JUAN BAUTISTA CAPURRO

(1798 - 1872)

Datos sobre su persona y su vida

2a. EDICION - MONTEVIDEO 1982

Raúl Capurro Castells

Edición Digital:

Rafael Capurro Fonseca  - Magdalena Capurro Stemmer

Karlsruhe (Alemania) - Montevideo (Uruguay)

2006


Sitio archivado en la Biblioteca Estatal de Baviera (Alemania)

 


El texto que presentamos en edición digital sobre la vida de Juan Bautista Capurro Consigliere fue publicado por Raúl Capurro Castells en Montevideo en 1982 (Estudios Gráficos de CBA s.r.l. Juan Carlos Gómez 1439). Raúl Capurro Castells era hijo de Juan Capurro Ruano (rama de Federico Capurro) y Elina Castells. La hija de Raúl Capurro Castells, Magdalena Capurro Stemmer, es la heredera de este documento y co-editora de este sitio junto con Rafael Capurro Fonseca. Juan Capurro Ruano era hermano de Haroldo Capurro Ruano quien se casó con Elida Etchegaray. Su hijo Mario Capurro Etchegaray y Raquel Fonseca Piaggio son los padres de Rafael Capurro Fonseca, co-autor de este sitio.

Sobre la familia Capurro Etchegaray ver
aqui
.
Sobre la familia Castells ver aquí.
Ver el blog de Diego Castro Arrúe: El Patriciado del Río de la Plata.

Recomendamos este artículo en Wikipedia sobre el barrio Capurro.

Una anécdota al margen: el autor de los famosos versos "O sole mio" se llamaba Giovanni Capurro (1859-1920), originario de Nápoles (Video). Los versos fueron escritos en 1898. La música la compuso Eduardo Di Capua (1865-1917), también napolitano, un amigo de Giovanni Capurro, mientras estaba en Odessa (Mar Negro) recordando al sol de Nápoles y también a alguna hermosa napolitana ("Ma n'atu sole cchiu' bello, oi ne' / ‘O sole mio / sta 'nfronte a te! / ‘O sole, ‘o sole mio / sta 'nfronte a te, / sta 'nfronte a te!") (Video).

De acuerdo a la información de la Parrocchia S. Ambrogio (Voltri), Giovanni Battista Capurro nació el 19 de Febrero de 1798. Algunos datos fueron completados gracias a diversas fuentes familiares así como a la colaboración del Arq. Marcelo Payssé.


  

Prólogo

Algunos datos personales

Padres y hermanos

Nacimiento y muerte

Casamiento

Prudencia de Castro de Capurro

Los hijos de J.B.C.

Los terrenos de "La Meca" (Playa Capurro)

Las empresas de J.B.C.

Otras actividades

La masonería

El Hospital Italiano

Acciones

Créditos

Estirpe de Juan Bautista Capurro



ANEXOS

1. Ricardo Goldaracena: Historia de la familia de Castro

2. Denise Caubarrère:  "El Prado"

3. Federico E. Capurro:  "El Prado"


4. Riicardo Goldaracena: "Los barrios de Montevideo"

5. Reportaje de César di Candia a Lía Capurro de Quijano

6. Carlos Pérez Montero: "La calle del 18 de Julio (1719-1875)"


7. Mario Benedetti y el Parque Capurro

8. Albert Einstein en Montevideo

9. Notas sobre la esclavitud en el Uruguay



 
 


jbcapurro



PROLOGO

La primera edición de este trabajo fue publicada, en edición familiar, en 1970. No se trata de una investigación histórica que el autor no tiene capacidad ni experiencia para realizar; se trata más bien de una modesta recopilación de datos, que fue iniciada originalmente porque un biznieto de Juan Bautista Capurro se sorprendió por la falta de conocimientos que tenían sus parientes sobre la persona y la vida del marino genovés ("capitano di longo corso"), que se afincó en el país a principios del siglo pasado y fundó una familia que se ha ramificada notablemente.

Todavía, pese a sus pacientes empeños, le faltan al autor datos importantes sobre el tema, pero cree que por primera vez se han ordenado las informaciones disponibles, lo que fue motivo para la primera edición. En ésta se han corregido numerosos errores y bastantes omisiones de aquella. Es de creer que interese a sus numerosos descendientes de varias generaciones (y quizá a alguna otra persona), leer estas páginas sobre la personalidad del "cavaliere" Capurro [condecoración en 1859 de la Orden Religiosa y Militar de los Santos Mauricio y Lázaro], que fue un hombre de progreso en épocas difíciles, estuvo vinculado a actividades fundamentales que han dejado huella en el país y dejó su nombre a un barrio de la ciudad.

Si es así, el propósito de la tarea estará cumplido.

RAUL CAPURRO CASTELLS

Montevideo, marzo de 1982




ALGUNOS DATOS PERSONALES

Juan Bautista Capurro era marino mercante. El 25/1/819, el gobierno de Turín, donde estaba entonces la capital del reino, le expidió la patente de "capitán de gran cabotaje", No. 1.071 de CAPURRO GIOBATTA D'ALBERTO, nativo de Voltri, de acuerdo con los reglamentos respectivos y en razón de haber demostrado los conocimientos técnicos necesarios y la aptitud moral requerida, contando la edad exigida de 24 años. La patente es expedida por orden del Secretario de Guerra y Marina de

Vittorio Emanuele per Grazia di Dio Re di Sardegna, di Cipro, e di Gerusalemme, Duca di Savoja, e di Genova, Principe di Piemonte ec. ec. ec." (Documento propiedad de la familia Capurro-Aguirre).

Juan Bautista Capurro, Patente: Turin 1819


En los registros de Lloyds de Londres figura con anterioridad como armador de los bergantines de madera "Annina", "Amalia" y otros, los que se cree viajaron al Mar Negro por cargas de trigo. Seguramente navegaba en ellos también, pero, en todo caso, era capitán del barco en que arribó a Montevideo (quizá el "Esmeralda"), en fecha que no se conoce exactamente. Esa radicación en nuestro país tiene que haber sido anterior a 1829, pues en ese año figura como miembro de la Masonería Oriental, lo que hace presumir que estaba en Montevideo desde algún tiempo antes.

Montevideo 1826

Vista de la ciudad y puerto de Montevideo tomada desde el NO, 1826.
Dedicada al Exmo. Sr. Dn. Juan José Durán
Caballero Comendador de la orden de Cristo y Oficial de la Imperial del Cruzero
Brigadier de los Egércitos (sic) Nacionales e Imperiales y Gobernador Intendente de la Provincia

Después se vinculó por matrimonio a la familia Castro y aparentemente dejó de navegar, dedicándose a sus negocios exclusivamente; aunque, como después se verá, prosiguió en actividades relacionadas con el tráfico marítimo. No tuvo actuación pública, pero era una persona importante en la colectividad italiana, (muy numerosa ya entonces), en representación de la cual fue designado por el Gobierno en 1870 para integrar la Comisión de Comerciantes y Propietarios, en la que actuó poco tiempo. También formó parte del grupo fundador del Banco Italiano, el Ferrocarril Central, el Hospital Italiano, la Compañía de Aguas Corrientes y el Teatro Solís, en unión con notorias figuras de la época, manteniendo además sus propias empresas.

J.B.C. vivió primero en la "Ciudad Vieja", donde nacieron sus hijos mayores. El 17 de julio de 1853 hubo una fiesta en su casa de la calle Piedras e Ituzaingó que, según cuenta el Licenciado Peralta en "Resonancias del Camino" estaba a las nueve y media de la noche toda iluminada. Después construyó una hermosa casa en la calle Capurro esq. Gutiérrez, en las proximidades de lo que había sido antes el Caserío de los Negros, con macetones de mármol de Carrara sobre cada uno de los pilares de la verja. Allí vivió con su familia y numerosos agregados hasta su muerte, frente al panorama de la bahía y de los barcos. Esa propiedad, que formaba parte de los terrenos de "La Meca", pasó luego a su hijo menor Eduardo y se vendió posteriormente, habiendo sido demolida la casa para edificar una moderna escuela.


Playa Capurro


PC

PCap


Durante su vida de intenso trabajo consiguió acumular una cuantiosa fortuna: el total de los bienes que dejó, fue tasado en cerca de 900.000 pesos, lo que era considerable en el año 1872. Es de hacer notar que no dejó campos en herencia: sus inversiones eran todas inmobiliarias urbanas o financieras

Infortunadamente se ha perdido el archivo de sus papeles, que eran muchos según el inventario de la testamentaría. Su correspondencia personal y comercial podría haber dado muchos datos de interés. Las pocas cartas que se conservan de él, lo revelan como hombre de cierta cultura, en razón de la soltura de la letra y la corrección de la redacción y la ortografía. Escribía tanto en italiano como en español.

Hay dispersos numerosos testimonios de su generosidad, ejercida en beneficio de la causa de la unificación italiana (ayudó a  Garibaldi a armar el barco en que éste regresó a su patria) y de la colectividad italiana en el Uruguay, como se demuestra en su donación al Hospital Italiano.

En cuanto a su carácter, hay un significativo episodio transmitido por tradición de la familia. Parece ser que accedió a dirigir la maniobra de colocar la estatua de La Libertad sobre su columna en la plaza Cagancha. Cuando estaban en plena tarea llegó un militar de alta graduación y empezó a dar algunas indicaciones sobre la manera de realizar el difícil trabajo. J.B.C. le habría dicho que los militares mandaban en el Fuerte, pero que él lo hacía en la plaza; y que si alguien más iba a intervenir, él estaba de más. Y el militar fue quien se retiró.

Libertad

Nota: La estatua de la Libertad es obra del escultor italiano José Livi y fue erigida el 20 de febrero de 1867. En realidad es una imagen de la Paz, pero siempre se la llamó Libertad (RC)

Hay bastante documentación gráfica sobre su aspecto físico. Además del óleo de Cayetano Gallino, que (poco fiable porque este artista acostumbraba a embellecer a sus modelos), hay varias fotografías y un retrato de un pintor desconocido muy parecido a ellas (óleo propiedad del autor). Por lo que se vé, era hombre de estatura más bien baja, pero robusto, con cabeza grande y cara ancha con frente amplia, cabello castaño, ojos claros (como muchos de sus descendientes) y grandes patillas al estilo de la época. Una foto en que está con su esposa y su hijo menor lo muestra sentado y en atuendo de ceremonia con yaqué, plastrón y la medalla de la orden a la que pertenecía. 


PADRES Y HERMANOS

Los padres de Juan Bautista Capurro Consigliere fueron Alberto Capurro y Magdalena Consigliere (también figura como Consigliero o Concillera en partidas de la Iglesia Matriz), que se casaron posiblemente en Génova en fecha que se ignora. Alberto Capurro vivió aparentemente en Voltri y murió también en ese pueblo cercano a Génova el 16/6/862.

Hubieron otros tres hijos del matrimonio Alberto Capurro y Magdalena Consigliere:
- Luis, que también era marino y parece haber perecido en un naufragio (algunos creen que una familia Capurro de Gibraltar es descendiente de él); en todo caso, murió antes que J.B.C., pues éste lo heredó
.
- Marina, casada con Carlos Germano Rossi, del cual matrimonio hubo un hijo, Alberto;
- Angela o Angiolina, casada con Pietro Pietranera, del cual matrimonio hubieron dos hijas, Adelaida y Eduarda, y un hijo, Césare.

Todos los nombrados se radicaron posteriormente en Montevideo. Pietranera mandó barcos de J.B.C. y Carlos Germano Rossi, fue su asociado en negocios; en cuanto a Césare, trabajó primero en la destilería de alcohol de Capurro y luego en Salud Pública. Las mencionadas sobrinas recibieron pensiones a la muerte de su tío en 1872.

Carlos Germano Rossi, casado con Marina Capurro Consigliere fue uno de los fundadores de la Compañía Oriental de Seguros Marítimos. Su hijo, Alberto Rossi Capurro (1838-1909) vino desde Andalucía casado con Luisa (“Eloísa”) Jackson (de Gibraltar,1846-1904) y con su hijo español Carlos Leoncio Rossi Jackson. Éstos se instalaron en el barrio Capurro en una fracción de tierra de “170 varas” en la ubicación exacta de la Calle Capurro No 45 esquina Pasaje Rossi. Según la tradición oral, éstos habían sido "gente de teatro". “Eloísa” Jackson era artista y gustaba mucho de escribir. Se cuenta con un registro de sus escritos por un período de 20 años aproximadamente, mencionando cuando se instalaron en el barrio Capurro y su relación con Juan Alberto Capurro (en ese entonces Ministro de Educación y Cultura, 1891 -1893). El "Pasaje Rossi" fue un camino que la familia Rossi Capurro abrió para llegar a la costa más fácilmente.  Carlos Rossi Jackson (1865-1937) se casó en esa misma casa con Carolina Carrasco y tuvieron 10 hijos. De esos hijos, sólo su penúltimo hijo Conrado Rossi Carrasco tuvo un solo hijo,  varón,  que continuó con el apellido Rossi. Subsiste este hijo, dos nietos y una nieta y de sus bisnietos hay sólo un Rossi varón para transmitir el apellido proveniente de esa estirpe.

[Datos de la familia Rossi proporcionados gentilmente por Mónica Rossi, RC]


 NACIMIENTO Y MUERTE


Nació en
Voltri, cerca de Génova, en fecha que se ignora; las gestiones hechas por carta ante el párroco de esa ciudad no han dado resultado. Murió en Montevideo el 26/11/872 (partida de defunción en la Iglesia Matriz, libro 18). Allí figura su edad como de 73 años, por lo que su nacimiento habría ocurrido en 1799. Versión de su nuera Ema Ruano de Capurro: murió a los 75 años.

El primer documento de fecha cierta existente es la patente de capitán expedida en 1819. En ella se dice que se le concedía por tener 24 años cumplidos de edad, lo que no coincide con los datos anteriores.


Sepulcro Capurro

Sepulcro de la Familia Capurro con símbolos masónicos
Cementerio Central de Montevideo


CASAMIENTO

En la Iglesia Matriz (libro 8, folio 11) está la partida de casamiento de Juan Capurro, nacido en Génova, hijo de Alberto Capurro y Magdalena Consellera, con Prudencia de Castro, nacida en Montevideo, hija de Agustin de Castro y María Genoveva Castro, en fecha 4/10/836.


Giovanni Battista Capurro - Prudencia de Castro
Oleo de Cayetano Gallino (1804-1884)
Propiedad de la Sra. Elvira Mousqués de Capurro

Juan Bautista CapurroPrudencia de Castro   


PRUDENCIA DE CASTRO DE CAPURRO (1821-1888)

Tenía solamente 15 años cuando se casó con J.B.C., quien debía contar cerca de 40 en 1836. Se dice que su padre la llamó un día a la sala y le presentó un caballero de grandes patillas, diciéndole: Prudencia, he resuelto que te cases con este señor.

Pudieron vivir muy confortablemente dada su posición económica y deben haber viajado más de una vez a Europa, ya que el hijo menor Eduardo, nació en Génova en 1853. Tanto éste como su hermano Agustín perdieron la razón en su juventud.

Ambos cónyugues fueron retratados por el pintor Gallino, que también lo hizo con gran cantidad de figuras del Montevideo de ese tiempo. (Cuadros, propiedad de la familia Capurro-Mousqués).

A la muerte de su marido, viajó a Italia para hacer atender y cuidar a sus hijos incapaces, de los cuales Agustín era de tipo violento. Se ignora la fecha del viaje, del cual ya no regresaría, pero en 1881 estaba instalada en Milán, según carta de ese año a su nuera Elina Charry de Capurro. Primero vivió en una villa de Fiésole, próxima a Florencia, y luego se mudó a Milán, donde tenía un gran departamento en Porta Romana 100. Allí la visitaron sus hijos Juan Alberto y Federico quedando el último acompañándola varios años con su esposa Ema Ruano de Capurro y sus hijos Juan Bautista, Federico, Ema y Haroldo (Olga nació allí en 1886). Agustín Capurro murió en la misma ciudad en 1885. Finalmente Doña Prudencia pasó a vivir en Monza, cerca del sanatorio donde internó a su hijo menor Eduardo y donde éste murió muchos años después. Federico regresó a Montevideo con su familia, debido al mal estado de los negocios familiares. Un mes después (4/4/888) murió Doña Prudencia de un ataque cerebral cuando tenía alrededor de 67 años.

Durante su vida de casada reunió un hermoso conjunto de muebles, porcelanas, platería y joyas, parte de lo cual está todavía en la familia. Se advierte que era mujer de gusto refinado. Después de su entierro, su viejo mucamo Vicenzo viajó a Montevideo con las joyas y otras cosas, trayendo además dos urnas con las cenizas de ella y de Agustín. Vicenzo sirvió luego en la casa de Federico Capurro Castro.

Según la tradición, Doña Prudencia fumaba cigarros de hoja y tomaba rapé. Era muy sorda y sus familiares tenían que escribirle en vez de decirle las cosas. Por sus cartas desde Italia a sus hijos, se vé que pasó una vejez infeliz debido a sus hijos dementes.

Prudencia de Castro


LOS HIJOS DE J.B.C.

Juan Alberto nació en Montevideo el 17/3/841 (Iglesia Matriz, libro 23, folio 82). Murió en Montevideo el 29/11/906 y fue enterrado con Honores de Estado. Había sido diputado, senador, ministro de Educación y Cultura (1891-1893) de Herrera y Obes, ministro de Fomento de Batlle y Ordóñez y factor importante de la construcción de los ferrocarriles, de la red de carreteras y del puerto de la capital. Fue en especial un arquitecto notable, graduado en Turín, autor de hermosos edificios como el Palacio Santos, la quinta de Raffo, la casa de Carlos de Castro en la calle Bartolomé Mitre, la casa de Agustín de Castro en la calle 25 de Mayo, etc. También realizó el primer catastro de la ciudad y fue además un progresista industrial.

En el "Diccionario Uruguayo de Biografías de 1810 a 1940" (Editorial Araminda, Montevideo 1945, págs. 279-280) el autor Dr. José M. Fernández Saldaña escribe:

"CAPURRO, JUAN ALBERTO

Ministro de Estado, legislador, ingeniero, arquitecto y hombre de empresa.
Hijo del armador italiano Bautista Capurro y de Prudencia Castro, había nacido en Montevideo el 14 de junio de 1838.
Pasó a Europa a seguir carrera universitaria, lauréandose [sic] como ingeniero civil en la Real Escuela de Turín en diciembre de 1864, con una tesis que versaba sobre el empuje de tierras.
De regreso en la patria a principios de 1865, trabajó largos años como ingeniero y como arquitecto, poniendo de manifiesto su bello y equilibrado temperamento artístico en los edificios que proyectó, y tuvo asimismo elevados destinos en la administración pública.
Diputado por el Departamento de la Capital en 1879 para la 13a. legislatura, pasó después a ocupar la banca de senador por Rocha, tocándole jugar papel princípalisimo en el famoso asunto del contrato de construcción del puerto de Montevideo, ajustado en Londres por el ministro Amaro Carve, el cual originó en 1884 tan apasionados debates. Capurro fué el redactor del informe contrario a la minoría, que suscribió juntamente con sus colegas Blas Vidal y Nicolás Zoa Fernández.
Votado por los electores montevideamos, reingresó a la cámara de diputados en 1888, pero no finalizó su mandato, pues el presidente Herrera y Obes, al formar su primer gabinete el 11 de marzo de 1890 lo hizo Ministro de gobierno, cargo en que se mantuvo hasta el 17 de diciembre, en que hubo una renovación casi total de los secretarios de Estado.
Vacante el Ministerio de Fomento por renuncia del Dr. J.M. Castellanos que apenas lo había ocupado, el Ingeniero Capurro tornó al gabinete, permaneciendo al frente de la nueva cartera hasta el 25 de noviembre de 1893, fecha en que hizo abandono de ella por hallarse en condiciones de ser electo senador por Rocha.
Su pasaje por el Ministerio de Fomento está señalado, entre otras obras, por la creación del Departamento Nacional de Ingenieros, el trazado general de ferrocarriles de la República y el proyecto de estudios preparatorios para la formación del puerto de Montevideo, de que informa un extenso memorandum.
A la hora en que, el año 1898, Juan L. Cuestas planteó a la Asamblea el impositivo de su continuación en la presidencia de la República, que ejercía provisionalmente, Capurro prefirió verse despojado de su investidura legal antes de aceptar la imposición del presidente del senado en ejercicio del gobierno.
Restablecidas las normas constitucionales, fué elegido miembro de la Junta Económico-Administrativa de Montevideo y en la 21a. legislatura en 1902, votado representante por la misma jurisdicción.
En el primer período de gobierno de Batle y Ordónez, el ingeniero Capurro fue nuevamente Ministro Secretario de Estado en la Cartera de Fomento, desempeñando el cargo hasta el día de su fallecimiento ocurrido el 29 de noviembre de 1906.
Particularizándose en su labor de arquitecto, puede añadirse que pertenecen a Capurro los planes de algunas casas que son todavía orgullo y ornamento de la capital, de las que serían ejemplos el palacete del general Máximo Santos en la esquina de la Avenida 18 de Julio y Cuareim, de amplitud y riqueza desconocidas hasta entonces; la casa residencial de Agustín de Castro en la calle 25 de mayo, verdadera joya de estilo italiano; la quinta de Raffo en el Camino Millán, hoy museo Juan Manuel Blanes; el Teatro Cibils, destruído más tarde por el fuego, etc. etc.
Animado por un gran espíritu de progreso, fué Juan A. Capurro, junto con su hermano Federico, un propulsor de las modernas actividades industriales, que implantó en la playa y localidad que ahora lleva su nombre, la gran destilería en que iba a comprometer su fortuna."

Prudencio Agustín nació en Montevideo el 8/8/842 (Iglesia Matriz, libro 23, folio 180) y murió en Milán el 18/1/885, sin dejar descendencia.

Luis Federico nació en Montevideo el 2/10/843 (Iglesia Matriz, libro 24, folio 146), figurando también inscripto en la Iglesia San Francisco (libro 24, folio 156). Murió en Montevideo el 10/10/905 en la quinta de Haedo de la calle Lucas Obes, donde residía entonces con su familia. Fue diputado, senador, miembro del Consejo de Estado, del Banco Nacional y del Banco de la República, fundador y primer gerente de la Caja Nacional de Ahorros y Descuentos, creada para impedir la usura sobre los sueldos de los funcionarios públicos y actuar como Monte de Piedad. Tuvo establecimiento de campo con viñedos en el paraje ahora denominado Margat y una hermosa quinta en Santa Lucía (Dpto. de Canelones) y se asoció con su hermano Juan Alberto en diversas empresas industriales. Fue además pintor y fotógrafo de gran calidad.

Luis Federico Capurro de Castro y Ema Ruano de Arteaga

Federico Capurro de Castro Ema Ruano de Arteaga


Quinta "Santa Lucía"

ver más detalles aquí

quinta capurro


quinta santa lucia

Eduardo Pedro Pablo (Edoardo Pietro Paolo) nació en Génova el 1/2/853 (Parroquia de Na. Signora delle Vigne, No. 31). Murió en Monza (Italia) el 30/6/927 sin dejar descendencia.

Los hermanos Capurro Castro fueron enviados desde niños a Italia. Estuvieron primero en el colegio de los Padres Escolapios de Savona y después pasaron Juan Alberto y Federico a la Real Escuela de Bellas Artes de Turín, donde el primero se recibió de ingeniero-arquitecto. Federico no terminó los estudios, dedicándose tal vez a su vocación pictórica. Ver aquí.

De la época de los estudios en Italia es el retrato al óleo donde aparecen Juan Alberto, Agustín y Federico con el sacerdote Degrossi, que era su preceptor. (Cuadro del pintor Angelo Pogessi di Roma, 1859, propiedad de la familia Muñoz del Campo-Capurro).


LOS TERRENOS DE "LA MECA" (PLAYA CAPURRO)

Por escritura que autorizó el Escribano Salvador Tort el 29/12/837, Juan Bautista Capurro, en condominio con José Lapuente, adquirió en 2.000 patacones de Tomás Basáñez una extensión de terreno situada en la margen izquierda del arroyo Miguelete en su desembocadura en la bahía de Montevideo y con un amplio frente sobre la misma bahía (llegaba por el este hasta el paraje conocido por el Caserío de los Negros). Esos terrenos los hubo Basáñez por donación de Teodora Cuenca, quien a su vez los compró al Gobierno por escritura autorizada por el Escribano Francisco Araucho el 2/5/832.

Existe un expediente del año 1840, en el que Juan Bautista Capurro solicitaba se le adjudicara una restinga de piedras y terrenos submarinos con frente a su propiedad, pero no se dictó resolución al respecto.

En el año 1861, Juan Bautista Capurro se presentó al Gobierno pidiendo autorización para construir un muelle y demás obras accesorias sobre la bahía, destinado a lastrar los buques de ultramar, frente a los terrenos de su propiedad situados en la margen izquierda del arroyo Miguelete y con frente a la bahía. El permiso fue concedido por decreto del Ministerio de Hacienda de 7/2/861.

En el año 1872 (exp.No. 160), se presentó al Gobierno denunciando terrenos submarinos frente a su propiedad, en la parte comprendida entre la rambla Sud-América en construcción entonces y la orilla del río proyectada. Esta gestión terminó con la escritura autorizada por el Escribano Tomás de Tezanos en 21/12/888 por la cual se reconocía la propiedad de 22.640 mts.2 que resultaban excedente del área fiscal denunciada. La escritura fue hecha a favor de Juan Alberto, Federico y Eduardo Capurro por haber fallecido ya Juan Bautista Capurro y su esposa.

La manzana de terreno donde estaba el muelle (cuyos restos todavía existen) fue adjudicada posteriormente a Eduardo Capurro y vendida a la muerte de éste por sus herederos, a Juan Restelli, quien tuvo algunas dificultades para probar la salida fiscal de esa parte de "La Meca", resolviéndose el asunto recién en 1937 (Ministerio de Hacienda, carpeta No. 919) con la comprobación que la salida fiscal ya había ocurrido en 1832.

En otra parte de los terrenos tenían su ubicación en tiempos de Juan Alberto y Federico Capurro, la Gran destilería Oriental y la Cervecería Germania, que fueron vendidas después.

En cuanto al resto de las tierras presumiblemente habían sido vendidas poco a poco. En todo caso, lo adjudicado de ellas a Eduardo Capurro fue la manzana referida sobre el mar y el predio ocupado por la quinta de Juan Bautista Capurro.

