hecho de estar relacionados con la esclavitud, y a mí me interesaba rescatar el valor que tuvo y tiene su presencia, porque toda cultura significa una experiencia humana irreemplazable. Entonces, no reconocer una cultura significa perder una parte importante de la historia humana, es impedir nuestro auto- reconocimiento". Dina dice todas estas cosas con una sencillez llamativa y se concentra para dar respuesta en alguno de los muchos objetos africanos que decoran su casa. Asegura que una buena parte de la población argentina tiene impronta africana, aunque no lo sabe o quizá no quiere saberlo. "Se lo advierte
en diversos rasgos
físicos y
culturales, yo lo veo", y cuenta que, por ejemplo, el artista uruguayo
Carlos Páez Vilaró seguramente tiene antepasados afro. -¿Se sabe cuántos negros había en la Argentina hace 200 años? -Se supone que un tercio del total de la población de Buenos Aires colonial era negra, y las estadísticas del centro, oeste y norte de país superaban el 50%, en ciertos lugares, como Santiago del Estero, llegaba al 90%, pero después ya no se los registró en los censos. Esperemos que este año se pregunte claramente por el origen del encuestado para poder apreciar si ascendió del 5 o 6% la actual población de color, que se estima según una prueba piloto hecha hace un par de años. ¿Qué pasó? No desaparecieron simplemente a causa de las guerras y las pestes, como se afirma; se mezclaron, dice Picotti, y aclara que el así llamado "cabecita negra" venido del interior tenía en buena parte ascendencia negra. Agrega que hay bastantes datos, entre ellos una cerámica precolombina existente durante ocho siglos, que testimonian ya una relación precolombina de culturas negras con las nativas de América. "Además de la presencia esclava tuvimos luego una inmigración importante de Cabo Verde durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y desde los años 90 una inmigración reciente africana y afroamericana que procede de diversos países, por ejemplo, hay más de 1000 senegaleses, que sólo se involucran con sus pares, viven en hoteles y suelen tener la familia en su continente." Las referencias de Picotti son tan interesantes que es difícil no caer en la muletilla de preguntarle qué palabras o qué costumbres hemos incorporado de la negritud. Y siguen las sorpresas: palabras como "tango", "zamba", "mucama", "marote" o la expresión "fulo de rabia" son de origen negroafricano; el arroz en la comida, la percusión en la música, el 2x3 que está en el ritmo del folklore y los ritos animistas, aunque ésta es otra de las palabras que Dina quiere desterrar del lenguaje, porque supone desconocimiento desde una visión eurocéntrica. "Quienes fueron rebajados a esclavos, enviados como frente de choque a las guerras, empleados en condiciones inhumanas en toda suerte de trabajos, supieron sin embargo devolvernos canto y danza, que son lenguajes superiores." Y habla de los tambores que, dice, llegaron a ser la voz de los sin voz, "un lenguaje convocante. Y la danza. Los niños negros antes de aprender a caminar danzan, es el lenguaje por excelencia, porque es expresión de vida. Pienso que hay un subsuelo negro entre nosotros, que se manifiesta de diversas maneras, incluso en las síncresis religiosas, donde por ejemplo cada santo cristiano tiene su correspondencia africana. Dina y su hijo conocieron a sus familiares africanos mucho tiempo después de que Camara y ella se casaran. Fueron a Angola, Mali, Guinea y vieron lo bello y la riqueza humana y natural de esa tierra, pero también la devastación y la pobreza. Años más tarde, el ingeniero Camara volvió a su continente a construir colegios, rutas y puentes, y regresó también dolido de ver tanta corrupción interna y externa que mantiene a la población en condiciones inaceptables. "Continúan así -comenta Dina-, la familia tiene tierras, pero apenas subsisten, sin servicios sociales básicos; no he regresado desde entonces." Ya es tarde, Picotti acompaña a La Nacion hasta la puerta, pero se detiene para mostrar en el escritorio una foto de su esposo. Hay, todavía, un deseo irrefrenable de verlo en este instante, unas ganas contagiosas de acercarse, pero se contiene y sólo saluda. Y queda sola. En esa casa con tantos espíritus... PERFIL DINA
V. PICOTTI DE CAMARA Doctora en filosofía (Video) Quién es: se doctoró con una tesis sobre la superación de la metafísica como tarea histórica en Martin Heidegger, dedicó gran parte de su vida a estudiar la presencia negra en la Argentina y en América, cómo se originó y se manifestó en cada uno de los aspectos de nuestra vida y cultura. Ha editado una docena de libros sobre esta temática y es investigadora en temas de filosofía contemporánea, filosofía de la historia y pensamiento latinoamericano. Se doctoró en Filosofía en Munich. Estuvo casada con un ingeniero guineano, padre de sus tres hijos. Es directora de
su Instituto de Pensamiento
Latinoamericano
y Directora del doctorado de Filosofía del mismo claustro. Ha
sido coordinadora
de la Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Nacional
de la Matanza."
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