El autor se ha extendido en detalles sobre esta propiedad porque no solamente era un centro importante de la actividad de Juan Bautista Capurro, sino también porque en ella tenía su casa, todo lo cual hizo que la calle que va desde Agraciada hasta la playa se llamara también Capurro, lo mismo que el barrio. El nombre original de "La Meca" ha sido completamente olvidado por las generaciones siguientes. En una época, la playa era la más concurrida de Montevideo, lo mismo que el parque que hizo la compañía de tranvías, con su famosa pista de patinaje. Después Capurro perdió su playa y se transformó en un barrio industrial y de edificación modesta, aunque sin perder naturalmente su hermoso panorama de la bahía.


montevideo



LAS EMPRESAS DE J.B.C.

Siguió navegando por lo menos hasta 1830, pues en enero de ese año declaró en la Capitanía de Aduana que unos días antes el barco "Penguin" del que era capitán había sido

"sorprendido por un fuerte viento soplando del W y del SW, descubriéndose entonces que la embarcación hacía agua".

No se sabe si continuó activamente en la marina después, pero hay numerosas noticias sobre su actuación como armador o consignatario marítimo: Anuncio en "El Nacional" de 24/9/835:

"Para Génova en derechura saldrá sin falta a fin de mes el muy velero, forrado y clavado en cobre, bergantín "Príncipe Eugenio", Capitán Miguel A. Geriola, teniendo dos terceras partes de su carga pronta. Los señores que gusten de cargar el resto o ir de pasaje, teniendo excelentes comodidades al efecto, pueden concurrir para tratar a sus consignatarios Capurro y Castro".

En otro diario del 2/8/841:

"Para Valparaíso en el Pacífico saldrá este mes la barca "Prudencia". Su capitán Pietranera vende carga y pasajeros, a los cuales ofrece las mejores comodidades y buen trato. Dirigirse a su consignatario J.B. Capurro".

Esta embarcación hacía también viajes a El Callao, naturalmente navegando a vela por el estrecho de Magallanes. Hubo también otras empresas de J.B.C. también vinculadas al tráfico marítimo:

a) La explotación de los arenales y pozos de agua potable de "La Meca", donde existían las instalaciones necesarias para servir a los buques de ultramar, que en ese tiempo solían volver sin carga a Europa y necesitaban lastre y naturalmente agua dulce, de la cual había abundancia en esa extensión que abarcaba unas 24 cuadras cuadradas. Isidoro De María relata en su libro "Montevideo Antiguo":

"En el año 1866 hubo una gran seca que ocasionó se agotaran todos los aljibes de Montevideo. Faltaba completamente el agua. Capurro se ofreció a traer toda la precisa de su establecimiento en la playa del Arroyo Seco. Aceptada la generosa oferta, se traía embarcada desde esa playa. En sólo 18 días se repartió al vecindario la friolera de 2.133 pipas de agua, costando este serviciode transporte a la Dirección de Salubridad, 1.514 pesos".

El capataz de "La Meca" era el genovés Ambrosio Rotondo, que había servido con J.B.C. cuando éste navegaba. Más adelante recibió la concesión para los baños en la playa y el negocio de la arena fue transferido al inglés William Evans.

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Ver:  María de los Angeles Orfila: Por qué se inunda la Aguada? La respuesta la tiene también la historia
En:  El Pais, 29 Abril 2022 https://www.elpais.com.uy/vida-actual/inunda-aguada-respuesta-historia.html

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b) Los depósitos de Aduana que fueron construídos por él en la costa de la bahía, más o mens frente a las calles Ituzaingó y Treinta y Tres. En esos grandes locales con muros de piedra los importadores depositaban sus mercaderías, pagando una tasa por almacenamiento. No existía el puerto entonces y el desembarque se hacía en lanchones que atracaban luego a los muelles inmediatos a los depósitos. Hubieron dos de ellos: "Capurro viejo", que fue adquirido por el Estado en N$ 400.000, durante el gobierno de Flores (1865-68) debido al gran movimiento portuario que motivó la guerra del Paraguay (Eduardo Acevedo, "Anales Históricos", tomo III, pag. 438); y "Capurro Nuevo", que siguió siendo propiedad de J.B.C. hasta la muerte de éste, pues consta en el inventario de la herencia. La gente del puerto llamaba antes "Capurro" al barrio contiguo a ese depósito, que ha sido después reedificado.

c) La Compañía Oriental de Seguros Maritimos, que fundó en 1854 con Juan Bautista Charry, gerente de la línea naviera Messageries Imperiales (que fue luego su consuegro) y su cuñado Carlos G. Rossi (E. Acevedo, ob. cit., tomo II, pag. 552). El seguro marítimo había estado hasta entonces a cargo de firmas extrangeras y parece ser que la Oriental fue la primera aseguradora del Plata en ese ramo de capitales nativos.


OTRAS ACTIVIDADES

También tuvo J.B.C. fuerte activa intervención y fuerte capital en la Sociedad de Edificación y Crédito Hipotecario "Progreso Oriental" (dejó a sus herederos un importante paquete de acciones). Esta sociedad se ocupaba de negocios inmobiliarios, especialmente de loteos en la ciudad de Montevideo.

Era accionista del Banco Italiano, lo que es natural dada su posición en la colectividad, pero se ignora si integró alguna vez su directorio. También estuvo entre los accionistas fundadores del Teatro Solís.

Durante el gobierno de Flores se sancionó el decreto-ley de 8/10/866 que acordaba a una sociedad anónima denominada "
Compañía del Ferro-Carril Central del Uruguay" la concesión para la construcción y explotación de una línea férrea entre Montevideo y Durazno. El grupo iniciador estaba compuesto por Daniel Zorrilla, Antonio Ma. Márquez, Jaime Cibils, Juan Mac Coll, Joaquín Requena, J.B.C., Juan Proudfort, Juan Miguel Martínez y Juan D. Jackson. La sociedad tuvo inconvenientes para integrar el capital necesario y en 1868 los derechos de concesión fueron transferidos a una empresa formada en Londres, que llevó adelante la obra (ampliando también las líneas) y siguió actuando en el país hasta la venta del ferrocarril al Estado en 1949. En el expediente sucesorio de J.B.C. figuraban todavía algunas acciones de la primitiva sociedad.

Un dato poco conocido fue dado al autor por el Prof. Juan E. Pivel Devoto: en cierta ocasión J.B.C. propuso al gobierno la emisión de moneda fraccionaria, que escaseaba mucho en algunos períodos del siglo pasado. La propuesta fue aceptada y la emisión se hizo poco después.

Esta breve reseña da una idea del espíritu de progreso e iniciativa del marino italiano que, como tantos de sus compatriotas, contribuyó eficazmente al desarrollo de la economía de su país de adopción.


LA MASONERIA

J.B.C. pertenecía a la orden masónica. En el museo de ella en Montevideo figura un diploma que dice así:

"A.L.G.D.G.A.D.U. (a la gloria del Gran Arquitecto del Universo). Nos y los demás miembros que componen la regla de los hijos del secreto, provisionalmente y regularmente constituída al Oriente de Montevideo, a todos los hermanos masones esparcidos sobre la superficie de la tierra, S.F.U. (salud, fuerza, unión), sabed que nuestro muy querido hermano Juan Capurro es aprendiz compañero del Antiguo Rito Escocés aceptado y que por sus servicios y virtudes que loadornan ha obtenido en nuestra Sagrada Orden el grado de Maestro Simbólico, con las formalidades del Rito ha sido incorporado a nuestro seno previos los juramentos de estatuto y ha asistido a nuestro trabajo con el celo propio de un buen Hermano, cumpliendo las obligaciones de tal; y por cuyo motivo os encargamos y suplicamos le reconozcáis en el referido Grado, lo recibáis fraternalmente y le auxiliéis como es debido. Dado en Lugar Cubierto, el día 9 del 7o. mes del año 1829, era vulgar. Firman P. Cavia, J.M. Numa, José Masera Sirio, y otras firmas ilegibles."

Este diploma fue expedido por una logia de la Masonería cuyo nombre no se conoce, pues no figura en el documento. En la copia se han usado las palabras completas en lugar de las frecuentes abreviaturas del original. También en el mismo museo hay otro diploma fechado el 9 de enero de 5830 (esta cronología masónica corresponde al año 1830 de la corriente). Fue expedido en ocasión de concederse a J.B.C. el grado 7 de la orden, firmando Juan Melo Rodríguez, José Brito del Pino, Joaquín Sagra, Angel Rini, Carlos San Vicente y otros. Este diploma corresponde a una rama diferente de la Masonería: la filosófica.


EL HOSPITAL ITALIANO

En la reseña publicada en folleto por el Ospedale Italiano Umberto Primo en 1949 se lee lo siguiente:

"Año 1852. Entre algunos italianos residentes en Montevideo surge la idea de cooperar con las autoridades nacionales de la República en la obra de asistencia médica, que en forma precaria prestaba el Hospital de Caridad de esta ciudad. Para ello se pensó en fundar un hospital que sería constituído y mantenido luego con la contribución voluntaria de los italianos y que serviría para atender a los compatriotas enfermos necesitados. En ese año se nombra una comisión compuesta por los señores A. Benvenutto, Dr. G. Bottini, Juan B. Capurro, P. Cassarino, Presbítero J. B. Cúneo, A. Folle, V. Gianello, J. Mazzini, G. Narizano, L. Nascimbene, A. Paullier y A. Riccordi. A ellos se encomendó la tarea de iniciar los trabajos conducentes a la realización de la idea".

"Año 1853. Presentes el Encargado de Negocios y el Cónsul de Su Majestad el Rey de Cerdeña y numerosos y distinguidos miembros de la población italiana de Montevido, el 23 de abril de ese año se realiza una reunión. En ella se aprueba con entusiasmo el proyecto de creación de un "Hospital Italiano" y se nombran comisiones para promover la suscripción del cao (sic) a capital necesario. El señor Juan B. Capurro ofrece la donación del terreno situado en la esquina suroeste de las calles Soriano y Queguay (hoy Paraguay), para que en él se levante el edificio destinado al Hospital Italiano."


El 22 de mayo se coloca la piedra fundamental de la nueva obra
, que se levantaría con los planos del Arquitecto Pedro Fossatti, elegido por concurso; el mismo profesional tomó a su cargo los trabajos de contratista.

El 24/6/860, la Comisión Edilicia del Ospedale Italiano se dirige a J.B.C. agradeciéndole en términos expresivos su contribución a la fundación del hospital. Firman todos los miembros de la comisión y el secretario; entre otros, Andrea Carassale, Gaetano Gavazzo, Andrés Folle, Bartolomeo Odicini, Francisco Canessa, S. Raffo, Carlos Scotti, etc. (Documento en poder de la familia Capurro-Aguirre).

El hospital fundado por los italianos fue arrendado al Gobierno del Brasil durante la guerra del Paraguay (1865-1870), para tratar a los soldados heridos o enfermos. Se llamó en ese tiempo Hospital Brasilero. Luego de terminada la guerra, volvió su destino primitivo.

El 16/9/883 la misma comisión se dirige a los hijos de J.B.C., Juan Alberto y Federico, para comunicarles que el edificio construído en el predio donado generosamente por su padre había quedado reducido para las actuales necesidades de la colectividad, por lo que se había resuelto construir un nuevo hospital en el paraje conocido por Las Tres Cruces. Agregan que uno de los primeros cuidados de la Comisión al terminar la obra será el de perpetuar en ella dignamente la memoria de tan meritorio ciudadano.
Firma Gaetano Guarni, Presidente. (Documento en poder de la Familia Capurro-Aguirre).

El nuevo hospital, proyectado por el Ing. Luis Andreoni, que es un hermoso edificio, se inauguró en el año 1890, pero el nombre de "Gio Batta Capurro" sólo figura en una placa de mármol evidentemente prevista para varios nombres de fundadores y benefactores del establecimiento, pero que está casi vacía de inscripciones, sin mencionar siquiera a los integranges del grupo de 1852.

hospedale italiano


En cuanto al viejo edificio del Hospital Italo Sardo, antecesor del Hospital Italiano, se encontraba en Soriano y Paraguay. El terreno fue donado por Juan Bautista Capurro. El edificio fue sede de la Gran Logia de la Masonería y liceo femenino, y pertenece actualmente al Ministerio de Defensa Nacional.

Hospital Italo Sardo


J.B.C. fue en algún momento Presidente del Hospital Italiano (por lo menos fue designado para el cargo), pues una comunicación informándole del nombramiento figura inventariada en la testamentaría.

Por razones ignoradas, el sepulcro del
Cementerio Central no consta en la lista de bienes. Se trata de una hermosa capilla de mármol blanco de Carrara en la proximidad de la Rotonda. Este sepulcro fue adjudicado a Juan Bautista Capurro por resolución de la Junta Económico-Administrativa de 28/1/863, con el No. 132, pero no fue utilizado hasta 1879, precisamente para el fundador de la familia.
 

ACCIONES

5 de la Cía. Oriental de Seguros Marítimos, $ 10.000,- v/n.
1601 de la Sociedad de Edificación y Crédito Hipotecario "Progreso Oriental", de $ 160.100.- de v/n.
20 del Banco Italiano; $  10.000.- v/n.
10 del Ferrocarril Central del Uruguay; $ 2.350.- v/n.


CREDITOS

Hay una cantidad crecida de vales, conformes, letras de cambio, etc., representando créditos a favor del testador, entre ellos ocho vales del Gobierno por un total de $ 68.000.-, que corresponden al saldo adeudado por la compra de los depósitos de Aduana ("Capurro viejo"). También figuran títulos de deuda pública en escaso monto y documentación sobre otras propiedades inmobiliarias que por alguna razón no fueron tasadas, entre ellas el nicho No. 113 en el "cementerio de la ciudad". Se detallan además gran cantidad de documentos varios, correspondencia, etc.

El total de los bienes fue tasado en $ 884.138.73, que se dividió entre los herederos después de algunos ajustes en la proporción de 4/8 para la viuda y 1/8 para cada uno de los hijos

 

ESTIRPE DE JUAN BAUTISTA CAPURRO
(hasta la cuarta generación)

JUAN BAUTISTA CAPURRO                        PRUDENCIA DE CASTRO
(Hijo de Alberto Capurro                                    (Hija de Agustín de Castro
y Magdalena Consigliere)                                  y María Genoveva de Castro)
      (1798 - 1872)                                                              (1821 - 1888)

JUAN ALBERTO CAPURRO
(1841-1906)
Elina Charry
Hija de Juan Bautista Charry
y Nelly Duroux Guillien

PRUDENCIO AGUSTIN CAPURRO
(1842 - 1885 Milán)
(No dejó descendencia)

LUIS FEDERICO CAPURRO
(1843-1905)
Ema Ruano
Hija de Rafael Ruano
y Lucía de Arteaga

EDUARDO CAPURRO
(1853 Génova -1927 Monza)
No dejó descendencia


RAMA DE JUAN ALBERTO CAPURRO y ELINA CHARRY DUROUX

Juan Alberto Capurro de Castro 
Juan Alberto Capurro de Castro


Elina Charry de Capurro

Elina Charry Duroux de Capurro

Ver en el Anexo el extracto del libro de Carlos Pérez Montero: "La calle del 18 de Julio (1719-1875). Antecedentes para la historia de la ciudad nueva" (Montevideo, Imprenta "El Siglo Ilustrado" 1942) donde el autor dedica un capítulo a la obra de Juan Alberto Capurro. Ver también aquí (al final de este sitio) y el Inventario del Patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad Vieja: Catastro Capurro.

Capurro y Cia.

Edificio de Capurro y Cia. pegado al Cabildo

fuel oil Castells y Capurro

Primeras pruebas de Fuel-Oil 
Alberto Castells y Montestruch (1854-1926) y Juan Alberto Capurro de Castro (1841-1906)
en la fila de arriba, centro, a la izquierda del reloj Juan Alberto Capurro (con barba),
junto a él Alberto Castells (con sombrero).

Ver este sitio de la Intendencia de Montevideo sobre el barrio Capurro, donde se dice que
Juan Alberto y su hermano Federico "fundaron una sociedad que instaló una fábrica de almidón
una  destilería de alcohol y la cervecería Germania, ubicadas todas ellas en la zona de Capurro
donde actualmente se levantan las instalaciones de Ancap."

Ver también el texto al final de este sitio.


Firma de Juan Alberto Capurro

Firma de Juan Alberto Capurro


Harinas Puritas



ALBERTO CAPURRO CHARRY
(No dejó descendencia)

Alberto y Enrique Capurro

Alberto y Enrique Capurro Charry


ENRIQUE CAPURRO CHARRY

(Lia Aguirre Antuña, hija de Martín Aguirre Pérez
y Rosa Antuña)

Lia Capurro Aguirre (Ver: Reportaje en este sitio)
(Carlos Quijano)

Enrique Capurro Aguirre
(Olga Quintela)
(Ma. Isabel Acevedo)


MARIA CLARA CAPURRO CHARRY
(Daniel García Acevedo, hijo de Ildefonso
García Lagos y Julia Acevedo Vasquez)

Daniel García Capurro
(Sofía Vidal)

Mario García Capurro
(Elena Urioste)

Ma. Clara García Capurro
(Luis Alberto Urioste Lema, hijo de
Santos Urioste Montaño y Adela Lema Guerrero)

Elina García Capurro

Alberto García Capurro
(Celia Scheitler)
(Mercedes Cuenca)


ELINA CAPURRO CHARRY
(hermana melliza de Elena)
Dr. Alfredo Arocena Artagaveytia (1870-1945) (hijo de Ramón Arocena y Matilde Artagaveytia Gómez)
Co-fundador de la Sociedad Anónima Balneario de Carrasco (1911).

Ver el capítulo "Carrasco" en Federico E. Capurro "Una memoria más" .
Miembro del The Carrasco Hotel and Casino (Uruguayan) Company Limited (Londres 1913).
Director de la Empresa Transatläntica de tranvías a caballo y luego eléctricos en sociedad con Esteban Elena.
Fundador junto con Don Elbio Fernández del Banco La Caja Obrera (Director durante 28 años).

Ver: Denise Caubarrère y Toti Monzón: Carrasco. El misterioso encanto de un barrio, Montevideo, p. 13.
Ver también: Pablo Arocena: De Ramones y Matildes. Crónica de una familia rioplatense (Montevideo 2004.

Alfredo Arocena Capurro
(Margarita Lussich)

Diego Arocena Capurro
(Laura Vázquez Varela)

Raúl Arocena Capurro
(Julia Shaw)
(Elena Guimaraens)

Julio Arocena Capurro
(Ma. Rosa Christophersen)
(Isabel Miles)

Juan Alberto Arocena Capurro
(Raquel Real de Azúa)

Oscar Arocena Capurro
(Matilde Ortiz de Taranco y García, hija
de Felix Ortiz de Taranco y Elisa García
de Zúñiga Villegas)

Elina Arocena Capurro
(Jorge Basabilbaso)

Raquel Arocena Capurro


ELENA CAPURRO CHARRY
(hermana melliza de Elina)
(Enrique Arocena Artagaveytia, hijo de
Ramón Arocena Castro y Matilde Artagaveytia Gómez)

Enrique Arocena Capurro
(Violeta Olivera)
(Elena Morador)

Inés Arocena Capurro

Elena Arocena Capurro
(Ernesto Leborgne)

Horacio Arocena Capurro
(Ma. Isabel Novoa)


MERCEDES CAPURRO CHARRY
Julio Aberto Castells Carafi (1910-1978)
hijo de Jaime Miguel Castells Montestruch
y Laura Carafi Zas
Fundador, junto a Raúl Castells Carafí, de
la revista Mundo Uruguayo (Ver aqui).

Mercedes Capurro de Castells

Mercedes Capurro de Castells


Julio Castells Carafi

Julio Alberto Castells Carafi e hijos (Julio y Enrique)

Julio Alberto Castells Capurro, casado con
- Ema Chalar:
    -- Julio Alberto Castells Chalar casado con Teresa Barthaburu: Mercedes y Julio Alberto;
    -- Juan Bautista Castells Chalar casado con Elsa  Ruffinelli: Rosario, Adriana y Pablo
- Olga Castells Silveira - Federico Etchegaray Carve
- Olga Montero:
   -- Carlos Castells Montero casado con Stella Alvarez Lados:
        --- Andrea Carolina casada con Rodrigo Abal Soneira: Sol, María Pía;
        --- Carlos Julio casado con María Olga Arbiza: Agustín, Alberto y Alfonso;
        casado con Liliana Massa Mastrangelo: Juan Ignacio Castells Massa.

Notas de Carlos Castells Montero

"El próximo 26 de junio se cumplirán cincuenta años del fallecimiento del pintor y acuarelista Julio Alberto Castells Capurro.
Hermano del más famoso de los hermanos Enrique Castells Capurro y hermanados en la pintura de escenas gauchescas Julio Alberto, mi padre, fue menos prolífico en su producción artistica, explicado esto entre otras cosas por su muerte a los 47 años. Habia nacido un 12 de octubre de 1911 hijo de Julio Castells Carafi y Mercedes Capurro Charry siendo el primer hijo de dos el otro ya mencionado Enrique.
Hicieron los dos hermanos algunas exposiciones conjuntas trabajo para Capurro Publicidad y también para el Semanario Marcha. al que lo vinculaba ademas su parentezco con Lía Capurro Aguirre, esposa del Dr Carlos Quijano, que era como hermana pues al ser huérfana ella y su hermano Cote se criaron en la casa paterna de mi padre en el barrio de Capurro Prado.
Julio Alberto Castells Capurro tuvo cuatro hijos, dos de los cuales, Juan Bautista, fallecido en el 2003 y Olga se dedicaron y dedican a la pintura. Falleció un 26 de junio de 1959. Vayan pues estas líneas en recuerdo de alguien que algo aportó a  la cultura del Uruguay.
Montevideo, 8 de junio de 2009.

"Centenario del nacimiento del pintor Uruguayo Enrique Castells Capurro 1913-2013
El próximo 9 de Marzo del 2013 se cumple el primer centenario del nacimiento de Enrique Castells Capurro, de mas está decir la profusa obra pictórica realizada por el referido artista vinculada a nuestra vida rural especialmente que fue plasmada en óleos, acuarelas, aguazos, bronces, murales y demás. Lamentablemente a pesar de los esfuerzos realizados ante las autoridades culturales municipales y nacionales no se ha podido lograr hasta el día de hoy concretar un homenaje en consonancia con su relevancia para la cultura nacional. Esperemos que alguien pueda sensibilizarse a partir de de este mensaje."
Córdoba, 17 de febrero de 2013.

Enrique Castells Capurro (1813-1987)
casado con Violeta Molinelli:
- Enrique (sin descendencia)
- Federico - Ana Lazo: Gabriel Enrique (fallecido a  los 23 años)
- Virginia

Enrique Castells Capurro

Enrique Castells Capurro

Enrique fue influenciado por su tío Carlos Castells Capurro (1880-1933)
Sobre la familia Castells ver aquí.


BENJAMIN CAPURRO CHARRY
Elvira Mousques

Elvira Capurro Mousques
(Juan C. Sáenz)


NELLY CAPURRO CHARRY
(Ramón Arocena Blanco, hijo de Ramón Arocena Artagaveytia y Celedonia Blanco Sienra)

Ramón Arocena Capurro
(Margarita San Vicente)

Luis A. Arocena Capurro
(Renée Larraburu)

German Arocena Capurro
(Mercedes Linn)
-   Rodrigo Arocena Linn (1947-)

Rodrigo Arocena Linn

Rector de la Universidad de la República (2006-2014)

Nelly Arocena Capurro
(Jorge Hughes)

Eduardo Arocena Capurro
(Raquel Armas)

Marta Arocena Capurro
(Juan Ferreira Aldunate)


SIMONA CAPURRO CHARRY
Alberto Muñoz del Campo, hijo de
Enrique Muñoz Vidal y de Gumersinda del Campo Pagola

Dolores Muñoz Capurro
Ernesto Oribe



RAMA DE LUIS FEDERICO CAPURRO (1843-1905) y EMA RUANO DE ARTEAGA GOMEZ (1853-1942)

JUAN CAPURRO RUANO (ver aquí)
Elina Castells Carafí,
hija de Jaime Miguel Castells
Montestruch y Laura Carafí Zas


Juan Capurro Ruano

Juan Capurro Ruano (1911) por Rafael Barradas


Elina Castells
Blanca Castells y Elina Castells Carafí de Capurro


Juan Capurro, Elina Castells

Juan Capurro y su esposa Elina Castells Carafí, Blanca Castells Carafí y su esposo Luis Eduardo Pérez,
Adela Eastman y su esposo Jaime Castells Carafí

Elina Capurro Castells

Ema Capurro Castells
(Rafael Rodríguez Marcenal)

Raul Capurro Castells (editor de este texto sobre Juan Bautista Capurro)
(Irmgard Stemmer)
- Magdalena Capurro Stemmer (co-autora de este sitio)
(Carlos Frick
Iewdiukow:  María Frick Capurro)

Elsa Capurro Castells
(Fabio Zás Allende, hijo de Fabio Zas Martínez y Dolores Allende Martirene)

Beatriz Capurro Castells
(Horacio Olivera)

Ivana Capurro Castells
(Eduardo Crispo Ayala)



Fuente: Federico E. Capurro: Una memoria más.1958 - 1963 (Montevideo 1963, pág. 201-202)

Febrero 21 de 1962

Yo mismo octogenario, estoy rodeado, en mi familia y viejas amistades, también de octogenarios. Y la naturaleza no transige en la aplicación de sus leyes que imponen a su tiempo el retiro, para dar lugar al elemento renovador activo propio de las generaciones que nos siguen. Hemos de resignarnos.
Hoy desapareció mi cuñada Elina, viuda desde hace varios años de mi hermano Juan. Todas las virtudes reuníanse en esta dama noble, inteligente, esposa digna y madre afectuosa.
Respetando sus ideales religiosos, solía yo conversar con ella cordialmente acerca de temas familiares y literarios a los cuales era afecta. Muy lectora y culta, ofrecía gratos momentos de amenos comentarios sobre pasados recuerdos y sucesos de actualidad.
Su sensible temperamento, tanto en lo sentimental como en lo mental, quedó demostrado poco antes de cerrar sus ojos para siempre, con una de sus últimas disposiciones por la cual manifestaba su deseo de que fueran ellos cedidos para devolver la vista a quien le faltara. Se cumplió su voluntad sin que su pálido semblante se alterara. La placidez y tranquilidad de su apagado rostro parecía reflejar su entera existencia, toda dulzura, bondad, sencillez, amabilidad, complacencia...
Profundamente conmovido, pongo aquí estas líneas, en las cuales van unidos mis sentimientos consagrados a la memoria de aquel hermano querido, con el dolor de este día de duelo.


JUAN Y FEDERICO CAPURRO RUANO

Fuente: Federico E. Capurro: Una memoria más. 1972 - 1974 (Montevideo 1974, pág. 125-144) (extractos)


Punta del Este, Enero 20 de 1974

Poco significa esta palabra. Con ella solo se distingue un villorrio de la Suiza Alemana a orillas del lago de Constanza. Pero adquiere cierta entidad por el hecho de abrigar uno de los más renombrados colegios de aquella República, tan pequeña en extensión, como grande en sus progresos culturales.

Lleva esta escuela de internados el nombre de su fundador, Viget, padre de quien fuera el último director. Y es precisamente por su alta reputación, que al regresar nuestra familia a Montevideo desde Italia, fue resuelta la internación de Juan, mi hermano mayor, que apenas contaba quince años de edad, y ya previéndose también que yo le seguiría dos años más tarde.

Nada queda ahora, ni el edificio demolido para sustituirlo por una playa para maniobras de ferrocarriles.

Prescindiendo, por innecesario, repetir las causas de nuestra residencia en Milán, ya aludidas en mis "Memorias", sin objeto hoy su reproducción aquí.

Desde entonces pues, empieza esta historia familiar, 1887, para terminarla en 1890. Tres años de extensión, durante los cuales había de desenvolverse una correspondencia entre mi hermano Juan, el mayor exilado en Suiza, y sus padres, en Montevideo, que alcanzó a 140 cartas. Nada sabía yo de todo ello, ni que se hubieran trasmitido por herencia todas esas hojas envueltas en un grueso paquete, felizmente conservado con otras reliquias.

Sin otro motivo especial, sino como casual noticia acerca de tal correspondencia, descubierta entre otros papeles por mi sobrino Raúl, se me dio conocimiento de ella. Enseguida, en efecto, despertóse mi curiosidad, llevándome a pedir el total contenido de los tres años de exacta escolaridad, hace noventa años, en tal instituto.

Se trataba de un establecimiento ejemplar, en cuanto a planes de estudio y de régimen de internado, muy recomendado en una época en que surgían nuevas corrientes docentes.

No diré por supuesto, nada fundamental en el transcurso de los sucesos, pero sí un extracto de la vida estudiantil en un país extraño, con impresiones y sentimientos sinceramente expresados dentro de la verdad familiar y la ingenuidad infantil.

Acaso en mi trabajo no haya suficiente orden en la redacción, ni puntualidad en las transcripciones y recopilaciones de párrafos, pero puedo afirmar que la todalidad responde a un auténtico respecto a la entera realidad.

No está demás advertir que Juan recurre a tres idiomas, para redactar sus cartas: al italiano cursado en Milán, francés llevado, en parte, de Montevideo con el español. De modo que la traducción había de ponerse a menudo en juego sin preferencia aparente.


1887

Setiembre 12

Comienzo por describirte la vida en el Instituto. Dado que he llegado en plenas vacaciones. Nos levantamos a las 7 y, por tanto, en primer término tomamos el café con leche. Desde las 8 se estudia o se lee. A las 10 baño y, en seguida, el almuerzo. Desde las 2 a las 6, largos paseos. Al llegar a cualquier pueblito nos ponen delante un plato de queso con pan y un vaso de cerveza. Luego, se vuelve a casa y se cena. Después nos traen varios juegos de mesa, damas, dominó, etc., en los que interviene la Directora. A las 9, a la cama.
Esta señora es buenísima. Asistió a un compañero enfermo todas las noches a su lado durante varios días. Tengo ya amigos simpáticos: un peruano y otro boliviano con los cuales nos entendemos muy bien. No habríase podido encontrar un colegio mejor.
Horario de todas las semanas. 38 horas de estudio general, entre 15 de alemán, 3 de francés, 3 de caligrafía, 3 de latín, 3 de aritmética, 2 de música y otros variados estudios. Los lunes, martes, viernes, y sábados nos levantamos a las seis y media, alumnos y profesores.


Rorschach

Me ha sorprendido que, sin excepciones, comprendido el personal de servicio, a pesar de ser un colegio laico, todos bajan al comedor con los libros religiosos en las manos, cantan acompañados del armonio, durante diez minutos, de pie. Luego, en el mismo local se sirve el café con leche con tres terrones de azúcar y un mediocre pancito. Para endulzar mi café tomo unos buches sin azúcar, de modo que pese a la escasa dosis, así me parece dulce.

Sigue después el desarrollo del programa de materias: estudios especializados, ejercicios físicos y esparcimientos

[...]

1888

Enero 6

El idioma exige grandes esfuerzos. El alemán es difícil. No se adquiere con facilidad en seguida. No ocurre como con el italiano y el francés. Las multas por no practicarlo resultan un método auxiliar muy eficaz.
Un fuerte dolor de garganta me obligó a hacer cama. Sólo entraba a mi cuarto la directora, Frau Berta, y una monja.
No fue larga la convalescencia. Sin embargo, mucho extrañé los cuidados de la "mamma". Durante la fiebre soñaba... sentía sus manos sobre mi frente.
Todo pasó. Ya estoy bien. Pude participar de las fiestas de Navidad. como siempre, la glotonería constituyó el principal atractivo de la organización. Fuí también al circo ecuestre. En Milán había visto mejores.

La Carta anterior había sido escrita en italiano; ésta en francés.


Enero 10

La orilla del lago está helada. Ya se puede patinar sobre una parte muy ancha. Mucho me divierte este ejercicio. Da la impresión de volar. Además hacemos observaciones físicas. Se forman en el hielo burbujas de gases que nosotros abrimos con el patín para luego arrimarles un fósforo. El efecto es fantástico.

Enero 12

Los estudios son muy serios. El profesor de matemáticas es muy competente, pero se ha vuelto estúpido de tanto estudiar. Hace multiplicaciones de memoria entre cantidades de dos o tres cifras. Me escriben expresando el temor de que el football pueda hacerme mal. No creo. En nuestro club, formado sin ingleses, sólo con suizos, italianos y de otros países, nadie hasta ahora se ha lastimado. Los ingleses pueden, entre ellos, romperse la cabeza por su cuenta. Claro está que no faltan caídas y patadas, pero sin consecuencias.
Me interesa tomar más lecciones de aritmética, pero para ésto es necesaria la consulta a la familia. Tiene importancia, si yo sigo la rama comercial.

Marzo 18

He ingresado en un club de remeros. No podemos navegar sin ser acompañados y se debe saber nadar. Además, no lejos de la orilla del lago, donde se puede desembarcar y tomar un vaso de cerveza.
No comprendo por qué mi certificado pudo ser peor que el anterior.
Nuestro Director debió someterse al servicio militar, como todos los suizos. Y muchos alumnos ya están prontos en caso de guerra. Están obligados a presentarse a cumplir tal exigencia.

Abril 2

Han tenido ustedes razón al no mandarme antes al colegio. Veo aquí lo que ocurre con los más jóvenes. Se les enseña a fumar y a otras cosas peores.
Si Federico insiste en ser ingeniero, en nuestro colegio puede adquirirse la preparación para ingresar en el Politécnico de Zurich.

Abril 4

Muere la abuela Prudencia Castro de Capurro en Monza. "Io sono stato molto addolorato e lo sono ancora..." ¡Pobre Mama Prudencia! Sigo pensando en ella... Me he abstenido de toda diversión. El Director me ha llevado al sastre para que me hiciera un traje de luto. También me he puesto luto en el sombrero.

Mayo 4

Oímos un concierto en la iglesia protestante. Entre las piezas que más me gustaron fue el Ave María de Gounod. El maestro de música me dijo que estaba al alcance de mi violín. Ensayaré después de estudiar "Il Trovatore". Nos divertimos bastante. En diciembre y noviembre nos permitieron ir al teatro y dos veces a la iglesia protestante y una a la católica, donde se organizaron conciertos muy buenos. Sigo escribiendo en hojas de papel con margen de luto.
Conocí a Schelling, gran talento musical, asombro de toda Europa. Paso mi vida discretamente oyendo música y entretenido con el football y el remo, de lo que ya los he enterado.

Junio 17

Estoy pensando en que las fábricas de almidón y alcohol de la familia continúen prosperando.
Hemos ido en barco a Frieebreschafen [sic, Friedrichshafen] para ver el castillo del Rey de Wurtemberg. Se trata de un palacio muy lindo y su parque también, pero creo que los jardines de Santa Lucía son más grandes y las plantas más raras que las del Rey.

[...]

Agosto 6

He vuelto de Munich luego de un viaje muy agradable que realicé invitado por el tío Alberto. Todo fue muy agradable para mí. Conocí nuevas ciudades, diferentes medios de transporte, ferrocarriles, barcos y omnibus urbanos. Además hoteles, teatros, avenidas, en fin, sin entrar en detalles, cuanto ofrece al turismo la organización europea. Y hasta cito especialmente los restaurantes y cervecerías de gran concurrencia en Alemania. Tampoco he de olvidar, acaso, lo que más me impresionó: los museos y el teatro.
Aparte de todo ello, he obsrvado que nuestra religión impone ciertos sacrificios que yo no me los explico bien. todos los domingos dos horas y media en la Iglesia parados o arrodillados, lo que mucho me cansa. Nuestro clérigo exagera su misión, obligando a oir largos sermones y leyendo interminables páginas de la Biblia.
Dos temas, los anteriores, que llevaría muchas páginas sin ninguna originalidad, sino propias de un viajero inexperto por un lado, y de consisderaciones religiosas, por otro, que tampoco acusen nuevas íntimas confesiones que den más o menos luz a la sincera fe siempre acreedora del más silencioso respeto.

[...]

Diciembre 31

Para demostrar las dificultades del idioma alemán, transcribiré una palabra que, por su longitud, no se descubre el significado Deutschnationalkunstgewerbeausstellungslose.
Visité el palacio del rey de Baviera que murió loco, Luis II. Este mismo hizo construir uno de sus palacios que llevó diez años de operaciones. En la cama, trabajaron cincuenta obreros sin interrupción y su costo alcanzó a dos millones de francos. Y como hecho que parece inverosímil, añado que en la cabeza de una estatua ecuestre de Munich caben cinco personas. (La página muy estropeada no da mayor claridad para su lectura).


1889

Febrero 2

Espero que ningún diputado votará a favor de Santos. Quien lo hiciere, aparecerá como enemigo de la patria y de la libertad.
Aquí donde hay tantas patrias diferentes, cada uno habla de la suya. Y se advierte, entonces, como aparece en cada uno el amor a su modo. Me gustaría ver la exposición de París. Me dicen que es esférica. Pero... Se me está ocultando una buena noticia.

Febrero 2

Muy bueno resultó el secreto. Dentro de tres meses podré viajar a Montevideo. No pienso ahora en otra cosa. Cuántas cosas tendré que decirles! Un sueño... Hablaremos de mi carrera... De mi futuro viaje ya no sé que pensar...
Hemos empezado el estudio de "Guglielmo Tell" de Schiller. No me parece muy difícil... Todo ahora me inquieta.

Abril 18

Mucho me ha alegrado la determinación de que Federio venga a mi vuelta conmigo. Podremos estar juntos todavía un año. En cuanto a los fondos todo se resolverá bien, según el proyecto. Lo agentes de aquí Agnelli y Recagno, lo facilitan.
Vamos a menudo a St. Gallen, ciudad en la altura, más importante que Rorschach. Ahí no falta nada. Ahí puede comercializarse con la reputada fábrica de relojes. "Chaux des Fonds", Encargué uno, es magnífico. Pronto lo llevaré. Ya estamos en los preparativos del viaje. El Sr. Recagno escribe diciendo que dos barcos de "La Veloce" saldrán hacia América el próximo mes, desde Génova: El "Mateo Bruzzo" el 8 y el "Duchessa di Genova", el 14. De manera que en uno o en el otro me embarcaré.  Qué placer me causa esta conversación! En cambio, mis ascenso a la ciudad de St Gallen responden a un motivo poco grato: mis dientes. Sufro enormemente. Pero, me estoy curando. Por lo demás, todo lo que necesito lo comprarén en Milán, algunos regalitos y perfumes y demás artículos de tocador. De todo esto tomo nota, hasta de farmacia. Aunque de algunos frascos nunca hago uso. Regalos. Después de aquel vergonzoso incidente en que caímos enfermos por excesos de bebidas y fiambres, me cuido ahora para no recaer en tales intemperancias.

Junio 25

Ya tengo reservado pasaje en el "Duchessa di Genova". Es posible que, respondiendo a mis planes, permanezca un día en Milán. Con las libras esterlinas que me mandaron puedo darme todos los gustos.


DE VUELTA AL COLEGIO CON  FEDERICO

Octubre 13 . A bordo del "Nord America"

Si quieren aceptar un consejo, les diría que nunca intenten embarcarse en ese vapor, porque se mueve de tal manera que es imposible defenderse contra el mareo. Federico pasó los primeros días en cama. Y yo, levantado, no estaba mejor que él. Monótona la travesía, aburrida, pocos pasajeros. Mañana llegaremos a Las Palmas y poco después a Barcelona. Deseando bajar en Génova. Por fin! ya estamos en el colegio pero sin los baúles: éstos vendrán mañana.
En seguida subí a St. Gallen, atormentado por mi dolor de muelas. Recibirán cartas nuestras muy pronto. La novelería de la llegada y reencuentro con los compañeros nos distrajo y Federico ya está muy contento. Pronto empezarán las vacaciones.

Diciembre 14

Ya estamos aclimatados y, por otra parte, mañana comienzan las vacaciones. Y de entrada fuimos a un concierto en St. Gallen. Organo y orquesta en una iglesia protestante, IX Sinfonía de Bethoven [sic]. Aunque no la entendí muy bien, me pareció magnífica. Muy completa, con coros imponentes. Una hora y cuarto.
Llegaron los comestibles de Milán, con obras de Goethe y Schiller. Federico está "en su gloria". No podía creer que en un colegio se diera a los internados tanta libertad.

[...]

Solo como epílogo añadiré una de las mas inolvidables impresiones de mi niñez: la recibida en la bahía de Montevideo, en el momento que acercábase una embarcación menor a nuestro transatlántico que recién apagaba sus calderas. No había muelles entonces. Desde el más alto de los puentes agitaba mis brazos: a la vez que, como desde un espejo, reflejábanse otros allá lejos, al tiempo que lágrimas de emoción y risas de placer, juntas bañaban mis ojos entre confundidas imágenes y anhelos de aproximación."



FEDERICO E. CAPURRO RUANO
Julia Calamet, hija de Alberto Noel Calamet Camino y Marcela Álvarez Díaz
Dolores Marta Avellaneda
(ver aquí)


Federico Capurro Ruano

Federico E. Capurro Ruano

Federico Capurro Ruano

Federico E. Capurro Ruano

Julia Capurro Calamet
(Arturo Varela Acevedo)

Federico Capurro Calamet
(Sara Acevedo Spinelli)
- Federico Eduardo Capurro Acevedo (María Rosario Olaso)

Jorge Capurro Calamet
(Isabel Llovet Capdeville)
(Gwendlyn Coates)

Beatriz Capurro Calamet

Ivana Capurro Calamet

Eduardo Capurro Avellaneda
(María Josefina Villegas)


Exposición

sobre Federico E. Capurro en la Biblioteca del Poder Legislativo
2020

Ingeniero civil de profesión, nace el 10 de julio de 1876 en Montevideo. En sus primeros años de vida, se traslada junto a su familia a Europa (1881-1898), estableciéndose en Milán y más tarde en Suiza, donde continúa sus estudios en un internado del colegio Viget. En este período, viaja frecuentemente a Uruguay. A su regreso, ingresa en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, a su vez que desempeña tareas de administración comercial en la Destilería Oriental, propiedad de Juan Alberto y Federico Capurro, hasta que la misma pasa a manos de Jules Meillet. Luego, se desempeña como Jefe de Inspección de Vialidad, siendo después Director de Vialidad. En esta época, interviene en el trazado de la carretera Maldonado-Punta del Este. En referencia a la vida académica, dicta clases en la Facultad de Ingeniería, además de desempeñarse como decano en 1907 y 1910. En 1931, forma parte del primer Directorio de ANCAP, y luego, acepta el mando del Ministerio de Obras Públicas, cargo que ocupa hasta el Golpe de Estado del Presidente Terra. En 1942, es electo senador, lugar desde donde impulsa varios proyectos, algunos apoyados exitosamente por los parlamentarios y otros no tanto. Entre los proyectos, se encuentra la creación de la Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines, considerando que “[…] ningún recurso, a favor de la enseñanza y a la consulta del libro, había de descuidarse para educar, al alcance universal; y que, por tanto, difundir y organizar bibliotecas constituye una imprescindible base de la instrucción.”(1) La misma comienza a funcionar a fines de 1945. También impulsa la construcción del puente sobre el Río Negro, frente a la ciudad de Mercedes, inaugurándose en 1963. En 1965, se crea la Academia Nacional de Ingeniería, por iniciativa de Capurro, institución en la cual preside el consejo directivo en los primeros períodos. Y en 1972, recibe el reconocimiento por 70 años de ejercicio profesional, por parte de la Academia Nacional de Ingeniería y la Asociación de Ingenieros del Uruguay. Cabe destacar que Capurro tuvo una faceta literaria, publicando obras bajo el seudónimo Carlos Eduardo Feder. El ingeniero civil Federico E. Capurro fallece en el año 1979.


Federico E. Capurro

Bibliografía: (2)
- “El puente sobre el arroyo del Pintado” (1907). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 1(8).
- “Puente de cemento armado sobre el arroyo Toledo” (1908). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 2(11).
- “El puente sobre el río San José” (1909). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 3(15).
- "Puente de cemento armado sobre el arroyo Pan de Azúcar: pliego de condiciones” (1911). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 5(35).
- “Proyecto de creación de un Instituto de Ensayo de Materiales presentado al Consejo Directivo de la Facultad de Matemática” (1911). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 5(36).
- “Concurso para la construcción de un puente sobre el río Santa Lucía en "La Barra": informe de la Dirección de Vialidad sobre las propuestas y proyectos presentados” (1912). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 6(46).
- “Puente sobre el río Santa Lucía en la "Barra": Pliego de condiciones relativo a la provisión y montaje de la superestructura metálica” (1912). Revista de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos del Uruguay, 6(56).
- “Resumen de la memoria de la Dirección de Vialidad correspondiente al año 1913” (1913). Revista de la Asociación Politécnica del Uruguay, 7(68).
- “Comunicación presentada al segundo congreso científico panamericano: observaciones generales sobre el régimen de los cursos de agua de la República Oriental del Uruguay, desde el punto de vista de la construcción de puentes, soluciones adoptadas” (1916). Revista de la Asociación Politécnica del Uruguay, 10(1).
- “La enseñanza técnica superior” (1921). Revista de la Asociación Politécnica del Uruguay, 15(10).
- “Sobre caminos” (1922). Revista de la Asociación Politécnica del Uruguay, 16(9-10).
- “Carreteras nacionales: impuestos para contribuir a su conservación” (1922). Revista de la Asociación Politécnica del Uruguay, 16(11).
- “El urbanismo de Le Corbusier” (1929). Revista de Ingeniería, 23(8-9).
- “Los pensamientos de Leonardo da Vinci” (1930). Revista de Ingeniería, 24(8). (Ver aqui)
- “Psicotecnia y orientación profesional” (1930-1932). Revista de Ingeniería, 24(9).
- “El ingeniero y la política” (1936). Revista de Ingeniería, 30(4), 40(458).
- “Los parques nacionales en los Estados Unidos de N. América” (1942).
- “Los parques nacionales en los Estados Unidos de Norteamérica” (1942). Revista de Ingeniería, 36(4).
- “Franquicias a la construcción” (1944). Revista de Ingeniería, 38(4).
- “Como encaran hoy las mejoras edilicias en EEUU” (1947). Revista de Ingeniería, 41(474).
- “El procedimiento "P.H.C." para la construcción de puentes” (1947). Revista de Ingeniería, 41(474).
- “El palpitante problema de los transportes” (1947). Revista de Ingeniería, 41(476).
- “El nuevo túnel entre Manhattan y Brooklyn-Nueva York” (1948). Revista de Ingeniería, 42(477).
- “El vasto y apremiante problema de la vivienda” (1948). Revista de Ingeniería, 42(481).
- “Jones Beach” (1948). Revista de Ingeniería, 42(484).
- “Una memoria más: [1898 – 1948]” (1950).
- “Teatro para leer” (4 volúmenes, bajo seud. Carlos Eduardo Feder, 1952).
- “Leonardo da Vinci: su multiforme sabiduría” (1952). Revista de Ingeniería, 46(534).
- “La ciudad de Los Angeles y sus freeways, heroica solución de tránsito urbano” (1955). Revista de Ingeniería, 49(562).
- “Cuentos cortos sin ton ni son ; Ojos celestes” (bajo seud. Carlos Eduardo Feder, 1956).
- “La carretera panamericana” (1957). Revista de Ingeniería, 51(587).
- “Preparación de los ingenieros en el progreso de la sociedad moderna” (1957). Revista de Ingeniería, 51(594).
- “Una memoria más: 1948 – 1958” (1958).
- “Transportes” (1958). Revista de Ingeniería, 52(607).
- “Reparaciones provisorias de puentes volados en las guerras civiles 1904 y 1910” (1959). Revista de Ingeniería, 53(615).
- “Ingeniero José Serrato: su sensible fallecimiento” (1960). Revista de Ingeniería, 54(629-630).
- “Transportes colectivos elevados urbanos” (1961). Revista de Ingeniería, 55(643-644).
- “Una memoria más: 1958 – 1963” (1963).
- “Una memoria más: 1963 – 1966” (1966).
- “Una memoria más: 1966 – 1968” (1968).
- “Una memoria más: 1968 – 1970” (1970).
- “Una memoria más: 1972 – 1974” (1974).
- “Una memoria más: 1974 – 1976” (1976).
- “Volando sobre un siglo” (1973).

Referencias:
-Bibliotecas de la Universidad de la República (sin fecha). 
Catálogo de las Bibliotecas de la Universidad de la República.
-Biblioteca del Poder Legislativo (sin fecha). 
Catálogo de obras.
-Biblioteca Nacional (sin fecha). 
Catálogo en línea .
-Capurro, F. E. (1958). Una memoria más: 1948 – 1958. Montevideo: Impresora LIGU.
-Capurro, F. E. (1973). Volando sobre un siglo. Montevideo: s. n.
-Federico E. Capurro (sin fecha). 
Autores.uy.
-Scarone, A. (1937). Uruguayos contemporáneos: nuevo diccionario de datos biográficos y bibliográficos. Montevideo: Barreiro y Ramos.
______________________________________________
(1) Capurro, F. E., 1973, p. 65.
(2) Bibliografía realizada en base a los catálogos de las Bibliotecas de la Universidad de la República, Biblioteca Nacional y Biblioteca del Poder Legislativo
.


Ver:

Ofelia Ferretjans de Ugartemendia: El Ingeniero Federico E. Capurro y el nacimiento de la Profesión Bibliotecaria en el Uruguay. (1976) online

Federico E. Capurro: Escuela de bibliotecnia 2020


HAROLDO CAPURRO RUANO
Élida Etchegaray Etchepareborda


casamiento

Haroldo Capurro y Elida Etchegaray

A Elida sus nietos la llamaban Mami y sus parientes Minguita porque resulta que los hermanos jugaban a las bolitas de vidrio de todos los colores pero a las azules les decían minguita como el color de los ojos de Mami. Ella decía de su nombre "las 4 E" (Elida Erlinda Etchegaray Etchepareborda). Elida y Haroldo, llamado Papún por sus nietos, tuvieron siete hijos: (foto 1921):

mami con sus hijos

de zquierda a derecha
Susana, Pedro (Pacaco), Luis (Lucho), Elida (Mami) con Eduardo en sus brazos
Elida (Lila), Mario y Haroldo (Tato) (sentado)

  • Élida Capurro Etchegaray (Lila) (1910 - 1968) - Gilberto Pratt De María
    • Gilberto (1938-2008) casado con:
      • Carmen Percovich:
        • Lucía
        • Gilberto
        • Juan Pablo
      • Beatriz Vallve
    • Olga (1936) casada con Alejandro José Nin Vargas (1933-2004):
      • Alejandro
      • Verónica
      • Diego
      • Juan Luis
      • Guillermo
    • Ana María (Ani) (1943) casada con Eduardo Vidiella:
      • Eduardo
      • Gonzalo
      • Martín
    • Inés (1944-2015) casada con Eduardo Gómez:
      • Magdalena
      • Eduardo
  • Pedro Capurro Etchegaray (1912 - 1974) (Pacaco) - Elina Ameglio Fynn (2021)
    • María Elina casada con Carlos Deus:
      • Charlie
      • Hector
      • Andrés
    • Virginia casada con Miguel Pantazoglio:
      • María
    • Pedro (Pepo)  (†) casado con Raquel de Souza:
      • Agustina
      • Alejandra
      • Cecilia
      • Pedro
      • Carolina
    • Adriana casada con Guillermo Rafael Pérez Puig:
      • Gabriel
      • Rafael
      • Florencia
    • Moira casada con Paul Schurmann:
      • María Jesús
      • Paul
      • Moira
  • Haroldo Capurro Etchegaray (1913 - 1998) (Tato) - Concepción Alzola (Chona) (2007)
    • Haroldo casado con Marta Cabantous:
      • Silvina
      • Patricia
      • Virginia
      • Nicolas
    • Jorge (†) 
    • Daniel casado con Graciela Kosterlitz: Santiago, Valeria, Francisco, Leticia
    • Graciela casada con Carlos Codazzi:
      • Martin
      • Adriana
      • Agustina
      • Rosina
    • Diego (†) casado con Teresa Caviglia:
      • Marcela
      • Gabriel
    • Gonzalo casado con 
      • Ana Amorín:
        • Mariela
        • Dolores
        • Matilde 
      • Andrea Gilardoni
  • Susana Capurro Etchegaray (1914 - 1971) - Iván Pérez Gomar Cordero (1911-1967)
    • Iván casado
      • Elsa Mailhos:
        • Raquel
        • Rosina
        • Eliana
      • Margarita Roosen:
        • Iván
    • Susana casada con Juan Pedro Labat: 
      • Florencia casada con Fernando Cortabarría:
        • Sofía
        • Maite
        • Juan
        • Theo
      • Andrés () casado con Valeria de la Peña:
        • Francisco
        • Manuela
        • Juan Pedro
        • Felicia
      • Natalia casada con Fernando Luis Crosa:
        • Matías
        • Felipe
        • Agustín
      • Santiago
      • Pablo (†) 
    • Lucía casada con Jacobo Varela:
      • Lucía
      • Diego
      • Rodrigo
    • Enrique casado con 
      • Mariana Penadés Mintegui:
        • Carolina
        • Agustina
        • Juan Ignacio
      • Pilar García Helguera (†)

  • Mario Capurro Etchegaray (1917 - 2006) casado con:
    • Raquel Fonseca (1921-1946)
    • Matilde Fonseca (Maty) (1925-2017): 
      • Ema Matilde casada con Ignacio Algorta:
        • Guillermina
      • Mario
      • Pablo casado con María Juana Gari Arocena:
        • María José
        • Juan Pablo casado con María Saravia:
          • Martina
          • Agustín
        • Rafael
      • Martín casado con Mariana Labat:
        • Felipe casado con Raquel Alvarez
          • Elena
          • Jacinto
          • Genaro
          • Piero
        • Martín
        • Manuel
        • Theo
      • Rosina casada con Ricardo Barbé:
        • Ana Inés casada con Alejandro Marrero:
          • Lucía
          • Nicolás
        • Virginia casada con Martín Odera:
          • Matías
        • Florencia
        • Gonzalo
        • Sofía
      • Matilde casada con Raúl Ponce de León:
        • Mariana
        • Miguel
      • María casada con Ricardo Vecino Labat:
        • Lucía
        • Pilar
        • Nicolás
        • Francisco
  • Luis Capurro Etchegaray (1919 - 1999) (Lucho) - Raquel Touris Wilkins (  2006)
  • Eduardo (1920-2004) - María Cristina Alvarez Storm ( 2017)
    • Eduardo casado con Erna Baethgen:
      • Eduardo
      • María Lucía
    • Carlos casado con Nora Ruiz: 
      • Mariana
      • Isabel
      • Josefina
    • Andrés casado con María Sara Echavarren Vazquez:
      • Andrés
      • Ricardo
      • Ignacio
      • Mayte
    • Juan Bautista (†) casado con Alicia Fernandez:
      • Juan Bautista
      • Sofía
      • Guillermo
    • Gabriel casado con Pilar Barcia:
      • Gabriel
      • Alberto
      • Alfonso
      • Pilar
    • Alvaro casado con Raquel Bazzano de León:
      • María Cristina
      • Victoria
      • Alvaro
      • José



Capurro Etchegaray

de izquierda a derecha
Haroldo Capurro y Concepción Alzola, Elina Ameglio,
Eduardo Capurro y Maria Cristina Alvarez, Luis Capurro y Raquel Touris,
Mario Capurro y Matilde Fonseca



Elida Etchegaray (Mami) y sus nietos (1951)

nietos

de izquierda a derecha, de arriba abajo
Gilberto Pratt Capurro
primera fila
Ana María Pratt Capurro, Haroldo Capurro Alzola, Ivan Pérez Gomar Capurro, Daniel Capurro Alzola,
María Elina Capurro Ameglio, Virginia Capurro Ameglio, Susana Pérez Gomar Capurro
segunda fila:
Ema Capurro Fonseca, Diego Capurro Alzola; Mami con Martín y Pablo Capurro Fonseca, Olga Pratt Capurro con Juan Capurro Alvarez (?),, Raquel Capurro Fonseca  con (?) y  Mario Capurro Fonseca
tercera fila:
Carlos Capurro Alvarez, Eduardo Capurro Alvarez, Graciela Capurro Alzola, Inés Pratt Capurro, Lucía Pérez Gomar Capurro, Diego Capurro Alzola, Pedro Capurro Ameglio, Rafael Capurro Fonseca



Los nietos de Mami y Papún ya grandecitos

primos capurro

de izquierda a derecha, de arriba abajo
primera fila
Pedro Capurro Ameglio, Eduardo Capurro Alvarez, Pablo Capurro Fonseca, Daniel Capurro Alzola, Alvaro Capurro Alvarez, Iván Pérez Gomar Capurro, Haroldo Capurro Alzola, Gonzalo Capurro Alzola, Carlos Capurro Alvarez, Andrés Capurro Alvarez

segunda fila
Ana Pratt Capurro, Diego Capurro Alzola, Gilberto Pratt Capurro, Adriana Capurro Ameglio, Lucía Pérez Gomar Capurro, Raquel Capurro Fonseca, Carlos Capurro Alvarez, Martín Capurro Fonseca, Mario Capurro Fonseca, Enrique Pérez Gomar Capurro

tercera fila

Olga Pratt Capurro, María Elina Capurro Ameglio, Moira Capurro Ameglio, María Capurro Fonseca, Matilde Capurro Fonseca,
Graciela Capurro Alzola,, Virginia Capurro Ameglio,
Susana Pérez Gomar Capurro, Ema Capurro Fonseca

cuarta fila

María Capurro Fonseca, Rosina Capurro Fonseca



primos_capurro

La tercera generación 
bisnietos de Haroldo Capurro Ruano y Elida Etchegaray


Un deber de colegio: La historia familiar en inglés escrita por Sofía Cortabarría Labat

"My great grand grand grand grandfather's name was Juan Baptist Capurro who married Prudencia de Castro. Juan Baptist came to Uruguay to buy earth. He bought a beach that was called "Capurro Beach" because he wanted to make a port. He had two children: Juan Alberto and Luis Federico. Luis Federico married Ema Ruano de Arteaga Gómez. They bought a field that now is called Villa of Santa Lucía. They had 9 children the third one was Haroldo Capurro Ruano married with Elida Etchegaray Etchepareborda. They lived in the villa of Santa Lucía. They liked to travel to Europe with all his hijos.Tuvieron seven children, fourth was Susana Capurro Etchetgaray married with Iván Perez Gomar Cordero. They had four children the second is my Mima grandmother (Susana). She is a painter and artist and had four children and the first one is my mother called Florence."

sofi

Sofía Cortabarría Labat
nieta de Susana Pérez Gomar Capurro de Labat


EMA SARA CAPURRO RUANO
Horacio García Lagos Rodriguez Larreta, hijo de
Horacio García Lagos y Teresa Rodriguez Larreta

Horacio García Lagos Capurro
(Sofía Pastori)

Federico García Lagos Capurro
(Ida Brum)

Rodolfo García Lagos Capurro
(Ema Giménez Zapiola)
(Lucía Castro)

Jaime García Lagos Capurro
(Margarita Jiménez de Aréchaga)

Ema García Lagos Capurro
(Enrique Larraechea)

Rafael García Lagos Capurro
(Margarita Méndez)


OLGA CAPURRO RUANO
Jacobo Varela Acevedo

hijo de José Pedro Varela y Berro y Adela Acevedo Vazquez

Olga Capurro Ruano

Olga Capurro Ruano de Varela


Adela Varela Capurro
(Carlos F. Pollak)

Jacobo Adrian Varela Capurro
(Nilda Traverso)
(Lilia García Austt)
(Elena Reyes)

Mireya Varela Capurro
(Walter Muller)
(Sergio Montt)


RAFAEL MARIO CAPURRO RUANO
(no dejó descendencia) (ver aquí)

Rafael Capurro Ruano

Dr. med. Rafael Mario Capurro Ruano


FERNANDO AUGUSTO CAPURRO RUANO
- Margarita Fonseca Montaldo
hija de Rodolfo Fonseca Hernández y Amalia Montaldo Capurro

- Julia Elena Arata


Fernando (Bubú) Capurro Fonseca
Rosa María Artagaveytia Usher: Augusto Fonseca Artagaveytia
Alicia Stanham

Ricardo (Cao) Capurro Fonseca
Violeta Marín

Augusto (Nené) Capurro Fonseca

Juan A. (Poro) Capurro Fonseca
Eleonora Boltendahl: Juan Capurro Boltendahl


:: Margarita Fonseca Montaldo
Pierre Meillet: Pierre (Piercito) Meillet Fonseca

LUCÍA CAPURRO RUANO
Pedro Alberto Barcia

Lucia Capurro Ruano

Lucía Capurro Ruano con sus hijos Olga y Alberto (1923)

Olga Barcia Capurro
(Helmut Kasdorf)

Lucía Barcia Capurro
(Roland Pucci)

Alberto Barcia Capurro
(Dora Arteaga)


MARIA LUCÍA CAPURRO RUANO
(no dejó descendencia)
ver foto aquí





ANEXOS


1. HISTORIA DE LA FAMILIA DE CASTRO

Sobre el origen de la familia de Castro ver el artículo en Wikipedia que comienza así:

"La Casa de Castro, linaje que se cree de procedencia castellana y profundo arraigo en Galicia, cuyo probable origen se encuentra en la villa de Castrogeriz (provincia de Burgos)."

Ver también este blog de Diego Castro Arrúe, M. Gowland y Plantilla Awesome.

Escudo de la familia de Castro

Condado de Lemos

escudo Lemos _ de Castro

La trágica historia de Inés de Castro (1325-1355)
Quinta das Lágrimas
Fonte das Lágrimas



Ricardo Goldaracena escribe en el "Libro de los Linajes" (Tomo 1, Arca Editorial, Montevideo 1976, p. 118-122):

"Fue un gallego de la villa de Padrón [ver también aquí] el padre de Carlos y fundador de esta estirpe en el Uruguay. Se llamaba Agustín de Castro y era hijo de Juan de Castro y Gregoria de Castro. En 1815 ya estaba casada en Montevideo formando una compañía mercantil con Manuel Fernando Ocampo, "la que siguieron hasta 1823 en que procedieron amistosa y extrajudicialmente al ajuste de cuentas, liquidación y finalización de aquella sociedad" según está inscripto en un protocolo notarial. Luego sus negocios prosperaron más y mejor y al llegar la época constitucional debió ser muy rico don Agustín a juzgar por las repetidas veces que aparece su nombre en los negocions algunos de ellos peligrosos– de aquel entonces. Pero alguna inversión desafortunada lo llevó a la ruina y en esa penosa situación lo encontró la muerte en 1838.

El 30 de noviembre de 1819 Agustín de Castro se había casado con María Genoveva del Carmen de Castro ¿pariente  suya?– nacida aquí, en Montevideo, en 1803, hija de los también gallegos José Ambrosio de Castro y Bernarda Buela, originarios de la feligresía de Santa María do Dobro. En su testamento de 1838 menciona don Agustín los diez hijos que tuvo con su mujer: Agustín, Juan Pedro, Carlos, Félix, Enrique, Prudencia, Carmen, Balbina, Faustina y María. María Genoveva del Carmen se vuelve a casar en 1840. Su segundo marido, Cayetano Gavazzo, italiano nativo de Levanto, comerciante rico, cuidará de sus hijastros y será él quien costeará su educación. Los varones mayores serán enviados a estudiar a Italia.

Apabullante derrota la de Carlos de Castro como Canciller de Flores. Cuando cometió el desliz tal vez no calibró las consecuencias: le había pasado el plenipotenciario inglés, un tal Mr. Letson el endémico problema de la consulta previa al tutor de turno  una copia de los originales secretos del Tratado de la Triple Alianza, del que Castro había sido sin duda el artífice. Mr. Letson, a su vez, pasó la copia a Londres y al Primer Ministro Lord Russell... ¡la leyó en la Cámara de los Comunes! Un diario antimitrista de Buenos Aires se enteró, publicó la jugosa noticia con gran alharaca, ardió Troya y Castro voló en un santiamén del Ministerio. Cualquier otro gobernante, después de una infidencia tan torpe hubiera quedado para siempre sepultado en el más oscuro de los olvidos, o por lo menos sometido a severo juicio político. Pero a Castro no le pasó ni una cosa ni la otra: salió airoso de la situación, y tres años después estaba sentado en el Senado, donde permaneció hasta 1872. En 1874 se le llamó a ingresar al Superior Tribunal de Justicia la antigua cámara suprema judicial  en cuya sala de acuerdos también se mantuvo sentado muchos años, intocado durante el gobierno de Latorre y aún después, no obstante los vaivenes y cambios políticos. En octubre de 1882 un conflicto de poderes con la Presidencia de la República culmina en una digna y altiva renuncia del Tribunal Santos, que no acostumbra a perder el tiempo, se apresura a aceptar las dimisiones y a sustituir de inmediato a los dimitentes. Pero por alguna razón muy secreta en la que a ningún historiador se le ocurrió nunca ahondar claro: sería meterse en camisa de once varas, váyase a saber cómo se manejan los hilos muy secretos a nivel de las estructuras de poder–, apenas doce días después el camarista renunciante Carlos de Castro ingresaba al gabinete de Santos como Ministro de Gobierno.

Figuras de menor talla que la de su hermano Carlos, fueron las de Agustin y Juan Pedro, ambos legisladores de la República. El primero, también muy rico, tuvo palacete en la calle 25 de Mayo, construída por su sobrino Juan Alberto Capurro en 1885. El segundo hizo buenos negocios en el rubro inmobiliario, sin despreciar tampoco otros rubros, y alcanzó el grado 33 dentro de la organización masónica. Agustín se había casado el 24 de marzo de 1845 con Laura Mentasti. A su muerte, en 1897, dejaba tres hijos: un homónimo Agustín; Laura, casada con Amadeo Geille; y María, esposa del ilustre médico Pedro Visca. Juan Pedro, por su parte, había contraído nupcias el 9 de octubre de 1869 con Catalina Caravia, hermana de la mujer de Carlos y viuda de Coriolano Márquez, un militar blanco que no estaba emparentado con la familia del patricio don Ramón, y que murió fusilado en el Paraguay en 1868. Fueron hijos de Juan Pedro y Catalina: Sofía, que se casó con Antonio María Rodriguez, hijo de Antonio María Rodríguez y Gregoria de las Carreras, abogado, magistrado, legislador y político; Agustín; Catalina; María Luisa, mujer del afamado médico Manuel Quintela; Juan Pedro, casado con Amalia Blixen Clarer, hermana de Samuel, entroncado con los Ramírez del clan Obes; y Enrique, casado con Malvina Vásquez, hija del Dr. Alfredo Vásquez Acevedo y Juana Varela.


"IN DEO FIDUCIA NOSTRA; Ilust." - y "Pod.". II." Juan P. Castro, 33 (P.E.S.T.). El Muy Pod. ".Sup.". Consej." y Sr." Gr.". Oriente del Uruguay, invitan á los MMas.'. RReg..' y en particular a los MMiembr.' de esos Altos Cuerpos, para el entierro de aquel distinguido finado, que tendrá lugar hoy 3 de Octubre á las 4 de la tarde. Casa mortuoria, calle Soriano núm. 198, El Gran Secretario General." ("El Siglo", Montevideo, 3 de octubre de 1888).



De las cinco hijas mujeres que tuvo el genearca gallego Agustín de Castro con su mujer María Genoveva del Carmen de Castro, tres dejaron prole; Prudencia fundó la larga y conocida familia de los Capurro; Carmen fue la ascendiente de una rama de los Risso y Faustina la de una rama de los Illa.

En 1836 se casó Prudencia con Juan Bautista Capurro, marino genovés y también masón, hijo de Alberto Capurro y Magdalena Consegliere. El cavaliere Capurro acumuló envidiable fortuna como agente marítimo, accionista de distintas compañías y hombre de excelente tacto para las inversiones y los negocios, tanto que a su muerte, en 1872, dejó a sus herederos un voluminoso capital situado casi en el millón de pesos, lo que en aquel entonces era una enormidad. La descendencia Capurro se prolongó a través de sus hijos Juan Alberto y Federico; el primero, rutilante ingeniero, arquitecto y empresario, constructor de hermosas mansiones finiseculares, amén de legislador y Ministro, casado con Elina Charry; y el segundo casado con Ema Ruano Arteaga. De Juan Alberto procedieron las generaciones Capurro Aguirre, García Capurro, Arocena Capurro tres ramas–; Capurro Mousqués, Castells Capurro y Muñoz Capurro. De Federico las generaciones Capurro Calamat, Capurro Castells, Capurro Etchegaray, García Capurro, Varela Capurro, Capurro Fonseca y Barcia Capurro.

Carmen se casó en 1841 con Esteban Risso, también comerciante rico, natural de Gibraltar, hijo de Pedro Risso y Rosa Bunone. El matrimonio Risso Castro, dejó cinco hijos: Pedro, Rosa, María, Enrique y Balbina. De ellos descendieron, entre otras familias, la de Cassarino y una rama varonil entroneada con la de los primos Illa.

El matrimonio de Faustina con Juan José Illa y Viamonte, hermano de la mujer de Florentino Castellanos, de linaje colonial, y guerrero en el ejército sitiador de Montevideo, está anotado en San Agustín en 1851. Su descendientes fueron las familias de Illa Moreno, Penco Illa, Frías Illa, García Illa, Illa Aguirrezábal, Illa Moratorio y Risso Illa.

Gran señor fue Carlos de Castro. No aparece su nombre en los anales de los grandes negocios del siglo XIX –aunque sí los de sus hermanos Agustín y Juan Pedro– lo que autoriza a imaginar que vivió de los ingentes ingresos de su estudio jurídico y de los sueldos de sus altos cargos públicos, estipendios y honorarios que debieron ser excelentes a juzgar por su opulento tren de vida. Mansión en el centro –el Palacio Castro, frente al Solís, en la esquina Bartolomé Mitre y Buenos Aires que su sobrino Juan Alberto Capurro le construyó en 1870–  y quinta en el Prado –en Camino Castro–  remanso delicioso a la hechura de los jardines florentinos. Suntuosa mesa –que hizo época– donde los mejores vinos se dieron la mano con los más increíbles manjares. La castellana de aquellas principescas moradas se llamó Isabel Caravia –hija de Bernabé y de Dolores Gutiérrez, y hermana de la mujer de Juan Pedro–  dama de señorío muy especial, apta para seguir en sus veleidades de aristócrata al Gran Maestre que se habia casado con ella el 12 de octubre de 1861.

Varios hijos perpetuaron el linaje de Carlos de Castro: María se casó en 1885 con el distinguido abogado Pedro Figari, de quien nadie podía sospechar en ese momento que pasaría a la Historia como el artista que revolucionó la pintura uruguaya derramando innovaciones que algunos contemporáneos suyos interpretaron espandados como un horror; Isabel fue la mujer del estanciero Felipe Lacueva Stirling; Dolores, familiarmente llamada Lola, se casó con Antonio María Marques, hijo del magnate del mismo nombre; Emma fue la esposa de Javier Larrain Irarrazábal, de vieja cepa chilena. De los varones, el homónimo Carlos, marido de Elía Pérez Crosa, hija del Gral. Luis Eduardo, del linaje Pérez Castellanos, fue interventor del Banco de la República y presidente de Ancap; alguna vez decidió terminar sus días voluntariamente y entonces lo hizo con un gesto digno de las aristocracias feudales, en un banco de los jardines de la ex-quinta de su padre, que entonces ya había sido expropiada y anexada al Prado. Agustín, que fue Cónsul en Burdeos y Marsella, se casó en 1885 con Lucía Ruano Arteaga, hermana de la mujer de su primo Federico Capurro; Julio se casó en 1905 con María Angélica Martinelli Gianelli; Alfredo, abogado y diplomático, con Idilia de Azevedo Tourem; y Eduardo con Olivia Dupont Martínez. Este último había integrado la Asamblea Constituyente de la que salió la Carta de 1918, pero acaso fue más célebre como dandy y sportsman del 900; en setiembre de 1903 era jugador de Nacional en el equipo que obtuvo para el Uruguay la primera resonante victoria futbolística internacional. Eran aquéllos los tiempos en que el deporte aún no había sido invadido por la plebe y se mantenía como coto cerrado de una jeunesse dorée que quemó en los fuegos artificiales de la belle époque hasta el último de sus refulgentes destellos y que al llegar el año 1941, cuando Eduardo murió, peinaba canas y vivía de recuerdos."



ESTIRPE DE LOS DE CASTRO

Juan de Castro - Gregoria de Castro

Agustin de Castro - María Genoveva del Carmen de Castro
(hija de José Ambrosio de Castro y Bernarda Buela)

"Fue un gallego de la villa de Padrón [ver también aquí] el padre de Carlos y fundador de esta estirpe en el Uruguay. Se llamaba Agustín de Castro y era hijo de Juan de Castro y Gregoria de Castro. En 1815 ya estaba casada en Montevideo formando una compañía mercantil con Manuel Fernando Ocampo.
El 30 de noviembre de 1819 Agustín de Castro se había casado con María Genoveva del Carmen de Castro ¿pariente  suya?– nacida aquí, en Montevideo, en 1803, hija de los también gallegos José Ambrosio de Castro y Bernarda Buela, originarios de la feligresía de Santa María do Dobro. En su testamento de 1838 menciona don Agustín los diez hijos que tuvo con su mujer: Agustín, Juan Pedro, Carlos, Félix, Enrique, Prudencia, Carmen, Balbina, Faustina y María."

1) Agustín (Legislador) - Laura Mentasti
a) Agustín
b) Laura
casada con Amadeo Geille:
Ver: Les Geille d'Amérique du Sud
- Amédée Augustin Henri Eugène (el "Dr. Enrique Geille Castro)
- Amédée Félix Geille Castro ("Amadeo") (asistente de Einstein en 1925)
- Charles Augustin Geille Castro ("Agostín")
- Louis Geille Castro
- Renée Geille Castro - Rodolfo Sayagués Laso (llamada "la onda azul" por el dandy Roberto de las Carreras)
c) Maria -  Pedro Visca Peluffo

2) Juan Pedro (Legislador) - Catalina Caravia
Juan Pedro, por su parte, había contraído nupcias el 9 de octubre de 1869 con Catalina Caravia, hermana de la mujer de Carlos y viuda de Coriolano Márquez, un militar blanco que no estaba emparentado con la familia del patricio don Ramón, y que murió fusilado en el Paraguay en 1868.
Sofía - Antonio Maria Rodríguez
Agustín
Catalina

María Luisa - Manuel Quintela
Juan Pedro - Amalia Blixen Claret

Enrique - Malvina Vázquez

3) Carlos (Canciller de Venancio Flores) (1835-1911) - Isabel Caravia (hija de Bernabé Caravia y Dolores Gutiérrez)
Maria - Pedro Figari
Isabel - Felipe Lacueva Stirling

Dolores- Antonio María Marques
Emma - Javier Larrain Irarrazábal
Carlos - Elía Pérez Crosa
Agustín - Lucía Ruano (de) Arteaga (hermana de la mujer de su primo Federico Capurro)
Julio - María Angelica Martinelli Gianelli
Alfredo - Idilia de Azevedo Tourem
Eduardo - Olivia Dupont Martínez


Carlos de Castro


4) Félix

5) Enrique

6) Prudencia (1821 - 1888) - Juan Bautista Capurro
Juan Alberto - Elina Charry
Agustín
Federico - Ema Ruano (de) Arteaga
Eduardo


7) Carmen - Esteban Risso (hijo de Pedro Risso y Rosa Burone)
Pedro
Rosa
María
Enrique
Balbina


8) Balbina

9) Faustina - Juan José Illa y Viamonte

10) María

María Genoveva del Carmen se vuelve a casar en 1840. Su segundo marido, Cayetano Gavazzo, italiano nativo de Levanto, comerciante rico, cuidará de sus hijastros y será él quien costeará su educación. Los varones mayores serán enviados a estudiar a Italia.



Familia del doctor Carlos de Castro e Isabel Caravia
en su quinta del Prado

Montevideo, ca. 1903

Fuente: Historias de la vida privada en el Uruguay. Bajo la dirección de
José Pedro Barrán, Gerardo Caetano y Teresa Porzecanski
Montevideo, Ediciones Santillana 1996, Tomo 1

"La prole familiar rodea al anciano matrimonio en un gesto ritual que consagra, en la vida cotidiana de 1900, la continuidad histórica de la "familia modelo", cuyas pautas de privacidad emergieron en aquella generación formada por los jóvenes de clase alta, entre 1860 y 1870." (p. 59)

"El pater familiae retratado en 1860 y 1870 era ya, a principios del Novecientos,  un venerable anciano que había logrado imprimir continuidad a la empresa  familiar y contaba entonces con una prolífica descendencia, reunida en amplísimos grupos familiares imposibles de ser captados por el pintor y casi inabarcables para la lente fotográfica.

Al mismo tiempo que se afirmaba lentamente cierto consenso en torno al matrimonio tardío y a la contención de la familia, las fotografías registraban dilatados núcleos familiares, propios de ciertas capas sociales ya consolidadas durante la belle époque del Novecientos.

Por lo general, esos retratos se ubicaban en un marco de frondosos follajes   característicos de las casasquintas del Prado y de Colón o de amplios y decorados patios interiores pertenecientes a las masiones del Centro. Hay en este período un "descubrimiento" del entorno cotidiano como escenario de lo privado, que busca ser registrado en la fotografía de grupo familiar." (pag. 60)




Detrás de Isabel Caravia de de Castro
(sentada junto a Carlos de Castro)
se encuentran
María de Castro Caravia de Figari
y su marido Pedro Figari (con barba) (1861-1938)
Ver: Museo Figari

De Castro


Retrato de María de Castro de Figari (1907)
Oleo de Pedro Blanes Viale (1878-1926)


Blanes


Las Glicinas o La casa de los Quinteros (1923)
Oleo de Pedro Blanes Viale

Quinta de Castro


Pedro Figari (1861-1938)

Figari



Atardecer en la Quinta de Castro
Oleo de Pedro Figari

Atardecer Pedro Figari




 



2. Denise Caubarrère, Flavio Monzón y Nelson Olivera, Editores:

EL PRADO

y antiguas costas del Miguelete 1860-1930

Montevideo, Editorial Caubarrère 2002


URBANISMO Y ARQUITECTURA DEL PRADO. Desde sus orígenes hasta los años veinte
Prof. Daniela Tomeo

Daniela Tomeo Gaiero: Profesora de Historia (egresada del IPA), especializada en Historia del Arte y del Diseño en talleres de plástica del Ministerio de Educación, Universidad ORT, etc. Tareas de investigación en la Cátedra de Historia del Uruguay de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de cuya Licenciatura de Historia completó los cursos. Coautora de "Enciclopedia del Uruguay" y del libro "Carrasco: el misterioso encanto de un barrio." Ejerce la docencia en Enseñanza Secundaria
(Preparatorios de Arquitectura), en talleres de Plástica de la IMM y con grupos particulares.
.

DE CHACRAS A UN BARRIO MONTEVIDEANO

"Las "chácaras" que fueron el orgullo de los orientales.

Montevideo era solo una fortificación amurallada cuando en 1729 llegaron las primeras familias canarias a poblarla. Los valientes isleños fueron recompensados con un solar en la ciudad, una suerte de estancia y una "chácara" a orillas del arroyo Miguelete, cuya delineación había encomendada al capitán Pedro Millán dos años antes. La finalidad de las chacras sería, evidentemente, la de proveer de frutas y verduras a los vecinos, para ello todas tenían 400 varas de frente sobre el arroyo y estaban separadas entre sí por calles abrevaderos de 12 varas de ancho. Los proprietarios tenían un plazo de tres meses para construir sus ranchos y barracas y para cultivar y sembrar la tierra.


Miguelete


Nuestra vida colonial fue breve, duró menos de cien años, que sin embargo fueron suficientes para que las plantas crecieran a orillas de un arroyo que las regaba generosamente y que servía como vía de comunicación fluvial entre los vecinos.

En 1749, veinte años después de su fundación, Montevideo contaba ya con 86 chacras en las que se producían todo tipo de hortalizas y frutas. El Presbítero José Manuel Pérez Castellano señalaba desde su chacra del Miguelete hace un siglo en sus "Observaciones sobre la agricultura", que la producción era tan abundante que se exportaba a Buenos Aires, motivo de orgullo para los proprietarios: "El arroyo del Cuello, el de Toledo, el del Cerrito y sobre todo el Miguelete, están llenos de arboledas frutales y son el teatro en que estos nuevos colonos manifiestan su industria" (...) "hasta las señoras que tienen alguna posesión en el campo hacen de esta su vanidad, lo que ha provenido de que se ha ennoblecido este ramo de la agricultura." (El país de los orientales. Mont y sus campos en 1787. pág. 98)

Las aguas del Miguelete además de servir de riego y comunicación, fueron fuente de energía para el primer molino de agua que tuvo la ciudad, establecido en 1750 por el jesuita Cosme Agulló. Desde entonces esa zona del Miguelete se conoce como el Paso del Molino.

También se desarrollaban otras actividades económicas en los alrededores del arroyo. Entre el Miguelete y el Arroyo Seco, cerca de la costa, la Compañía de Filipinas había instalado en 1798 el "Caserío de los Negros". El Caserío consistía en un par de galpones en el que se "depositaban" los negros para cumplir con la rigurosa cuarentena exigida a su llegada al puerto antes de ser vendidos. En la misma época Francisco Antonio Maciel tenía un matadero transformado en saladero.

Juan María Pérez tenía su desembarcadero de esclavos un poco más cerca de la ciudad en la zona de Arroyo Seco y Capurro tenía el suyo en la zona que hoy lleva su nombre." (págs. 17-18)


LA ARQUITECTURA DOMESTICA: DE LAS VILLAS AL CHALET

El eclecticismo en las villas montevideanas

"Durante la época de la colonia, la arquitectura doméstica se caracterizó por sus fachadas simples, techos de azotea y patios centrales.
Estas debían ser las características que también primaron en las viviendas cercanas al Miguelete. La única casa que queda como testimonio es la del gobernador Viana.
(...)
Luego de firmada la Paz de Octubre, en 1851, esto cambió. Los partidarios del partido blanco regresaron a Montevideo, pero la sociedad adoptó la costumbre de veranear durante los largos meses del verano en sus propiedades a orillas del arroyo.

Es a partir de ese momento que se construyeron las más espléndidas casas quintas o villas como las llamaban los contemporáneos, rememorando las espléndidas villas italianas construidas también como casas de descanso.

[...]

El eclecticismo de las quintas era exuberante y polémico.

La influencia palladiana se manifestó en casi todas ellas. Las columnas y las balaustradas abren amplias logias que invitan a la vida social y a las que se accede por importantes escalinatas ubicadas en el frente, que acentúan la axialidad del edificio. Las logias funcionan como espacios semiabiertos de transición entre el jardín y el interior. En algunas quintas, como en la de Hortal-Tucci o la de Raffo la logia recorre parte del perímetro de la casa.

El mirador fue un elemento distintivo en estas construcciones, importante por el entorno natural en que se ubicaban. Desde muchas de ellas se observaba la bahía, en una ciudad muy baja, que en 1900 apenas tenía cuatro edificios de más de cinco pisos.
(...)
El eclecticismo finisecular, no se conformó con el palladianismo y el neogótico. La quinta de Fynn (1872) (hoy desaparecida) era de estilo “chinesco”, las de Eastman y Platero moriscas, y las de Elzaurdia y Farini (desaparecidas) eran rigurosamente eclécticas.” (pags. 30-31)


Villas Capurro y de Castro


Nota de los editores de este sitio: Se trata de la casa de Juan Pedro de Castro, hermano de Prudencia, que fue legislador y llegó a ser grado 33 dentro de la organización masónica, y fue casado con Catalina Caravia.


Villas Vilaza, Platero, Fynn



El 'CAVALIERE' CAPURRO Y SU LEGADO

Rolf L. Nussbaum: "Las huellas del ayer" 
(en: Caubarrère et al., op.cit., pág.  292)

Rolf  L. Nussbaum: nació en Frankfurt/Main, Alemania. Radicado en Montevideo desde 1941. Tiene una larga
trayectoria en diversos campos culturales nacionales y también como periodista de prensa del interior.
Organizó y colaboró para diversas exposiciones y museos nacionales. Ha participado en viajes de estudio
y congresos en Uruguay y el exterior. Es fundador del Centro de Estudios Arqueológicos (C.E.A.). Miembro de
la Comisión Directiva del Consejo International de Museos (ICOM). Miembro de la Comisión Amigos del
Museo del Azulejo. Investigador y conservador de temas históricos y culturales.

Sobre la "Ordine dei Santi Maurizio e Lazzaro" ver aqui


Cavaliere Capurro


Cavaliere Capurro


Parque Capurro



3. EL "PRADO" Y SU EPOCA

Federico E. Capurro: "Una memoria más 1963-1966"
(Montevideo, 1966, Tomo IV,  págs. 156-164)


"Agosto 14 de 1964

Entro en este tema con cierta preocupación. Temo, por demasiado vivido, perderme en lo baladí, en pueriles aspectos de ocasionales episodios y de vinculaciones pasajeras.

Fue el "Prado" zona residencial para numerosos miembros de mi familia unidos hasta el segundo grado: mis padres en Lucas Obes y Buschental, e igualmente mi hermana Lucía C. de Barcia; en 19 de Abril, hermanos también Olga Capurro de Varela y Juan, el primogénito, con quienes compartimos el cerco vivo divisorio.

Todo esto me ha sugerido un deber de consecuencia que hoy me dispongo a cumplir, pese a las debilidades en que pueda incurrir.

Es el parque más viejo de Montevideo, y naturalmente por viejo, no había de verlo nacer, pero, sí, desde su pubertad lo vi crecer.

Obedeciendo a preferencias paternas, no por mi propio gusto, era un niño, caí en el Norte, y más tarde ajustándome a la tendencia transmitida por herencia fijé espontáneamente mi domicilio en sus alrededores.

En aquellos lejanos tiempos el Norte estaba de moda. Las más valiosas quintas lucían sus verjas en las principales avenidas. La nuestra no se había exactamente alineado entre ellas, aunque en la misma zona cerca de la costa con vista al mar. Vivíamos entonces en una gran casa con amplio jardín, edificada por mi abuelo, Juan Bautista Capurro, sobre la barranca que elevábase frente a la playa a la que el público dióle su nombre , con entrada por el camino también homónimo y único acceso a la zona situada tras de la curva central de la bahía. Era aquella heredad, comprada por pocos patacones, un desierto dedicado a la explocatión de arena y agua dulce extraída de múltiples pozos perforados en las inmediaciones del Arroyo Miguelete, cerca de su desembocacura, con destino a los barcos anclados en el puerto, que así llenaban sus cisternas y cargaban lastre. Agua aquella que en cierta ocasión fuera generosamente donada por mi abuelo, bálsamo durante una larga sequía que dio motivo a que se agotaran los aljibes de todo Montevideo, y los arroyuelos de sus alrededores.

En el extremo opuesto de aquellos arenales, se había desarrollado un modesto balnerario, importante atracción del Norte, hacia el cual durante varios años persistió una afluencia considerable de familias, determinando una corriente que había de contribuir a dar a las avenidas Agraciada, Millán, Larrañaga y a algunas calles transversales, el carácter pintoresco que aún hoy conservan, particularmente suntuoso en las proximidades del "Prado", y preferidas para levantar las hermosas mansiones que caracterizaron la distinción del lugar.

Escribo situado entre fines y principio de siglo. Sólo hasta entonces, mis recuerdos alcanzan a dibujarse en mi memoria, y a ellos me traslado, sin historiar el génesis del "Prado" pero sintiendo la influecia lejana de los días en los cuales aparece, como creadora, la descollante figura de hombre de empresa Dn. José de Buschental.

Jose de Buschental
Dn. José de Buschental (Estrasburgo 1802 - Londres 1870). Ver aquí.

Conocí, pues, nuestro parque en su pristina edad y rústico aspecto, sin los perfeccionamientos y ensanches posteriores, pero sí con la gran avenida de eucaliptos que le dio su fisonomía, y los plátanos de 19 de Abril que habrían de sugerir a esta arteria, la suya en su primera infancia, aún sujetos a tutores. Campo a ambos lados, surgiendo la primera cancha de fútbol al oeste, en tierras aún baldías, y el resto salpicado únicamente por una que otra vieja casona arraigada allí como muestra de más pretéritos tiempos.

Y no eran enteramente inútiles aquellos terrenos despoblados, Allí acudíamos los muchachos del barrio a remontar cometas, particularmente en primavera, estación de los buenos vientos. Por supuesto, sin poner en nuestro juego el espíritu idealista con que Somerset Maugham ve en la elevación del "kite" del cuento, una invocación de misteriosa influencia. No; muy diferente significado había de descubrirse en nuestros pensamientos. Era de lucha, de guerra, instinto que se revela en la muy temprana edad de las almas humanas. Añadíamos, con perversa intención, una navaja afilada en el extremo de la cola estabilizadora, con la finalidad de cortarle el hilo tendido de las manos del vecino, a su cometa, entablándose así una pelea en el espacio. Y lograda la travesura, caía la herida envuelta en sus cintas y piolines, dando tumbos en el aire, como un avión ametrallado. Seguían delirantes exclamaciones de parte del vencedor, y lamentos y hasta lágrimas del vencido, que corría a recoger los despojos de la combatiente derrotada.

La playa Ramírez iniciaba su rivalidad inclemente con el Norte, y no tardó en seguirla Pocitos. Hubo, pues de pronto, un vuelco hacia al Sur, que, a pesar de su ímpetu, de la tremenda absorción ejercida, fue resistido por los opuestos norteños que conservaron sus posiciones, aunque sólo en parte. Lograron, en cambio, concentrar su antes preponderante influencia a fomentar la diversificación de una heterogénea población espontáneamente distribuída en separados barrios sometidos, más tarde, a correctas reglamentaciones municipales.

Pero, por supuesto, con ritmo lento en tanto que la zona austral progresaba vertiginosamente.

Con todo, prosiguió el "Prado" destacando su hermoso complemento urbano traducido en un verde conjunto forestal, dentro del cual funcionaba un reducido hotel que fuera residencia señorial del propietario de las tierras. Construcciones dispersas emergían de las arboledas: un chalet, anexo de la casa central posteriormente demolido, los invernáculos y las caballerizas, conocidas también estas últimas como granja suiza, que el Gobierno Departamental, al recibir la administración del parque, acondicionó para instalar servicios exigidos por la conservación del parque.

Chalet Buschental
Chalet Buschental. Ver aquí

Esto era el "Prado" setenta años atrás. No obstance su simplicidad, daba la impresión de un cautivante y amplio rincón abierto de la ciudad, en el que los añosos árboles y las perspectivas pintorescas invitaban al esparcimiento y al ensueño. Nada más seductor podía ser, para el público, tal gratuíto usufructo sin salir de los confines de la planta urbana de la capital.

De ahí que fuera solicitado para reuniones al aire libre, para fiestas sociales y certámenes deportivos.

Entre las primeras, la evocación se detiene ante los desfiles de carruajes en los corsos organizados a lo largo de la avenida de eucaliptos unida a la circular que rodeaba el hotel, sin autos asfixiantes ni serpentinas insípidas y molestas, sino con flores rebosantes de frescura, colores y perfumes elocuentes, infundiendo alegría y despertando intercambios de mudas expresiones sentimentales.

Sin apoyo municipal, subvenciones, carrozas grotescas, ni reinas contratadas, esos corsos eran dirigidos por comisiones designadas para tales cometidos, e integradas con jóvenes de más o menos veinte años, que actuaban con entusiasmo, en especial modo aquellos a quines dábase la ocasión para cabalgar en briosos corceles cedidos por la Policía Montada, y circular a través del vaiven animado por la agitada batalla de proyectiles fragantes. Caracterizados en su misión, vestían impecables jaquets y galeritas oscuras. Cabe advertir, por lo demás, que ni la vigilancia ni el orden reclamaban una atención sostenida. La flamante brigada policial se ocupaba, en seguir a pocos pasos, las volantas y los breaks en los cuales con más ardor manifestábase la violencia de la batalla.

Para colorear el cuadro débese también llevar el pincel frente al atardecer, que a falta de luz artificial, contábase con los últimos rayos del sol poniente y, en todo caso, con la luna que había de reflejar los suyos con ventaja.
[...]
Como apéndice del "Prado", me detendré un momento en la playa Capurro, adonde el sexo masculino acudía a las casillas levantadas sobre pilotes fuera del alcance de las olas, y las damas a las cabinas rodantes distribuídas a prudente distancia de las otras, de modo que la separación de sexos quedara bien establecida. La administración del balneario estaba a cargo de Dn. Ambrosio Rotondo, viejo marino y hombre de confianza de mi abuelo, convertido, pisando tierran, en supervisor de la explotación de aquellos médanos que enga
ñosamente se creyeron inagotables. Le prestaba necesaria cooperación su esposa Doña Filomena, en la sección femenina, a la que no habían de llegar las audaces miradas de los varones sino, infringiendo severas reglas, a través de furtivos telescópicos instrumentos. Y no faltaban comodidades: los hombres podrían disponer de trampolines para zambullir, y las mujeres, siempre de acuerdo al principio de reserva ocular, gozaban del privilegio de que sus cabinas fueran internadas dentro del agua, algo más allá de la orilla, operación que era confiada a un par de mulas guiadas por un diligente empleado supuesto miope, que cumplía ciegamente con su deber.

Cabe hacer presente aquí, como homenaje a fieles vinculaciones entre antepasados, que a pesar de la numerosa descendencia del matrimonio Rotondo, siete hijos, sólo sobrevive, en buena edad, un nieto, Felipe, apreciado profesor de música y Director de un Conservatorio con sede en la Av. 19 de Abril, donde responde a la más legítima estirpe norteña.

Las familais del Norte se inclinaban, entoncese, a renunciar al largo viaje en tranvía de caballos a Ramírez, ya que podían tener a mano iguales arenas blancas, aguas claras y firmeza en el suelo, tan firme que sobre él frecuentemente se concertaban carreras de caballos en las que se alineaban imberbes jinetes, poseedores de caballitos más o menos bien enjaezados, tal cual hoy, con igual libertad, conducen autos los mismos arrogantes hijos de papás condescendientes.

Y también tal suelo de arena se prestaba para practicar las llamadas "chinchadas" entre percherones y fornidas mulas. Colocados en opuestas direcciones, eran obligados a desplegar sus fuerzas musculares, hundidas las cuatro patas en el terreno, en tanto uno de ellos no lograse arrastrar a su ocasional adversario.

Divertido cotejo de vigor y resistentica, en el que se jugaban sumas crecidas, con demasiada rapidez ganadas o perdidas, no siempre a causa del poderoso dominando al más débil, sino por falta de tenacidad en la prueba. Buen ejemplo podrían deducir de las "chinchadas", los vacilantes hombres que muy frecuentemente ceden por inconsecuencia que no por incapacidad.
[...]
Y a través de los a
ños esos médanos se convirtieron en pavimentos urbanos y en auxiliares materiales de construcción, la playa fue invadida por industrias fabriles, y las aguas, en progresivo grado de suciedad e infección, se extendieron contaminando toda la costa de la bahía. Desapareció, desde luego, el balneaario, y con él un prestigioso factor a favor del Norte. Por otra parte, los tranvías eléctricos aceleraron los transportes colectivos, y más tarde los ómnibus aún lo mejoraron, abriendo soluciones de estímulo a la expansión. Y la playa, como playa, definitivamente se hundió.

Pero el parque del "Prado" había de sobrevivir y prosperar al amparo de las comunicaciones. Acogió entre sus avenidas arboladas la Exposición Rural que le dio categoría, no obstante su periódica escasa actividad, y la deficiencia arquitectónica de sus instalaciones: algo mejor merecía la exhibición de nuestra mayor riqueza cuyo progreso gradúa el índice de bienestar de la República. Y en el mismo local, las domas y jineteadas espectaculares, atraen considerable público en las clásicas semanas de turismo. Canchas de fútbol llevan también el entusiasmo deportivo a los que fueron campos baldíos desamparados, haciendo resosar entre las viejas arboledas el vocerío de los "hinchas" tras los goles decisivos. Asimismo dos clubes de tenis, con sedes en las opuestas entradas, contribuyen a movilizar la concurrencia. Monumentos recordatorios desparramados en el parque y erigidos como perennes homenajes a figuras eminentes del pasado, coinciden en aportar su artística colaboración decorativa, rompiendo con mármoles y bronces, la monotononía de los verdes dominantes propios de la frondosidad del paisaje."





ex quinta de Morales, de Raffo y de García de Zúñiga
El pintor César Pesce Castro (1890-1977) fue encargado por el
Consejo Departamental de Montevideo en 1928 de la creación, dirección y organización
del Museo Municipal de Bellas Artes


museo blanes






Fuente: Denise Caubarrère, Flavio Monzón y Nelson Olivera, Editores:
EL PRADO y antiguas costas del Miguelete 1860-1930

Montevideo, Editorial Caubarrère 2002,
Primera foto y texto: páginas 100-102
Segunda foto: página 166
Fecha: 1870 - ampliación 1929
Arquitecto: Ing. Juan Alberto Capurro (1870)
Arq. Eutenio Baroffio (1929)
Comitente: Dr. Juan Bautista Raffo
Actualmente Museo Juan Manuel Blanes




Casa quinta de Raffo

Ubicación: Millán 4070


Los Proprietarios

El primer proprietario del terreno fue Don Tomás Texera, uno de los primeros pobladores de la ciudad procedente de las islas Canarias. Luego de pasar por varias manos y de un período de abandono a causa de los acontecimientos revolucionarios, fue adquirida en 1832 por Don Francisco Xavier de Viana y continuó perteneciendo a su familia durante treinta y cinco años, sin que se construyera en ella más que una casa modesta.

En 1870 el cónsul italiano en Montevideo, el Dr. Juan Bautista Raffo solicitó al Ingeniero urugayo Juan Alberto Capurro, la realización de esta quinta, que ocupará por poco tiempo. Raffo había comprado el terreno tres años antes y había adquirido también otros terrenos linderos, con lo cual completó un predio de 8 hectáreas.

En 1872 el inmueble es comprado por Clara García de Zúñiga, y en ella nace su hijo el escritor y dandy montevideano Roberto de las Carreras. El mirador de la quinta fue construido para Clara quien pasó allí muchos años recluida por su familia.

Su último proprietario, el Sr. Morales, la habitó con su familia durante 35 años y la vendió al Municipio en 1929. el Municipio contrató su reforma y ampliación al Arq. Eugenio Baroffio con la intención de transformar la quinta en un museo dedicado al pintor nacional Juan Manuel Blanes. El museo se inauguró al año siguiente en el centenario del nacimiento del pintor.

La arquitectura

El Ing. Capurro (1) eligió un lenguaje clásico y realizó una villa "neopalladiana" con un importante pórtico oval (que estuvo cerrado temporalmente cuando perteneció a García de Zúñiga) y una logia que recorre tres lados de la casa. La simetría de la fachada y su organización tripartita: basamento, desarrollo y coronamiento, la cornisa, las balaustradas y esculturas que la rematan, confirman plenamente el clasicismo de la obra, reflejando la formación italiana de Capurro y del proprietario que era justamente el cónsul de aquel país.

La quinta fue una de las más importantes de la zona, por su severa y majestuosa apariencia y por los materiales con que se había construido que incluían mármoles de Carrara y maderas finas.

La intervención del Arq. Baroffio refleja un enorme respeto por el edificio y su proyecto original ya que no altera la fachada ni el edificio construído por Capurro. Atendiendo la nueva función que cumpliría el inmueble como museo, Baroffio agrega dos alas laterales simétricas que funcionan como grandes salas de exposición iluminadas cenitalmente y sin contacto con el exterior. Las salas cierran lateralmente un patio abierto porticado conarcos de medio punto que enfatizan la vocación clásica de la quinta. Este claustro cuenta con un estanque central. La galería posterior, abierta al jardín, lo integra al edificio, creando un eje de luz que cruza la casa a través de las puertas vidriadas que se abren respectivamente al ingreso y al claustro.

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(1) Juan Alberto Capurro (1838-1906), había estudiado en el Instituto Politécnico de Turín. Su obra en general tiene un marcado carácter clásico, que recuerda en algunos casos las villas manieristas o los palacios renacentistas italianos. Se destacan entre sus construcciones la casa de Carlos de Castro (Buenos Aires y Bartolomé Mitre) y el Palacio Santos, hoy Ministerio de Relaciones Exteriores).



Villa Raffo


Villa Raffo


Palacio Santos (exterior)
ex casa del Presidente M. Santos y actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores

palacio santos


Palacio Santos (interior)


palacio santos


casa_capurro


casa_capurro2


Palacio Estévez

actual Ed. Independencia fue construído en 1873 por el Ing. Edouard Manuel de Castel
por encargo del comerciante Francisco Estévez
 para viviendas y comercios.
En 1879 el edificio fue comprado por el Gobierno de Latorre
y fue adaptado para funcionar como Casa de Gobierno. 
Le cupo al Ing. Juan Alberto Capurro proyectar y dirigir su adaptación.
Más adelante, en 1987, se hizo una segunda adaptación.
Actualmente el edificio se usa para cumplir funciones protocolares de la Presidencia.


palacio estevez


LA PRISION DE MIGUELETE
actualmente
ESPACIO DE ARTE CONTEMPORANEO (EAC)

Carlos Cipriani López: 130 años de una cárcel que dio paso al arte y la historia natural. La prisión de Miguelete se inauguró en 1888 y funcionó hasta 1998. En: El País, Viernes 02 Marzo 2018

"El Gran Hermano que todo lo vigilaba

La cárcel de Miguelete, ubicada en el barrio Villa Muñoz (antiguo del Retiro o Barrio de la Humedad), fue constuida en base al diseño del arquitecto Juan Alberto Capurro, que a la vez transplantaba a América el modelo panóptico del filósofo británico Jeremy Bentham. Con la ubicación de la torre de vigilancia en el centro de los radios se aspiraba a que todo fuera controlado con poco personal policial, que a la vez quedaba a resguardo de ser visto, gracias al contraluz. Cuenta que desde las celdas no se podía ver lo que ocurría en la torre pero desde ésta si era posible divisar las celdas. Los presos no sabían cuándo los guardias de la torre los vigilaban. Antes hubo tres edificios construidos con similar proyecto: en Lima, Bogotá y Buenos Aires pero Miguelete es el más antiguo que se conserva casi en su formato original. La cárcel fue creada como centro de reclusión modelo que buscaba alejar del delito a los hombres libress, y lograr a un bajo costo la reinserción social de los sentenciados, objetivo que se desvirtuó por la sobrepoblación."

miguelete

En 1880 Máximo Santos (1847-1889) mandó construir la Cárcel de Miguelete.
Foto restaurada por Daniel Machado



eac




CASA AGUSTIN DE CASTRO
25 de Mayo 522, Montevideo


Fuente:  Inventario del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad Vieja
Casa Agustín de Castro: 560m2
Hasta antes del reciclaje fue Archivo General de la Nación - Centro de Difusión del Libro. Actualmente es Centro de Formación de la Cooperación Española en Montevideo / Embajada de España en Uruguay / aecid - Centro de Formación. (fotos). Ver: Inauguración del AECID

Descripción:
Ejemplo de casa burguesa realizado en 1878 por el Ing. A. Capurro para Agustín de Castro. Originalmente la planta baja albergaba funciones comerciales, mientras que en el primer piso funcionaba la vivienda, y es allí donde se conservan los elementos de mayor riqueza ornamental. Se destaca la escalinata de acceso, de piezas de mármol encastradas, y los revestimientos de mármol y yesería que se extienden en el acceso y todo el nivel superior. La fachada, de estilo ecléctico inspirado en el clasicismo italiano, se estructura en tres paños por medio de pilastras, equilibrados por la cornisa continua y la balaustrada del balcón. La planta baja, con referencias a la basílica palladiana de Vicenza, se organiza mediante dos grandes vanos adintelados y un portal central que destaca por su tallado en madera. El edificio resulta destacable por su valor arquitectónico e histórico, siendo Monumento Histórico Nacional desde 1975. La actual intervención restaura la fachada, haciéndose visible y manifestando su carácter contemporáneao fundamentalmente en los accesos vidriados que flanquean el portal central. Dicho carácter contemporáneo alcanza su mayor expresión en el interior, tanto por la omnipresencia del color blanco, como por las transformaciones espaciales generadas por la creación de un entrepiso de gran presencia en la composición general. La intervención, lejos de mimetizarse con lo preexistente, apela a la puesta en valor del edificio por la vía de una serie de gestos que, tanto desde lo espacial -trastocando incluso la estructura tipológica original-, como desde lo constructivo y cromático, poseen valor en sí mismos y, al mismo tiempo, enriquecen el edificio original, siendo el resultado una conjunción en la que lo viejo y lo nuevo se potencian mutuamente.

Ricardo Goldaracena escribe en el "Libro de los Linajes" (Tomo 1, Arca Editorial, Montevideo 1976, p. 118-122): "Figuras de menor talla que la de su hermano Carlos, fueron las de Agustin y Juan Pedro, ambos legisladores de la República. El primero, también muy rico, tuvo palacete en la calle 25 de Mayo, construída por su sobrino Juan Alberto Capurro en 1885."

agustin de castro




4. RICARDO GOLDARACENA

"Los barrios de Montevideo"

Ediciones Arca - Montevideo
Fuente: ver aquí


CAPURRO

Capurro playa, parque, estación balnearia y barriada montevideana, es un arraigado nombre capitalino. Es uno de los mas hermosos parajes que se recuestan sobre la bahía de Montevideo. Paraje y paisaje, porque la vista que se disfruta desde la playa de Capurro es, sin duda, una de las mas elocuentes de la ciudad, con su paisaje portuario a la izquierda, la pequeña mole del Cerro enfrente, absolutamente emblemática con fortaleza y todo, y la península estirándose como un bostezo, a lo lejos, con esos edificios que dan a Montevideo tono de urbe mayor, empezando con el Palacio Salvo y siguiendo por la Catedral, el Correo, la Iglesia de Lourdes, el edificio de la Aduana y tantos mas . . .

Capurro, entonces, paisaje elocuente de barcos fondeados o abandonados en la bahía, paisaje costero y portuario, para el recuerdo, para la fotografía del aficionado, para la nostalgia. Con una iluminación distinta según sea de mañana o de tarde. Con actividades diferentes según sea de día o de noche.

El topónimo Capurro se debe al infatigable y emprendedor empresario italiano Giovanni Battista Capurro, marino genovés venido al país en tiempos de la jura de la primera Constitución. Cavaliere del reino de Cerdeña, Capurro acumuló aquí una envidiable fortuna como agente marítimo y accionista de distintas compañías. Su tacto y su buen olfato para los negocios, circunstancias que tantas veces hemos destacado en personajes similares a él, lo llevaron a cristalizar excelentes inversiones.

En 1836 se había casado aquí con doña Prudencia de Castro, fundando una honorable familia. A su muerte, en 1872, la fortuna que dejaba a los herederos alcanzaba el millón de pesos, suma verdaderamente caudalosa para su tiempo. A su hijo Juan Alberto, ingeniero, arquitecto y empresario, amén de legislador y ministro, Montevideo debe importantes obras públicas y privadas, entre otras muchas, el histórico puente que une Montevideo con San José, en la Barra de Santa Lucía, construído en 1925.

En la zona donde había estado establecido el Caserío de los Negros, en la margen izquierda de la desembocadura del arroyo Miguelete, el armador genovés adquirió un predio donde edificó una hermosa casa quinta, de 24 cuadras cuadradas, rodeada de paradisíacos jardines, que pobló de pájaros y especies forestales. La quinta de Capurro, que estaba frente a la playa antiguamente denominada "Honda", sobre la bahía, se llamó "La Meca", y allí vivió su fundador con su esposa y demás familiares hasta que falleció.

Según el historiador Aníbal Barrios Pintos, los arenales y pozos de agua existentes en la costa de "La Meca", sobre la "playa Honda", continuación natural de los pozos de la Aguada, fueron explotados por Capurro con destino a los buques de ultramar que regresaban sin carga a Europa y necesitaban lastre y, por supuesto, agua dulce.
Despues, el activo armador y hombre de negocios construyó sobre la bahía el "Muelle Capurro", para cargar arena como lastre en los barcos que regresaban desde Montevideo. De a poco, los médanos de la zona fueron desapareciendo, a consecuencia de ser trasladados a Europa a través de los buques cargados por la empresa de Capurro.

La instalación de la "Compañía de Tranvías al Paso del Molino y Cerro", desde 1869, trajo importantes cambios al paraje y gran afluencia de visitantes. Los trenes eran tirados por caballos y se establecieron dos ramales desde la calle Agraciada hasta la costa. Uno iba por la actual calle Capurro hasta la bahía, y el otro por la calle Francisco Gómez hasta la vía férrea, que había sido inaugurada el 1o. de enero de aquel año 1869.

El tranvía popularizó la playa de Capurro como estación balnearia. En 1872, la Compañía de Carritos de Ramírez y Capurro atendía un recreo, donde se expendía agua mineral de Vichy. Las familias de Montevideo iban hasta allí en tranvía, en sus propias volantas o en coches de alquiler, con el objeto de tomar sus refrescantes baños de mar. Cuando se estableció el vaporcito que hacía la carrera desde el puerto al cerro, en las temporadas estivales, tanto en el viaje de ida como en de vuelta, existía una escala en el muelle de Capurro.

Según cuenta don Isidoro de María, en 1866, con motivo de una gran sequía, Giovanni Battista Capurro "se ofreció a traer toda la precisa de su establecimiento". En sólo 18 días se repartieron entre el vecindario 2.133 pipas de agua, costando ese servicio a la Comisión de Salubridad 1.514 pesos.
Tan buen negocio se prometía, que Capurro ofreció al Municipio un servicio de agua desde sus manantiales por cañerías. Pero cuando se discutía esta oferta, llovió copiosamente y se solucionó la angustia de la sequía, los aljibes se colmaron "y Capurro - según De María - se quedó con sus manantiales, sin poder concretar su iniciativa".

La estación balnearia, hotel y parque de Capurro fueron proyectos de los hijos del genovés, Juan Alberto y Federico, quienes crearon, al finalizar el siglo XIX, la sociedad denominada "Gran Balneario de Playa Honda", cuando el paraje se conocía todavía con el nombre de la playa.

Esa sociedad confió al arquitecto Juan Tosi los planos para la construcción de un hotel para 450 pasajeros, con 285 habitaciones y un restorán, terrazas, gimnasio y sala de hidroterapia. Pero la crisis del año 90 frustró este ambicioso proyecto.

La quinta fué fraccionada y vendida, permaneció solo el casco, donde tuvieron su sede las escuelas públicas Nos. 47 y 108, cuyo moderno edificio sustituye hoy a la vieja casa de los Capurro. En 1910, en los terrenos de la costa, se inauguró el "Parque Capurro", trazado por el ingeniero alemán Julio Knab, cuya parte arquitectónica, de amplias y hermosas escalinatas y demás construcciones, fué obra del arquitecto florentino Juan Veltroni.

El paso del siglo XX redujo a recuerdos el hermoso parque que ya casi nadie visitaba. Sin embargo, la construcción de la nueva ruta de salida al Oeste, que en algún momento amenazó destruirlo definitivamente terminó poniéndolo en vigencia nuevamente. En 1988, las construcciones planificadas por Veltroni fueron recicladas por el Municipio.


Nota de los editores de este sitio:

Hay un error de Godaracena cuando atribuye a Juan Alberto Capurro la autoría del puente viejo de la Barra de Santa Lucía, inaugurado en 1925, que fue obra de Federico E. Capurro sobrino de Juan Alberto quien murió en 1906.


 



5. Reportaje de Cesar di Candia a Lía Capurro Aguirre de Quijano



Lia Capurro

Lia  Capurro1

Lia Capurro2

                      Lia Capurro3




6. CARLOS PEREZ MONTERO

La calle del 18 de Julio (1719-1875)

Antecedentes para la historia de la ciudad nueva"

Montevideo, Imprenta "El Siglo Ilustrado" 1942, pp. 335-340


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catastro



7.
MARIO BENEDETTI


Mario Benedetti

"En el Parque Capurro Montevideo" (página 31)


Benedetti en el Parque Capurro


"Frente a la casa de su infancia, Capurro Montevideo"
(página 30)


Casa calle Capurro

Mario Benedetti: La borra del café (1992):

"Mi familia siempre se estaba mudando. Al menos desde que tengo memoria.  No obstante, quiero aclarar que las mudanzas
no se debían a desalojos por falta de pago, sino a otros motivos, quizá más absurdos pero menos vergonzantes.
Confieso que para mí ese renovado trajín de abrir y cerrar cajones, baúles, grandes cajas, maletas, significaba una diversión".


Fuente: MonteVIdEO. Arte y Paisaje. Concepción y Textos: Ramón Mérica (Montevideo 2003, pág. 200-213)

Capurro

Desde Génova, con amor



El apellido Capurro aparece cuatro veces en el nomenclátor de Montevideo: está consagrado en una calle, en un barrio, en una playa y en un parque.
Los cuatro nombres están en el mismo paraje.
Al borde del parque Capurro está la calle homónima que se extiende desde la ruta de acceso a Montevideo construida en los últimos años - que pasa
en ese tramo junto a la playa - hasta Agraciada, paralela a la calle Gil, al norte de bulevar Artigas. Su continuación morfológica, al Norte de Agraciada,
ya no se llama Capurro, sino Hermanos Ruiz, en evocación de los hermanos Laureano y Manuel Ruiz Tagale, estancieros de Soriano que proporcionaron
los caballos con que inició su travesía la Cruzada Libertadora de 1825.

La calle Capurro recuerda al inteniero, político y hombre de empresa uruguayo Juan Alberto Capurro Castro (1838-1906), a quien la ciudad capital
y el país todo debieron notables progresos. El ingeniero era hijo del marino genovés Giambattista Capurro y de la criolla Prudencia de Castro y Castro.
Se había graduado en la Real Escuela de Bellas Artes de Milán y de regreso al país fue legislador, miembro de la JEA de la capital,  ministro de fomento
del gobierno de Julio Herrera y Obes y luego del de José Batlle y Ordoñez.

Fue Capurro el autor de la lujosa mansión de Máximo Santos (18 de Julio y Cuareim), del desaparecido teatro Cibils y de las casas de sus tíos Carlos
de Castro y Agustín de Castro, en la Ciudad Vieja, entre otras obras.

El país debe al ingeniero Capurro el trazado general de las líneas de ferrocarriles de la República, el proyecto de estudio sobre el puerto de Montevideo
y el plano catastro de Montevideo de 1867/1870, una labor cartográfica notable. Como hombre de empresa Juan Alberto Capurro instaló, conjuntamente
con su hermano Federico, en la localidad hoy llamada Capurro, una gran destilería de alcoholes, base de la actual planta de Ancap.

El barrio de Capurro y el parque tuvieron su origen, y el origen de su nombre, en la quinta La Meca, que el genovés Juan Bautista Capurro, padre del
ingeniero Juan Alberto, hizo diseñar en terrenos que adquirió a Tomás Basáñez, en la margen izquierda del arroyo Miguelete, en su desembocadura en
la bahía, donde en otro tiempo había estado situado el "caserío de los negros".

UN VÉRTICE DE LA VIDA DULCE

La playa de Capurro, sobre la bahía y frente al puerto, se popularizó a fines del siglo XIX, a causa de la instalación de la Compañía de Tranvías al
Paso Molino y Cerro (a tracción a sangre, o sea, travías tirados por caballitos) que desde Agraciada, tenía dos ramales que llegaban hasta la costa.
Tiempo después se estableció una línea de vaporcitos desde el puerto de Montevideo al Cerro. En verano, el vaporcito, en dos de sus viajes,
hacía escala en el muelle de Capurro. El ingeniero Juan Alberto Capurro fue autor de la iniciativa de crear un gran balneario en la playa, con un
importante hotel de 285 habitaciones, dotado de un restaurante, terrazas, gimnasio, hidroterapia y otros servicios. Este ambicioso proyecto se frustró
al sobrevenir la crisis económica de 1890, la famosa crisis que arruinó también a don Emilio Reus, que tenía un proyecto similar en la península
de la Ciudad Vieja, en la actual calle Juan Lindolfo Cuestas, donde durante años funcionara la Facultad de Humanidades. Hoy, ese edificio está tapiado.

En 1910, Esteban Elena, director general de la empresa de tranvías La Transatlántica, impulsó la  creación de un parque junto a la playa Capurro.
El 30 de diciembre de ese año se inauguró el bonito parque, que todavía existe, aunque muy venido a menos, según se lo ve desde la nueva carretera
de acceso a Montevideo. Este parque fue proyectado por el arquitecto alsaciano Jules Knab y realizado por el arquitecto florentino Giovanni Veltroni.
Era una hermosa realización edilicia de su tiempo, con sus importantes terrazas, balcones y escalinatas de balaustradas, todo ornado con jarrones,
macetas y medallones esculturados; tuvo gran concurrencia de público y fue una importante atracción para las familias y centro social durante mucho
tiempo. Había pista de patinaje, conciertos y otras diversiones, todo frente al hermoso paisaje de la playa y la bahía. Fue un punto imperdible
del Montevideo elegante de la época, lo mismo que el Hotel del Prado, también obra de Knab y Veltroni (1912).


UNA  OBRA ÚNICA

La labor cartográfica del ingeniero Juan Alberto Capurro es verdaderamente notable y digna del recuerdo. Una verdadera obra maestra de la cartografía
es ese plano catastro, compuesto de 350 piezas, que abarca toda la Ciudad Vieja y la Nueva, desde el extremo de la península en el Oeste, hasta la calle
Santa Lucía (hoy Santiago de Chile), en el Este. Una obra maestra de un inusual virtuosismo de detalles.


Esta notable reliquia se encuentra archivada en su versión original de 350 hojas, dibujadas y pintadas una por una a la acuarela, en el Museo Histórico
Municipal (Cabildo de Montevideo). Y hay que dar una voz de alerta porque corre peligro de perderse. Se va a perder, si no se perdió ya. No hay que
ser tremendista, pero corresponde llamar públicamente la atención sobre un objeto museable de primera categoría que debe ser protegido de los estragos
del tiempo y de los efectos de la humedad."



Ver: Acerca de patrimonios varios

"Sería buena cosa que pudiéramos disponer de una maqueta de la "ciudad vieja", extendida -por ejemplo- hasta la calle Andes. Y mejor todavía si pudiéramos
disponer no de una sino de dos maquetas, para tener una clara noción de los cambios que se han procesado en esa trama, digamos entre 1870 y nuestros días.
Y lo de 1870, no es caprichoso, porque fue en el entorno de esa fecha que el joven ingeniero Juan Alberto Capurro, realiza el Plano Catastro de Montevideo.
Dice al respecto el arquitecto Carlos Altezor: "Dibujado a tinta china y acuarelado, mostrando las plantas de techo de cada manzana con el detalle de sus
cuatro fachadas; deslindando cada parcela; los ocho tomos de láminas en los cuales está organizado el Catastro constituyen un útil de trabajo invalorable
para los estudiosos de lo urbano" (*). También serán un "útil invalorable" para los maquetistas..."

Ver: ACUARELAS DE MONTEVIDEO / Reflexiones a partir del Catastro del Ing. J.A. Capurro" / Beisso, Quijano y Altezor / Impresora Gráfica 1997.





8. ALBERT EINSTEIN EN MONTEVIDEO

24 - 30  IV 1925
Fuente: https://einsteinpapers.press.princeton.edu/vol14-doc/797
colacionada con
http://www.tagtt.de/albert_einstein/archive/moment/reise_s%C3%BCdamerika_40_7_uhr_morgens_ankunft...-404870

Ver: Cecilia Cabeza, Raúl Montagne, Cristina Masoller. Instituto de Física - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli, Instituto de Física - Facultad de Ingeniería: "Sobre la visita de Einstein al Uruguay (1925)" 1995, en: https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf


Einstein in Mvdeo.

Albert Einstein  in Montevideo (1925)
Fuente:  http://archive.constantcontact.com/fs090/1101630309567/archive/1107845421788.html

24. 7 Uhr morgens. Ankunft Montevideo. Beschliesse Krankheit. Übersicht über M. vom Versicherungs-Gebäude. Einquartiert in russisch-jüd. Familie Rosenblatt. Besuch des deutschen Gesandten. Ras Fereida Bummel. Feiner schwarzer nervöser Kerl.[70] Spricht schlecht französisch, noch schlechter als ich. Hatte Scheu vor mir wie die meisten.
In Uruguay fand ich eine ächte Herzlichkeit wie selten in meinem Leben. Ich fand dort Liebe zum eigenen Boden ohne irgend welchen Grössenwahn. Nach der Ankunft mit Rosenblatt und Söhnen von Versicherungs-Haus aus prachtvoller Blick auf Stadt und Hafen. Die Familie sehr herzlich und treuherzig. Er und sie nur jiddisch, die Kinder nur französisch. [71]
Prof. Ing. Maggiolo sehr lieber, feiner Mensch, leise und in sich gekehrt, gar nicht amerikanisch. Ing. Castro jüngerer auch netter Mensch mit reizendem rotbackingem Söhnchen. [72]

24. 7 de la mañana. Llegada a Montevideo [en el "Vapor de la Carrera" RC]. Punto final a la enfermedad. Vista de Montevideo desde el edificio del Banco de Seguros. Alojado en casa de la familia rusa-judía Rosenblatt. Visita al (del?) embajador alemán. Ras Fereida Bummel. Una persona fina, de tez oscura, nervioso.[70] Habla mal francés, peor que yo. Tímido frente a mi como la mayoría.
En Uruguay encontré una cordialidad auténtica como pocas veces en mi vida. Encontré allí amor por la propia tierra sin ningún tipo de delirio de grandeza. Luego de llegar (encuentro) con Rosenblatt e hijos. Desde el Banco de Seguros del Estado (BSE) una magnífica vista de la ciudad y del puerto. La familia muy cordial y abierta. El y ella (hablan) solo jiddisch, los hijos solo francés, [71]
El Prof. Ing. Maggiolo es un una persona muy amable y fina, calmo y replegado en sí mismo, para nada americano. El Ing. Castro, más joven, también una persona muy amable con encantadores hijitos con mejillas rojas. [72]

[70] Einstein arrived in Montevido on board the SS Ciudad de Buenos Aires, which belonged  to the Compañía Argentina de Navegación. he was greeted by, among others, Américo Sampognaro, on behalf of the president of the Republic; Agustín Musso, on behalf of the university president; and Carlos M. Maggiolo (1881-1935), dean of the College of Engineering. A delegation from the local Jewish community and students also welcomed him (El Día, 24 April 1925). The city of Montevideo offered to put Einstein up at the Parque Hotel, yet he had already made arrangements to stay with the family of Naum Rosenblatt, a Russian-Jewish chemist. he was driven to the residence of the Rosenblatt family at Avenida 18 de Julio, the most important thoroughfare in Montevideo, accompanied by Maggiolo. The German Ambassador was Arthur Schmidt-Elskop (Elskop 1875-1952). Einstein and Rossenblatt [sic] went for a stroll on the Avenida de 18 [de] Julio, where they happened to meet Carlos Vaz Ferreira (1872-1958), Associate Professor of Philosophy at the University of the Republic, with whom they arranged to meet later that day at Rossenblatt's home. "Ras. Fereider" is most likely an erroneous reference to Vaz Ferreira. [Carlos Vaz Ferreira 1872-1958]
Einstein was also visited by Teófilo D. Piñeiro, a representative of the Ateneo de Montevideo, a prestigious cultural institution.
The heads of the Center for Engineering and Land Surveying Students and the Uruguayan Polytechnic Association recommended that their members welcome Einstein at the port. Authorities at the College of Engineering permitted their faculty and students to be absent from classes for this occasion (see La Prensa and La Mañana, 24 April 1925; El Día, 25 April 1925; and Ortiz and Otero 2001, pp. 1-2).

[71] Esther Rosenblatt-Filevich, José (1896-1953), Octavio, and Gregorio Rosenblatt, José was the first Jewish doctor to graduate from the University of Buenos Aires.

[72] Amadeo Geille Castro (1890-?) was Assistant Professor of Rational Mechanics at the University of the Republic in Montevideo. The College of Engineering had designated Geille Castro to serve as Einstein's personal secretary during his visit. He was assisted in this task by students Ricardo Müller and Ezequiel Sánchez González (see Ortiz and Otero 2001, p. 6). Amadeo Felix Geille.

Casa de Rivera
Casa del Gral. Fructuoso Rivera, luego Banco de Seguros del Estado (BSE) 1912-1940.
Hoy sede del Museo Histórico Nacional
De Fernando da Rosa (Fedaro) - Trabajo propio, CC BY 3.0
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26741864


Facultad de Ingenieria
Antigua sede de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura
luego sede de la Facultad de Humanidades
http://inventariociudadvieja.montevideo.gub.uy/padrones/2433


Ateneo Montevideo
Ateneo de Montevideo
http://ateneodemontevideo.uy/site/

Einstein Geille Castro
Amadeo Geille Castro junto a Albert Einstein
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Amadeo_Geille_Castro_junto_a_Albert_Einstein_(1925).jpg
Les Geille d'Amérique du Sud


25. Erste Vorlesung mit feierlichem Empfang.[73] Abends mit Maggiolo und Rosenblatts & deutschem Gesandten Traviata von italienischer Truppe [video]. Recht hübsch.

25. Primera conferencia con recepción solemne. Por la tarde con Maggiolo, los Rosenblatt y el embajador alemán La Traviata por un grupo de teatro italiano.[video] Muy lindo.

[73] In the morning of 25 April, Einstein briefly met with a delegation from the local Jewish community. He then left on a tour of the city by car in the company of Geille Castro, Müller, and Sánchez González, which included a public school housed in the Castro country villa.
The first lecture was delivered in French in the overcrowded Public Assembly Hall of the University of the Republic at 5:30 P.M. The audience numbered approximately 2.000 people and was mainly comprised of professors and students. The lecture series was entitled "General Foundations of the Theory of Relativity." Einstein was introduced by the rector of the university, Elías Regules. The engineer Federico García Martínez gave an outline on the theory of relativity. In his lecture, Einstein presented a critique of Newtonian mechanics, dealt with the experiments of Foucault and of Michelson and Morley, outlined the path from special to general relativity, discussed the finiteness of space and of four-dimensional space, the curvature of light rays, and the relativity of time. The reception at the university was hosted by Rector Regules and attended by numerous professors and students.
(El País, 23 April 1925; La Prensa, 24 April 1925; El Día, 24 and 25 April 1925; La Tribuna Popular, 26 April 1925; and La Razón, 27 April 1925).
(my emphasis, RC)

Nota: la "Castro country villa" era la casa de Juan Bautista Capurro y Prudencia de Castro en el barrio "La Meca". Después de la muerte de Prudencia en 1888 dicha casa pasó a su hijo menor Eduardo (1893-1927), quien murió sin dejar descendencia. Luego de la muerte de Eduardo, la antigua casa en la que funcionaba  la escuela pública No. 47, hoy Escuela Washington Beltrán-Romildo Risso, fue demolida. Einstein visitó la escuela en la antigua villa con el nuevo "Parque Capurro" creado por el ingeniero alemán Julio Kalb con construcciones a cargo del arquitecto florentino Juan Veltroni. (Ver aquí)


Villa Capurro Castro
Villa Capurro-Castro


Parque Capurro
Parque Capurro
(ayer y hoy)


elias regules

Elías Regules (1861-1929)
Rector de la Universidad de la República (1922-1928)



Udelar
Universidad de la República, Montevideo (est. 1881)
https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_la_Rep%C3%BAblica

26. (Sonntag) Küsten-Spaziergang mit Bürgermeister. Sehr hübsch, mit Sonnen-Untergang. Geschmackvolles Strandhotel wurde mir gezeigt, von einem Einheimischen gebaut. Abends Lohengrin mir zuliebe gespielt [video]. Schwankte zwischen gut und komisch. Liegt nicht nur an der Truppe. [74] Zwei Studenten halten immer Wache, dass kein Unberufener zu mir kommt. Haben einen rührenden Diener zugeteilt bekommen, mit dem ich mich nur mit den Händen verständigen konnte.
Uruguay glückliches Ländchen, nicht nur liebliche Natur mit angenehmen feuchtwarmen Klima sondern auch mit vorbildlichen sozialen Einrichtungen. (Mutter & Kinder-Schutz, Versorgung alter Leute und unehelicher Kinder, 8-Stundentag, Ruhetag). Sehr liberal Staat von Kirche ganz getrennt. Verfassung der schweizerischen einigermaßen ähnlich.[75] Montevideo architektonisch hübsch im Kolonialstil.

26. (Domingo) Paseo por la costa con el intendente. Muy lindo, con puesta de sol. Me mostraron un hotel de playa [Hotel Carrasco construído por el Dr. Alfredo Arocena e inaugurado en 1921] de muy buen gusto, construído por un arquitecto local. Por la tarde, como obsequio personal,
Lohengrin [video]. Fluctuaba entre lo bueno y lo cómico. No sólo por causa del grupo [74]. Dos estudiantes vigilan que nadie que no esté autorizado se me acerque. Les han dado un sirviente conmovedor con quien sólo pude hacerme entender con las manos.
Uruguay - paisito feliz, no sólo con una naturaleza dulce con un agradable clima cálido-húmedo sino también con instituciones sociales ejemplares (protección de la maternidad y de los hijos, cuidado de ancianos y de hijos naturales, 8 horas diarias de trabajo, un día de descanso). Muy liberal Estado e Iglesia completamente separados. Constitución bastante semejante a la de Suiza.[75] Montevideo es muy linda con su arquitectura de estilo colonial.

[74] On 26 April, Einstein held a press conference for three journalists at the Rossenblatt [sic] residence, where he elaborated on his litterary and musical preferences, his impressions of Montevideo, and the intellectual atmosphere and the state of scientific research in Buenos Aires and Montevideo (See El País, 27 April 1925). Montevideo did not have a mayor in 1925, as municipalities had been abolished by the Uruguayan Constitution of 1918. Einstein was referring to the president of the Administrative Council of Montevideo, Luis P. Ponce (1877-1928). Lohengrin was performed at the Teatro Solís (see El Día, 26 April 1925).

Teatro Solis 1930
Teatro Solís 1930
http://www.teatrosolis.org.uy/visitavirtual/visita.asp?p=1&s=0&i=esp

[75] The origins of the modern welfare state in Uruguay were established during the period 1904-1916, especially during the presidencies of José Battle y Ordoñez. The liberal Colorado Party, which was also in power at the time of Einstein's visit, had introduced progressive social legislation. The separation of church and state had been introduced in 1919 with the new Uruguayan constitution (see Segura Ubiergo 2007, p. 58, and Lynch 2012, p. 198)


27. Morgens mit Senats-Präsident in Fabrik zur Bearbeitung des einheimischen, sehr schönen und mannigfaltigen Marmors. Sehr gescheiter aber geriebener jüngerer Mann, der [Leopoldo] Lugones in der Kommission d. Cop. Int. des V.B. vertreten soll. Maggiolo und Castro sowie einige andere waren auch dabei. Dann Besuch des neuen, fast vollendeten Regierungsgebäudes. Sehr geschmackvoll in Hochrenaissance von innen, von italienisch-schweizerischen Architekten ausgeführt.
Nachmittags Besuch bei Präsidenten der Republik und Unterrichtsminister (Auch bei Schweizer-Konsul Guyer, der in Aarau Schüler war) Ersterer interessanter Kopf, letzterer in sehr schönen altspanischen Haus. Dann Vorlesung. Abends Familie Rossenblatt [sic]. Drei Söhne, zwei verheiratet und eine nicht hübsche aber gutherzige verlobte Tochter.

palacio legislativo
Palacio Legislativo, Salón de los pasos perdidos
De Thomoesch - Trabajo propio (originally uploaded to de.wikipedia.org),
Copyrighted free use, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=13232925
 Inaugurado el 25 de Agosto de 1925
Arquitectos Victor Meano (Susa, Italia 1860 - Buenos Aires 1904) y Gaetano Moretti (Milán 1860 - Milán 1938)

27. Por la mañana visita  con el presidente del Senado a una fábrica para el tratamiento del hermoso y variado mármol local. Un muchacho más joven, inteligente pero astuto que va a suplantar a Leopoldo Lugones en la Comisión de Cooperación Intelectual de la Sociedad de las Naciones. Maggiolo y Castro así como otros también participaron. Luego visita al nuevo casi terminado edificio de Gobierno. De muy buen gusto por dentro en estilo del Alto Renacimiento, llevado a cabo por arquitectos ítalo-suizos.
Por la tarde visita al Presidente de la República y al Ministro de Educación (también al Cónsul suizo Guyer, que fue alumno en Aarau) [Aarau es una ciudad suiza donde Einstein hizo zu bachillerato en 1896]. El primero una cabeza muy interesante, el último en una hermosa casa en estilo espa
ñol antiguo. Después, conferencia. Por la tarde con la familia Rossenblatt [sic]. Tres hijos, dos casados y una hija ennoviada, no linda pero bondadosa.

[76] The president of the senate was Juan Antonio Buero (1888/9? - ?). The marble factory was the Compañía de Materiales para la Construcción in the Bella Vista neighborhood. The new government building was the Legislative Palace designed by Vittorio Meano and Gaetano Moretti (El Día, 28 April 1925).

[77] The audience with the president of the Republic, José Serrato (1868-1960), took place at 3 P.M. The minister of justice and public instruction was José Cerrutti. The Swiss consul in Montevideo was possibly Maximo (Max) Guyer.The second lecture was also held at the Public Assembly Hall of the university at 5:30 P.M. The audience was even larger than at the first lecture. Einstein first continued with his exposition of the special theory of relativity, dealing with the constancy of the speed of light, the validity of natural laws for all inertial systems, and the Lorentz transformation. He then proceeded to elaborate on the general theory of relativity, discussing gravitational fields and relative acceleration (See La Mañana, 28 April 1925).

Serrato
José Serrato (1869-1956)
Presidente de la República 1923-1927


28. 6 Uhr Empfang der deutschen Kolonie. Gemütlich und angenehm mit Kaffee-Begleitung. Wahrscheinlich waren nur die liberalsten erschienen Abends feierliches Bankett der Juden Völkerbundskommission für Immigration von Kriegs-Vertriebenen war dabei. Sass neben interessantem Engländer (Nansens Mitarbeiter) Latzki (Russe, in Berlin wohnend) war auch dabei. Erhielt von mir Empfehlungsbrief an [Miguel Angel] Gallardo.[78]

28. A las 6 recepción de la colonia alemana. Jovial y agradable acampañada con café. Probablemente vinieron esa tarde sólo los más liberales. Por la tarde banquete oficial en el  que también tomó parte la Comisión Judía de la Sociedad de Naciones para la inmigración de expulsados de guerra. Estuve sentado junto a un inglés muy interesante (trabaja con Nansen), Latzki (ruso, vive en Berlin) también participó. Le di una carta de recomendación para [Miguel Angel] Gallardo.

[78] The Federation of German Associations had decided "unanimously" (einstimmig) to greet Einstein by means of a reception committee and to hold a reception in his honor at the German Club (see German Embassy, Montevideo to the German Foreign Minisitry / Auswärtiges Amt, Berlin, 4 June 1925 [ByBPAAA, R 64578[)
The banquet in Einstein's honor was held by the local Jewish community at 8 P.M. at the Hotel del Prado. Fridtjof Nansen (1861-1930) was a Norwegian explorer, scientist, humanitarian, and the League of Nations' High Commissioner for Refugees. Jakob Wolf Latzki-Bertholdi (1881-1940) was a journalist and the representative in South America of Emigdirect, the United Jewish Aid Society of Europe. The Argentinian foreign minister Miguel Angel Gallardo (see El Día, 19 April 1925).

Hotel del Prado Montevideo
Hotel del Prado, Montevideo

29. Empfang in <Polyt> Ing. Schule <Diplo> Gedenkmedaille der Studenten Letzte Vorlesung. Abends großer Empfang bei deutschem Gesandten, bei dem nur Uruguaiische Politiker und Gelehrte waren.[79]

29. Recepción en la <Polit.> Escuela de Ingeniería <Diplo> Medalla de Conmemoración de los estudiantes. Última conferencia. Por la tarde gran recepción en lo del embajador alemán a la que participaron solo políticos y académicos uruguayos.

[79] Einstein arrived at the reception at the College of Engineering at 10 A.M. He was accompanied by members of the college's council, professors of engineering  Carlos Berta and Bernardo Larrayoz, and Geille Castro and his assistants. Alvarez Cortés, the Minister for Public Works, was also present. Einstein was greeted by the dean of the college, Donato Gaminara, and by a large group of students and professors. he toured the college's laboratories and library and was presented with a diploma and a gold plaque. The diploma recognized Einstein as an honorary member of the Association of Engineering and Landsurveying Students (see El País, 29 April 1925, and Ingeniería, Vol. 17 [1925], 4).
In the early evening, Einstein visited the National Senate, where he was greeted by its president, Juan Antonio Buero.
In  his third and final lecture, Einstein again dealt with the general theory of relativity, including the role of Gaussian and Riemannian mathematics in developing his theory and the experimental proofs of his theory (see Ortiz and Otero 2001, p.19).
The reception was hosted by the German ambassador, Arthur Schmidt-Elskop. Among the attendees were Luis Alberto de Herrera, president-elect of the National Council, and Juan Carlos Bianco, Minister of Foreign Relations. Reports in the press listed the names of Uruguayan politicians and scholars but did not mention prominent Germans (see El Bien Público, 30 April 1925). The ambassador expressed his pleasure that Einstein was referred to as the sabio alemán (German scholar) in the Uruguayan press (see German Embassy, Montevideo to the Auswärtiges Amt, Berlin, 4 June 1925 [ByBPAAA, R64678])

Einstein Ing.

Albert Einstein con estudiantes de ingeniería, Montevideo 1925
Fuente
:
https://www.menscheinstein.de/biografie/biografie_jsp/key=3218/mkey=4382.html


30. Morgens Kino Südpol-Expedition, austral. Archipel und ein hübscher Chaplin-Film (Der falsche Pastor) eigens für mich von Glücksmann aufgeführt.[80] Nachmittags wundervolle Segelpartie. 6 Uhr Empfang im Ingenieurverein. Abends 9 Uhr grosses Bankett gegeben von Regierung und Universität. Ich sass neben Präsident und einem Minister und unterhielt mich vortrefflich. Wacht am Rhein statt deutsche Hymne gespielt.[81] Deutscher Ges. und ich schmunzelten. Die Menschen waren rührend und ohne Ceremoniel. Aber ohne Smoking gehts nicht.

30 De mañana: cine, expedición al polo sur, archipiélago austral una linda película de [Charlie] Chaplin (El peregrino) especialmente realizado por Glücksmann para mi [80]. Por la tarde una hermosa regata. A las 6 recepción en la Sociedad de Ingeniería. A las 9 gran banquete ofrecido por el Gobierno y la Universidad. Estuve sentado junto al Presidente y a un ministro y disfruté mucho de la conversación. Se tocó la "Guardia del Rin" [video] en lugar del himno alemán [video]. La colonia alemana y yo sonreímos. La gente amabilísima y sin etiqueta. Pero sin smoking no va.

[80] The Pilgrim was produced and directed by Charlie Chaplin in 1924. Max Glücksmann.

[81] At the reception of the Polytechnic Association, its president, Victor V. Sudriers, informed Einstein that he was to be elected a honorary member of the association.
The banquet was hosted by the University of the Republic, and held at the Hotel de Prado. Among the attendees were President José Serrato, ministers of state, members of the High Court, the Senate, and the Chamber of Deputies, the German ambassador, and university professors. Einstein was presented with a diploma [65 036] that appointed him as an honorary professor of the university. The banquet was followed by musical performances in the hotel's ballroom (see La Mañana, 29 April 1921; Ingeniería, Vol. 1 [1925], La Razón, 29 April 1925; El Día, 2 May 1925; and Ortiz and Otero 2001, p. 15)

(1 V) Bemerkung: das über Montevideo ist aus dem Gedächtnis am Dampfer [82] geschrieben. In Wirklichkeit war es viel mehr und bunter, so dass ich bei aller Liebe manchmal kaum mehr jabsen konnte. Es war aber viel menschlicher und erfreulicher als in Buenos Aires, wozu natürlich die kleineren Dimensionen des Landes und der Stadt beitrugen. Diese Leute erinnern eben an Schweizer und Holländer. Bescheiden und natürlich. Hol' der Teufel die grossen Staaten mit ihrem Fimmel. Ich würde sie alle in kleinere zerschneiden, wenn ich die Macht dazu hätte.

(1 V) Nota: lo de Montevideo fue escrito en el barco [82] desde el recuerdo. En realidad fue mucho mas y mas variado de suerte que a veces a pesar de hacer un esfuerzo apenas podía respirar. Fue mucho más humano y agradable que en Buenos Aires, a lo que contribuyeron las dimensiones menores del país y de la ciudad. Esta gente me recuerda a suizos y holandeses. Modestos y naturales. Al diablo con los grandes estados y sus manías. Si pudiera los cortaría a todos en pedacitos.

[82] The SS Valdivia belonged to the Société Générale des Transports Maritimes à Vapeur.

1 V. Alle Arbeit ruht und keine Autos dürfen fahren. Ich werde mit Stadt-Auto zur Bahn gebracht und mit Hafendampfern samt der zahlreichen Begleitung aufs Schiff gebracht. Valdivia. Französisch. Sehr dreckig und klein, aber freundliche Mannschaft und gemütlich. [83] Nur vor den Abtritten graust mir. 3 Tage kann mans aber aushalten. Meine Nerven sind abgespannt. Ich gäbe es drum, wenn ich in Rio nicht noch einmal aufs Trapez müsste. Aber man muss aushalten.

1 V. Todo el trabajo descansa y los autos no pueden andar. Me llevan a la estación en un auto de la ciudad y me trasladan al barco en vapores del puerto junto con numerosos acompañantes. Valdivia. Francés. Muy sucio y chico, pero la tripulación es amable y agradable. [83] Solo me horrorizan los inodoros. Pero tres días se puede aguantar. Mis nervios están tensos. Qué no daría por no tener que subir al trapecio. Pero hay que aguantar.

[83] Einstein was bid farewell by a large  number of professors and students at the dock (see El Día, 10 May 1925).

2 V. Der Schiffsarzt hat mir ein Buch von Le Bon mit Aphorismen zur Politik und Soziologie gegeben. Geistreich, aber nicht frei von gewissen Vorurteilen, insbesondere das kommunistische Problem betreffend. Er raisonniert wie die Liberalen von 1850. Auch ist er nicht frei von Militarismus.[84] Es wird ziemlich heiss. Dazu das ziemlich schwer und schlecht gekochte Essen. Man schläft schlecht. Gesellschaft am "Honoratiorentisch" recht gemütlich, besonders Kapitän. Sind viel angenehmer als Deutsche, viel schlichter und natürlicher. Dabei von einem gewissen Feingefühl, nicht zudringlich. Alle meine wissenschaftlichen Ideen, die ich in Argentinien ausdachte, erweisen sich als unbrauchbar.[85] Das Wetter ist schlecht bis mittelmäßig.

2 V. El médico de abordo me dio un libro de (Gustave) Le Bon (1841-1931) con aforismos sobre política y sociología. Ingenioso pero no libre de prejuicios, particularmente en lo que respecta al problema del comunismo. Razona como los liberales de 1850. Tampoco está libre del militarismo. [84] Hace mucho calor. Y a esto se suma la comida pesada y mal cocinada. Se duerme mal. La compañía en la "mesa de honor" es muy agradable, especialmente el capitán. Son mucho más simpáticos que los alemanes, más sencillos y naturales. Y además tienen una cierta delicadeza, no son entrometidos. Todas las ideas científicas que se me ocurrieron en Argentina resultaron inservibles. [85]. El tiempo es desde malo hasta regular.

[84] Gustave Le Bon: Hier et demain. Pensées brèves. Flammarion 1918.

[85] See Docs.  474 and 476 for references to an idea Einstein had while in Argentina

3. Wetter etwas besser. Viel Wind aber wenig erfrischend. Die Ruhe aber thut wohl. Morgen abend ist die Herrlichkeit vorbei, und ich muss ein letztes mal aufs Trapez. Diese paar Tage Affenkomödie werde ich mit Gottes Hilfe noch aushalten. Dann kommt dafür eine sehr schöne lange Heimreise. Ich kann mir ein regelmässiges, stilles Leben kaum mehr vorstellen, soviel Unruhe und Wechsel liegen hinter mir. Wie werden sich unsere Papierhelden freuen, dass sie den Michel den Hindenburg aufgeschwazt haben.[86] Dem deutschen Gesandten in Montevideo wars peinlich, und die Uruguayer machten sich über die Deutschen lustig: Die Nation, der man mit dem Stock die Klugheit ausgetrieben hat.

3. El tiempo ha mejorado un poco. Mucho viento pero poco refrescante. Pero la tranquilidad hace bien. Mañana por la tarde se terminó la gloria y tengo que subir al trapecio por última vez. Con la ayuda de Dios voy a poder aguantar aún estos pocos días de comedia de monos. Luego viene un largo y hermoso viaje de regreso a casa. Apenas puedo imaginarme una vida normal y tranquila, tanta intranquilidad y tanto cambio están detrás mío. Cómo se van a alegrar nuestros héroes de papel que le han embaucado "el Miguel" a Hindenburg. Para el embajador alemán en Montevideo fue engorroso y los uruguayos se burlaban de los alemanes: la nación de la que han expulsado la cordura a bastonazos.

[86] Retired general Paul von Hindenburg (1847-1934) had been elected president of Germany on 26 April 1925 (see Berliner Tageblatt, 27 April 1925, EE).

4. Ankunft in Rio bei Sonnenuntergang und prächtigem Wetter. Granitfels-Inseln von phantastischen Formen sind vorgelagert. Feuchtigkeit gibt geheimnisvolle Wirkung. [...]

4. Llegada a Río con puesta de sol y tiempo magnífico. Por delante están islas de granito con formas fantásticas. La humedad produce un efecto misterioso. [...]


***

Cecilia Cabeza, Raúl Montagne, Cristina Masoller.
Instituto de Física - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales;
Alejandro Romanelli
Instituto de Física - Facultad de Inteniería:
Sobre la visita de Einstein al Uruguay (1925) 1995

https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf


"La impresión que el sabio causa sobre los estudiantes está sintetizada en un artículo de la revista de los estudiantes: Einstein, el hombre

"... uno se siente sobrecogido de emoción als presentársele la ocasión de ver al sabio-cumbre y de hablar con él. Cómo será?... pero... se conoce al hombre, se habla con él, y la más honda y la más agradable sorpresa es la que se experimenta. Sencillo, sincero, amable, cautiva hondamente. Y uno entonces piensa cuán equivocadas eran las hipótesis que se formuló, y encuentra que el resultado es el lógico, el que corresponde a un gran sabio que lo es de verdad".

"Lo primero que impresiona al conocerlo es su risa característica, risa de alma de ni
ño, risa sin ficción. Si, eso es Einstein, un alma de niño, de niño grande que sabe ponerse serio, y un cerebro de sabio; creemos que es junto a su fama científica bien conquistada el más alto elogio que de él puede formularse".

La opinión de los estudiantes expresada a través de su publicación (Revista del Centro de Estudiantes de Ingeniería) se preocupa fundamentalmente por el aspecto humano y social de la visita.
 
"En su estada, siempre lo mejor que podía proporcionársele no eran los programas hechos, sino llevarlo a pasear. Un día caminando por Pocitos, fue con sus acompañantes marchando desde Trouville hasta el otro lado de la ensenada; otro día desde Carrasco hasta Punta Gorda. Le gusta caminar, observar, gozar del espectáculo de la naturaleza, libremente; y camina conversando con sus acompañantes, deslizando sutiles observaciones, abordando los más variados temas...".

"... Hemos dicho que ama los niños... En una visita imprevista a la Escuela Pública..., era de ver la satisfacción que se reflejaba en su fisonomía, que uno aprende a comprender, al hallarse entre los botijas, al examinar sus trabajos escolares. Y lo mismo en toda ocasión en que se halló con niños."

Los estudiantes opinan que:

"La juventud universitaria pudo tener con su venida una enseñanza de tanto valor como la científica: conocer al sabio, conocer AL HOMBRE".

Fue propósito de los estudiantes hacer agradable la estadía de Einstein al Uruguay.

"Podemos estar seguros de que se va contento de Montevideo, de que no ha hecho sino ratificar la opinión favorable al Uruguay, que demostró traer con solo los informes que habían llegado a sus oídos, sin conocerlo aún. Y para ello ha bastado con no cansarlo con acto de protocolo excesivo, con no fastidiarlo con su teoría de la relatividad, con preocuparse tan solo de hacerle agradable la estada...".

Dicho propósito fue confirmado en su carta que envía desde Berlín a la Asociación Politécnica de Montevideo en setiembre:

"... Con este motivo recuerdo también esas florecientes y hermosas tierras.".


***


EINSTEIN Y VAZ FERREIRA


Relato del encuentro de Albert Einstein (Ulm 1879 - Princeton 1955) con Carlos Vaz Ferreira (Montevideo 1872 - 1958) en: Cecilia Cabeza, Raúl Montagne, Cristina Masoller. Instituto de Física - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli, Instituto de Física - Facultad de Ingeniería: "Sobre la visita de Einstein al Uruguay (1925)" (1995).
https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf

El filósofo Carlos Vaz Ferreira y su hermana la profesora y poetisa uruguaya María Eugenia Vaz Ferreira (1875-1924) eran hijos de Manuel Vaz Ferreira, un comerciante portugués, y Belén Ribeiro.
Ver: Casa-Quinta y Familia Vaz Ferreira y Quinta Vaz Ferreira.

Einstein Vaz Ferreira
Einstein junto a Vaz Ferreira en la Plaza Artola hoy Plaza de los 33 Orientales.
24 de abril de 1925, Montevideo, Uruguay
https://www.gadu.org/antologia/la-visita-de-einstein-a-montevideo-en-1925-ortiz-otero/


plaza de los 33
Plaza de los 33 Orientales (en el fondo el Cuartel Centenario de Bomberos)
ubicada entre 18 de Julio, Magallanes, Minas y Colonia
http://www.viajeauruguay.com/montevideo/plaza-de-los-33-orientales-en-montevideo.php

6. Einstein y Vaz Ferreira

Dentro de los círculos intelectuales, aparentemente la visita del Sabio no despertó mayor intereés, ya que en las revistas de la época no hubo ningún artículo que hablara de la misma.

La excepción es quizás el filósofo Carlos Vaz Ferreira, quien tenía un gran interés en la teoría desarrollada por Einstein.

En 1922, dicta una serie de conferencias. "En que está la teoría de la relatividad". En su informe anual de la Cátedra, dice:

"... La casi totalidad de las conferencias de este año fue dedicada a un examen crítico de la teoría de la relatividad desde un punto de vista filosófico y lógico (también desde el punto de vista científico, en cuanto puede estar a mi alcance). No fueron conferencias de exposición (sin perjuicio de algún auxilio que procuré mostrar para la comprensión de las teorías, elección de lecturas, etc.) sino de interpretación..."

Según Sara Vaz Ferreira, su padre sentía una gran admiración por Einstein; prueba de esto es la dedicatoria de un libro que regala al Sabio, y que éste deja olvidado en la residencia donde se hospeda: "A Einstein, allá arriba".

Incluso en la biblioteca de Vaz Ferreira, se encuentran numerosos volúmenes referidos a la teoría de la relatividad, escritos no sólo por Einstein, sino también por otros físicos famosos de la época.

También cuenta Sara Vaz Ferreira, que su padre estaba nervioso unos días antes de la llegada del Sabio; paseaba por el jardín de su casa inquieto, pensando en sus propias conclusiones sobre la teoría de la relatividad, que tenía la intención de exponer a Einstein.

El interés en conocerse era recíproco, ya que Einstein había oído hablar del filósofo y tenía la intención de conocerlo personalmente. Uno de los hijos del Sr. Rossemblatt [sic], relata que Einstein poseía una peque
ña libreta donde tenía anotados los nombres de las personas que quería conocer en cada país; en Montevideo sólo figuraba el nombre de Carlos Vaz Ferreira, a quien decide dedicarle toda una tarde para conversar.

No obstante el interés que Einstein despertaba en Vaz Ferreira, éste no se presenta el día fijado para la entrevista, ya que delante de la puerta de la casa donde se hospedaba Einstein, se siente intimidado por su presencia, y no se anima a entrar. Se decide a concertar una nueva entrevista, menos formal, que finalmente se concreta en la Plaza de los Treinta y Tres, donde sentados en un banco, ambos discuten diferentes aspectos de la teoría de la relatividad.

El diario "El País" del día 25 de abril, en la página 3, publica una versión taquigráfica (no oficial) de la misma.

Einstein: - mi concepto del universo es circunferencial. Partiendo de un punto, la línea parece que se aleja de él, pero en realidad a él se acerca y en él termina. Quiero decir, que lo que se aleja, se acerca, que lo que se va, viene; que lo que está aquí, está realmente allí; que la luz es la sombra; que lo que es, no es...

Vaz Ferreira: - No creo tanto; pero sí que lo que se aleja puede en realidad estarse acercando; que lo que está aquí puede realmente estar allí; que la luz puede ser la sombra; que las apariencias engañan, que lo que es, puede ser que lo sea y puede ser que no...

Einstein: - Fijaos en la luz del sol...

Vaz Ferreira: - ¿Y quién puede afirmar que esa luz es del sol, y que el sol es él?

Einstein: - Es que seguramente ni el sol es el sol, ni la luz es la luz, ni que la estoy viendo, ni yo soy yo...

Vaz Ferreira: - Yo no llego a ser tan radical. No afirmo. No afirmo que yo no sea yo, pero digo que es posible que no lo fuera, o que lo fuera.

Einstein: - Ud. dice que dice, pero por mi teoría, en verdad, no dice nada...

Vaz Ferreira: - Y por la mía, Ud. puede ser que esté diciendo algo, y puede ser que no.

Einstein: - ¿Hablo con Vaz Ferreira?

Vaz Ferreira: - Según mi teoría puede ser que sí. Y yo, ¿hablo con Einstein?


Vaz Ferreira asiste a todas las conferencias de Einstein, llegando, según su costumbre, una hora antes para conseguir una buena colocación. Según Sara Vaz Ferreira: ...

”Todo Montevideo acudió en forma masiva, colmando la capacidad del Paraninfo, las escaleras interiores y exteriores, la explanada de la Facultad de Derecho. En la segunda, satisfecha la curiosidad de ver al gran hombre, y ante la imposibilidad absoluta, total, de entenderlo, se inició una discreta deserción. Antes de empezar la tercera, Einstein paseó la mirada de sus espléndidos ojos negros por el raleado auditorio y constató "animo giocando": "Il ne reste plus courageux". (Sólo quedan los más valientes). Naturalmente, Vaz Ferreira estaba entre ellos."

El filósofo uruguayo regala a Einstein varios ejemplares de su obra, quien posteriormente le envía una carta, con un comentario positivo sobre el libro "Le Pragmatisme" [Montevideo 1914].

El entusiasmo de Vaz Ferreira no es pasajero, no se reduce a la época de auge de la teoría de la relatividad. Prueba de ello es la conferencia que dicta en abril de 1955, en ocasión de la muerte del Sabio, en su calidad de Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias.

"Con respecto a la teoría de la relatividad" -el Decano recuerda que- no es la teoría misma la que se discute hoy: ella quedó confirmada por tres hechos: la explicación de la anomalía del perihelio de Mercurio, que antes no se podía explicar (con ese objeto se había supuesto la existencia de un planeta interior a Mercurio, que se intentó llamar Vulcano, pero la existencia de éste no se confirmó, resultando en cambio que la teoría de Einstein explicaba la anomalía observada). La segunda confirmación resullllltó de la observación de eclipses de sol, en que se observó la desviación de la luz por influencia de un campo poderoso de gravitación. Y la tercera resultó de un hecho anunciado de antemano por Einstein, o sea el corrimiento de los rayos del espectro hacia el rojo en un campo de gravitación poderoso, lo que también fue confirmado. Lo que se discute todavía no es la teoría misma de la relatividad, sino la tentativa de unificar el campo gravitacional con el electromagnético, tentativa en que habían fracasado, entre otros, Eddington y, al principio, también el mismo Einstein; habiendo quedado en discusión una tentativa posterior de este sabio, sobre cuyo éxito se ha opinado diversamente."


Ferreira Einstein

Monumento a Albert Einstein con Carlos Vaz Ferreira en 1925.
Plaza de los Treinta y Tres Orientales, Montevideo, Uruguay.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ferreira_Einstein.jpg


Ver esta versión del diálogo (Octubre 06, 2008)
http://viajandoporuruguay.blogspot.com/2008/10/cuando-einstein-nos-visito.html?m=1



Bibliografía

The Collected Papers of Albert Einstein. Volume 14. The Berlin Years: Writings & Correspondence. April 1923 - May 1925. Diana Kormos Buchwald, József Illy, Ze'ev Rosenkranz, Tilman Sauer, and Osik Moses, Editors. A.J. Kox. Issachar Unna, and Dennis Lehmkuhl. Associate Editors. Princeton University Press 2015, 79-80. (Ver aquí)
Texto: https://einsteinpapers.press.princeton.edu/vol14-doc/797

Ver esta versión:
http://www.tagtt.de/albert_einstein/archive/moment/reise_s%C3%BCdamerika_40_7_uhr_morgens_ankunft...-404870

Alfredo Tiomno Tolmasquim: Science and Ideology in Einstein's Visit to South America in 1925. In: Christoph Lehner, Jürgen Renn, Matthias Schemmel (Ed.): Einstein and the Changing Worldviews of Physics. Springer 2011, 117-133 (Ver aquí)

Eduardo L. Ortiz, Mario H. Otero: La visita de Einstein en Montevideo en 1925.
https://www.gadu.org/antologia/la-visita-de-einstein-a-montevideo-en-1925-ortiz-otero/


Cecilia Cabeza, Raúl Montagne, Cristina Masoller. Instituto de Física - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales; Alejandro Romanelli, Instituto de Física - Facultad de Inteniería: Sobre la visita de Einstein al Uruguay (1925) (1995)
https://www.fing.edu.uy/biblioteca/revistas/247637-1.pdf


Casa-Quinta y Familia Vaz Ferreira
http://www.barrioatahualpa.com/seccion_arquitectura/2_quintas_vazferreira.html

Quinta Vaz Ferreira
http://www.quintavazferreira.org.uy/quinta_jardin.html

Hisitoria del Barrio Capurro (Montevideo, Uruguay)
https://www.taringa.net/+apuntes_y_monografias/historia-del-barrio-capurro-montevideo-uruguay_12xzuf




9. NOTAS SOBRE LA ESCLAVITUD EN EL URUGUAY


César Vidal Manzanares

La lucha contra la esclavitud


"A lo largo del siglo XIX la emancipación de los esclavos se convirtió en una bandera utilizada en la lucha contra el poder colonial —México abolió la esclavitud en 1813; Venezuela y Colombia, en 1821 —, pero no siempre con convicción. La explicación de este comportamiento no podía ser más obvia: el proceso de abolición chocaba con los intereses de la burguesía. De hecho, Uruguay mantuvo la esclavitud hasta 1869; España, en Cuba, hasta 1886; y Brasil, hasta 1888.

Cualquiera de estos procesos emancipatorios es dudoso incluso que hubiera comenzado sin los precedentes del mundo anglosajón, puesto que fue Inglaterra la que durante el Congreso de Viena instó a las otras potencias europeas a adoptar medidas similares a las aprobadas por su Parlamento." (Extracto de "El legado del cristianismo en la cultura occidental", Espasa, 2000, pp. 208-214).

Ing. Ponciano S. Torrado: La esclavitud en el Uruguay
Almanaque del Banco de Seguros del Estado, 1965

"El Uruguay no pudo sustraerse a este negocio infame. La trata de negros en la Banda Oriental, igual que en sus hermanas latino americanas, constituyó un excelente negocio para los negreros y, en cierto aspecto, para las arcas del Cabildo. En particular para Montevideo, porque su puerto favorecía el tránsito de buques de ultramar. En la segunda mitad del siglo XVIII, entre los años 1750 y 1810, entraron a puerto, traídos por buques de diferentes nacionalidades unos veinte mil esclavos que aportaron, por concepto de tributos, unos trescientos mil pesos fuertes. Un negro valía unos doscientos pesos de esa moneda. En cambio, unos pocos de ellos quedaban en Montevideo.

Un censo practicado en 1778 indicó un total de 1368 esclavos, suma equivalente al 20% de la población montevideana de entonces. Con el crecimiento y desarrollo de Montevideo, el número de esclavos aumentó considerablemente llegando, en 1790, a 5.000 aproximadamente, más de la población total. Las condiciones sanitarias en que llegaban los pobres infelices hacinados en las bodegas, mal alimentados y sin condiciones higiénicas de ninguna clase, causaron mortandad y afecciones graves que alertaron a las autoridades responsables de la salud pública.

En cierta oportunidad, el Cabildo de Montevideo, teniendo en cuenta que el depósito de los negros se hacía dentro del pueblo, procedimiento que estimó "opuesto a la piadosa mente del soberano que no vigila en otra cosa que proporcionar a sus vasallos por cuantos medios le dicta su tierno amor, la mayor sanidad y preservarlos de todo contagio"......... dispuso una serie de medidas profilácticas con respecto a la introducción de negros que viene cubiertos de sarna y llenos de otros males capaces de infectar la parroquia, por lo cual "corresponde prevenir el daño general que pueda esparcirse en la ciudad........ "

Las disposiciones de orden higiénico comprendían la creación de una Junta de Sanidad, la obligación de visitar los buques que hacían tráfico de negros y la permanencia en puerto por un plazo de cuarenta días."


Alex Borucki et al.:
Esclavitud y trabajo: El proceso de abolición de la esclavitud en el Uruguay (1841-1862)
(Ver también aquí)

"El nacimiento del Estado Oriental fue paralelo a la progresiva aprobación de leyes y decretos en pos de la libertad de vientres y de la prohibición del tráfico de esclavos. Sin embargo, el proceso de abolición solo se inició decididamente a partir de la coyuntura abierta por la Guerra Grande. Hubo manumisiones parciales vinculadas a conflictos bélicos desde el período colonial, continuando tales prácticas durante la revolución en el Río de la Plata, y extendiéndose hasta las guerras de independencia contra el Brasil. Las leyes de libertad de vientres, propias de la legislación contra la esclavitud, se elaboraron desde los tiempos de la revolución, de la independencia, y figuraron en la primera Constitución.

En los primeros años del Estado Oriental se promulgaron disposiciones para prohibir el tráfico, cuya reiteración evidencia su relativa efectividad. Recién en 1839 se firmó un tratado con Gran Bretaña para terminar con la trata, el cual fue ratificado en 1841. Ese mismo año se iniciaron las prácticas de manumisión vinculadas a la Guerra Grande. Solo un contexto político internacional favorable y una coyuntura bélica apremiante determinaron la concreción de la abolición.

Más allá de la legislación y de los discursos contra la esclavitud, las prácticas de manumisión del poder político fueron signadas por una dinámica estrictamente bélica." (pág. 11).



Roberto Bracco, José Lopez Mazz, Beatriz Orrego Rojas, Nicolás Batalla, Rodrigo Bongiovanni:
Esclavitud y afrodescendientes en Uruguay. Una mirada desde la antropología.
Udelar 2012, págs. 14 ss.

"¿Por qué fueron trasladados a América los africanos?

Porque los indígenas americanos ya no estaban disponibles en gran cantidad, por haber sido diezmados como consecuencia de las condiciones de trabajo y de las enfermedades que se contagiaron de los europeos (como la gripe y viruela).

Porque aunque los indígenas siguen siendo explotados, no se lo hace a través de relaciones estrictamente de esclavitud. Estas eran económicamente menos beneficiosas que las que se obtenían con el uso de esclavos procedentes de otras tierras.

Porque el tráfico expande e intensifica las redes de compra y venta de bienes, beneficiando a otros grupos dominantes que no obtienen sus ganancias directamente de la producción, sino del comercio. Ello se ve facilitado cuando los europeos logran tener acceso, dominar y expandir el tráfico de esclavos africanos.

¿De dónde venían?
 

El origen geográfico de los esclavos negros traídos a América es muy variado. Los que fueron introducidos en el Río de la Plata, llegan principalmente desde las costas de Guinea, Congo, Angola, Mozambique (en África) y otros desde Brasil.
 

Principales puertos relacionados con la trata de esclavos africanos
 

En la costa occidental africana los principales puertos relacionados al tráfico de esclavos, se encuentran en la Isla de Gorea, el puerto de Elmina, Calabar, Cabinda y Luanda (éste particularmente vinculado al arribo de africanos a este sector del continente). En la costa oriental africana se destaca el puerto de Zanzíbar. En América Hispana, Buenos Aires y Montevideo fueron puertos de arribo. Desde aquí continuaban su viaje forzado hacia otros lugares como Potosí, Paraguay, Valparaíso y Lima. En el territorio portugués americano, en Brasil, también existían puertos de llegada de esclavos africanos. Los principales eran Bahía y Río de Janeiro. Estos frecuentemente también proveían de esclavos al Río de la Plata. El cruce del Atlántico se hacía en barcos modificados especialmente para llevar la mercancía humana. Los esclavos se encerraban debajo de cubierta, donde no veían el sol. Apretados y encadenados, allí comían cada veinticuatro horas un poco de harina de maíz o mijo y un pequeño jarro de agua. Allí también hacían sus necesidades. Eran maltratados verbal y físicamente, eran continuamente azotados. Muchos morían o llegaban a destino gravemente enfermos. Se estima que del total de los que eran embarcados, cerca del 30% morían en el viaje o durante los primeros días luego del arribo.

[....]

El Caserío de Filipinas o Caserío de los Negros en Montevideo

En la fundación española de Montevideo, en el año 1726, participan exclusivamente 131 españoles, sin esclavos ni siervos. Pero unos años después el Cabildo de la nueva ciudad-puerto, en vista de la falta de mano de obra, solicita a las autoridades coloniales competentes, la importación de esclavos negros. Concuerdan los historiadores que desde el año 1743 se inicia la introducción regular de esclavos a Montevideo. Los primeros fueron traídos por el asentista Thomás Navarro desde las costas de Guinea, a cambio de cueros. Hacia 1756, tres décadas después de la fundación de la ciudad de Montevideo, arribó un navío portugués con cargamento de esclavos, procedente de Angola. En los primeros tiempos, antes de la venta, la mercadería humana era depositada en edificios dentro del perímetro de la ciudad amurallada. En el año 1787 se otorga permiso a la Real Compañía de Filipinas para realizar el tráfico de esclavos, dándose en 1788 su primer arribo. A esta compañía se le otorga el derecho de introducir en los puertos de Montevideo, Chile y Perú, la cantidad de cinco a seis mil esclavos por año, durante dos años Es en este momento cuando el Cabildo de Montevideo, ante los reclamos de los vecinos, entendió necesaria la construcción de un espacio que «resguardara» a los esclavos, pero sobre todo a los pobladores del lugar, de posibles enfermedades traídas en el viaje.

 El lugar fue construido por la Compañía de Filipinas para depositar a los esclavos en cuarentena (durante 40 días) antes de reembarcarlos a Buenos Aires y otros puertos o de ponerlos a la venta en la propia ciudad. Es así que se realiza una construcción, la más grande de las proximidades de la ciudad amurallada, la cual será conocida como Caserío de Filipinas o de los Negros. Los depósitos de esclavos en América, como el Caserío de Filipinas, durante el período de trata, cumplían varias funciones. Eran depósitos de almacenamiento hasta la venta, espacio de cuarentena, lugar para recuperar la mercadería de las penurias del viaje y de aclimatación a las nuevas condiciones. Asimismo permitían un mejor y mayor control para que se cumpliera con las cargas tributarias. También eran sitios por donde se introducía mercadería de contrabando, humana o no. Al considerar el Caserío de los Negros, debemos reparar en la ubicación que se le había asignado: fuera de las murallas del Montevideo colonial. El Caserío formaba parte del sistema colonial, pero constituía un espacio relegado al entorno no ordenado, no planificado, de las tierras de la Corona Española. Era un espacio-otro, marginado y alejado del espacio reglado de la ciudad. Si bien la condición de esclavos los había subordinado hacía tiempo a la condición de mercancía, el ingreso al espaciociudad sería la inserción formal de los esclavos al mundo ordenado de la colonia.

[...]

Interrumpida la trata durante el proceso de independencia e iniciado el largo proceso de abolición, el edificio es utilizado con diferentes fines, sufriendo las contingencias del tiempo y de los tiempos. Según las fuentes documentales, el Caserío de Filipinas va a perder buena parte de los techos en las primeras décadas del siglo XIX, sirviendo sus restos en 1814, con motivo del sitio de Montevideo, como lugar de alojamiento precario para las tropas de Fernando Otorgués. A mediados del siglo XIX se le describe como una ruina.

Habiendo sido -por sus dimensiones, arquitectura y sus múltiples funciones- una de las construcciones más importantes de extramuros para fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, así como, ya en ruinas, un punto de referencia de la costa oeste de la bahía durante el siglo XIX, la ubicación del Caserío de Filipinas de Montevideo se pierde en forma poco explicable, hacia los inicios del siglo XX. Diferentes historiadores lo reconocen como un hito inicial en la construcción del espacio que devendrá en el emblemático Barrio Capurro. Sin embargo no exhiben acuerdo en su ubicación.

Estas discrepancias se mantienen a lo largo del siglo XX y generan múltiples confusiones. Entre otras, distintos actos administrativos lo reconocen en distintos lugares. Ello ha generado dificultades en la identificación arqueológica de la estructura del Caserío, tema que ya fuera abordado desde principios de la década pasada (Onega y Curbelo 2004). La importancia de dicho abordaje es que constituyó el primer trabajo sobre arqueología de la esclavitud africana en Uruguay.

A comienzo del siglo XXI un análisis de documentos de época y principalmente planos históricos señalan al predio que se ubica entre la calle Capurro, Juan María Gutiérrez y el Parque Capurro como el emplazamiento más probable. Parte de este predio hoy está ocupado por la “Escuela de Capurro”. (Actualmente “Washington Beltrán” y “Romildo Risso”). La escuela tiene una larga historia y una parte está guardada en su título de propiedad. En éste encontramos que hacia el año 1844 un señor llamado Nicolás Possolo solicita al gobierno que se le venda el predio donde había estado emplazado el Caserío de los Negros (“respetuosamente se presenta y dice que existiendo entre la Barra del Arroyo Seco y la del Miguelete un área de terreno de propiedad pública, en la cual se encuentran las ruinas de un edificio conocido por Caserío de los Negros, propone a V.E. comprarlo [...]”). El Gobierno accede a la petición.

En el año 1864 dicha propiedad es comprada por Juan Bautista Capurro. No mucho después uno de sus hijos construye ahí su casa. [subrayado de los autores de este sitio, RC] Hacia el 1900 el predio con la casa es alquilado para que sea sede de la escuela pública de aquel próspero barrio de emigrantes. En el año 1902 la Intendencia de Montevideo demuele las últimas ruinas que quedaban en pie del Caserío. Imaginamos nosotros que como forma de mejorar el espacio escolar. En 1920 el Consejo Nacional de Educación compra la propiedad, funcionando hasta hoy en ella la escuela nº 47 y 51. No aparenta ser producto de la casualidad, ni inocente, que la inmensa contradicción que alberga ese lugar, desde depósito de esclavos hasta escuela pública, haya sido el motivo del ocultamiento de su historia por parte de una sociedad que trató de olvidar su pasado esclavista.

Entre 1500 y 1867 habrían llegado a América Latina y el Caribe 12.000.000 de africanos como esclavos. Casi la mitad de ellos entre 1750 y 1825. Para el caso del Río de la Plata, en el siglo XVII, se estima que arribaron, por vía marítima, unos 14.000 esclavos a Buenos Aires, y en la primera mitad del siglo XVIII lo hicieron algo más de 20.000. Entre 1786 y 1812, al menos 60.000 esclavos fueron traídos al Río de la Plata desde África y Brasil, más aquellos que llegaron a través de la frontera entre la Banda Oriental y Río Grande. Alex Borucki: «El tráfico de esclavos en el Virreinato del Río de la Plata, 1777-1812».

Distribución de los trabajadores domésticos de Montevideo. Año 1853.

Trabajo Blancos «de color»

Sirvientes 63 315
Lavanderas 197 721
Cocineros 107 455
Amas de leche 38 56
Costureras 32 s/d Planchadoras 47 s/d

Fuente: Alex Borucki, Karla Chagas y Natalia Stalla: Esclavitud y trabajo…, o. cit., p. 221. La expresión «de color» aparece en la fuente original 

"El “caserío” En el año 1787, el Cabildo, ante la proximidad de la llegada de dos fragatas inglesas con 1000 esclavos, ordena a la Real Compañía de Filipinas construir “habitación bastante para los negros […] en la boca del Arroyo Miguelete, hacia la parte del Cerro, que es el paraje que está a la costa del mar y se nombra Jesús María” (Studer, 1958: 273). Pero el propietario de las tierras donde se dispone construir el “caserío”, argumentando que perjudica a sus haciendas, labranzas y ganado, logra que la autoridad colonial lo reubique en la boca del Miguelete, en la costa de la playa. Y es así que se construye el “…establecimiento donde se depositaban en cuarentena los negros importados por la Compañía de Filipinas ocupaba una manzana de terreno, bajo muro, teniendo en el centro cinco piezas edificadas, dos grandes almacenes, cocina, techo de teja. Por mucho tiempo, y hasta principios de este siglo, sirvió para depósito de los pobres negros condenados a la esclavitud”. (De María, 1976: 263-264).

¿Quiénes se beneficiaban con el comercio de esclavos?

Hacia el año 1791, la corona española declara a Montevideo único puerto para la introducción de esclavos para el Río de la Plata, Chile y Perú. Se autorizaba el comercio de cueros con Brasil. A su retorno las embarcaciones podían traer: esclavos, café, algodón, aguardiente. Brasil se transforma, para ese entonces, en el principal proveedor de esclavos del Río de la Plata a través del puerto de Montevideo. El comercio de esclavos se transformó en uno de los principales rubros de la economía montevideana. La burguesía montevideana, acaparó el tráfico de esclavos y desarrolló el emporio esclavista más grande que jamás conoció el Río de la Plata. Los más destacados comerciantes de Montevideo, integrantes de una sociedad fina y culta se habían convertido en los más importantes comerciantes de esclavos de la América del Sur. Entre estos comerciantes encontramos a Francisco Juanicó, Luis Godefroy, Mateo Magariños, Cristóbal Salvañach, Pascual Parodi, Pedro Francisco de Berro, Joaquín de Chopitea, Juan Vidal y Batlla, Carlos Camuso, Antonio Massini, José Batlle y Carreó, José de Errazquin, Francisco Antonio Maciel y Lucas Obes. La gran mayoría tuvo participación activa en el proceso independentista. También, por el cobro de los derechos de importación, se beneficiaba la corona española. Entre los años 1750 y 1810, entraron al puerto de Montevideo, unos veinte mil esclavos que aportaron, por concepto de tributos, unos trescientos mil pesos. El valor de un esclavo variaba, podía llegar a los 300 pesos y la ganancia que obtenía el amo del trabajo del esclavo dependía de su fortaleza, salud, edad y habilidad manual."



GÜÉ - LA HUELLA AFRO EN URUGUAY

Barrio Capurro

Fuente: LOS BARRIOS DE MONTEVIDEO – Paso Molino-El Prado y sus alrededores- autores Aníbal Barrios Pintos / Washington Reyes Abadie)

En el paraje que habría de constituirse en el barrio Capurro, existían , en el ultimo cuarto de siglo XVIII , unos edificios conocidos como el “Caserío de los Negros”. A partir de 1743 , en que llego al Puerto de Montevideo , por cuenta del asentista Thomas Navarro, un barco procedente de las costas de Guinea cargado de infelices negros para el comercio de la esclavatura, cada vez fueron mas frecuentes los cargamentos de esclavos que llegaban a nuestra ciudad, a menudo, en deficientes condiciones de higiene. Ese tráfico de negros esclavos se acrecentó muy especialmente en 1810, para luego decaer. Antes de ser subastados, los negros eran alojados en depósitos ubicados dentro de los muros de la ciudad. Entre las compañías que realizaban el trafico, se destacaba la española “Real Compañía de Filipinas” , autorizada a transportar hacia América de cinco a seis mil negros por año. En 1787, ante la inminencia de la llegada del primer cargamento de la Compañía de Filipinas, el Cabildo montevideano, por temor al contagio de las enfermedades que los desembarcados podrían desencadenar en la ciudad, obligó al representante de la Compañía José de Silva a construir “habitación bastante para los negros, que se esperan y demás que sucesivamente vendrán a este puerto en la boca del Arroyo Miguelete, hacia la parte del Cerro, que es el paraje que esta a la costa del mar y se nombra Jesús Maria, distante de esta Ciudad tres cuartos de legua, en cuyo puesto deberán permanecer precisamente como el mas cómodo para ellos mismos y sin riesgo alguno para el publico” Por lo demás, si alguno de los esclavos moría, debía ser enterrado en ese lugar. Las autoridades capitulares habían señalado el paraje antedicho para defender a la comunidad de las enfermedades que mas corrientemente traían los negros esclavos : calenturas pútridas, sarna, viruela, escorbuto, disentería, atento a considerar que dicho paraje era el mas salubre para que allí los desembarcados pasaran su cuarentena, dado que – según dirían – “soplan generalmente vientos del este y sur este por ello se hace mas oportuno y necesario el lugar que han destinado para los negros porque estos vientos reinantes defienden a esta población , como opuesta a aquel lugar de todo contagio en los halitos”.

En un comienzo, el local consistió en un galpón, en la desembocadura del arroyo Miguelete, en su margen izquierda, frente a la Punta de Piedras, que luego fue objeto de sucesivas modificaciones que le constituyeron con cinco piezas, con grandes almacenes y cocina, con muros de material y techos de teja. Según el Arqto. Carlos Pérez Montero, el establecimiento se encontraba emplazado en la que hoy es la esquina de las calles Capurro y Juan Ma. Gutiérrez, Ildefonso Pereda Valdés, por su parte, en su obra “El Negro en el Uruguay – Pasado y Presente” Montevideo, 1965, Págs.34, ubica el Caserío de los Negros sobre la calle República Francesa y Ruta 1. Hacia 1802 , las edificaciones se hallaban abandonadas y se había iniciado el saqueo de las mismas, con el robo de puertas y ventanas. En 1804, José Pérez propone a José Silva alquilar “un cuartel de la Casa de los Negros”. Pensaba usar dicha construcción como almacén de trigo, especificando que en caso de alquilársele dicho cuartel , procedería previamente al envío al lugar de un capataz con otro hombre a efectos de limpiar con agua caliente el lugar, para exterminar las innumerables pulgas de que estaba plagado. El alquiler del cuartel no se concreto por causa de “haber sido habitada recientemente por negros enfermos” Durante el primer periodo revolucionario, durante los dos sitios que sufrió Montevideo, entre 1811 y 1814, el Caserío sirvió como asiento de tropas de la guarnición de la Ciudad.

En 1814, por disposición de Alvear , sirvió también – según Isidoro de Maria – de alojamiento temporario a las tropas que evacuaron la Plaza en el mes de junio de aquel año. Mandado inspeccionar por el Cabildo en febrero de 1816 , el estado del caserío era lamentablemente. Destechadas las piezas, cocinas y dos almacenes de veinte varas de largo cada una. Faltaban cuarenta puertas y ventanas con sus marcos y unas ocho puertas y marcos de las piezas de azotea. En 1902, la Municipalidad dispuso la demolición de las ruinas y escombros a que , por entonces, había quedado reducido el “Caserío de los Negros”.

Pero, en definitiva, quien daría nombre al barrio era el inmigrante italiano Juan Bautista Capurro. Había nacido en la localidad de Voltri, cercana a Génova, en el ultimo decenio del siglo XVIII y había arribado al país algo antes de 1829. En efecto: en este último año, existe un documento expedido el 9 de julio, por las autoridades del Oriente de Montevideo, por el cual se hace constar que “ha obtenido el grado de Maestro Simbólico” y se solicita a quien correspondiere en la Orden  Masónica se le recibiere y auxiliare “fraternalmente”. Era marino mercante, como lo comprobaba su patente de “capitán de gran cabotaje”, expedida el 25 de enero de 1819, en Turín, por orden del Secretario de Guerra y Marina del Rey de Cerdeña, Víctor Manuel. De sus actividades marítimas, anteriores a su llegada a Montevideo, solo se puede afirmar con cierta seguridad que había navegado por el Mar Negro trasportando cargamentos de trigo. Ya radicado en nuestro país continuo navegando por algún tiempo, a estar a su declaración en la Capitanía del Puerto de Montevideo, de enero de 1830, en que dice que unos días antes el barco “Penguin” , del que era capitán, había sido “sorprendido por un fuerte viento soplando del W y del SW , descubriéndose entonces que al embarcación hacia agua” No se sabe si continuo navegando después, pero si, hay noticias sobre su actuación como armador o consignatario marítimo. El 4 de octubre de 1836 , como consta en el Libro de Matrimonios de la Iglesia Matriz, se casó con Prudencia de Castro, montevideana, hija de Agustín de Castro y Maria Genoveva Castro y hermana del que seria destacado hombre publico, Carlos y de Agustín y Juan Pedro, también futuros legisladores. De dicho matrimonio nacieron Juan Alberto, Prudencio Agustín y  Luís Federico, en Montevideo,  Eduardo Pedro Pablo, nacido en Génova. Los hermanos Capurro Castro fueron enviados desde niños a Italia. Estuvieron primero en el colegio de los Padres Escolapios de Savona y después pasaron Juan Alberto y Federico a la Real Escuela de Bellas Artes de Turín, donde el primero se recibió de ingeniero-arquitecto. Federico no terminó los estudios, dedicándose tal vez a su vocación pictórica. El hogar de los Capurro-Castro estuvo primero en la Ciudad Vieja , donde nacieron sus hijos mayores. Después construyó una hermosa casa, en las proximidades de lo que había sido el Caserío de los Negros, donde Capurro vivió hasta su muerte, con su familia y numerosos “agregados”. Esta quinta, denominada “La Meca” , formaba parte de terrenos que Capurro había adquirido, en mayor extensión, en un comienzo en condominio con José Lapuente, abonando 2.000 patacones a Tomas Basañez, en la margen izquierda del arroyo Miguelete en su desembocadura en la bahía de Montevideo y con un amplio frente sobre la misma bahía y llegando, por el este, hasta el paraje del antiguo Caserío de los Negros, según escritura autorizada por el escribano Salvador Tort el 29 de diciembre de 1837. Ese mismo nombre de “La Meca” fueron explotados por Capurro con destino a los buques de ultramar, que solían retornar sin carga a Europa y necesitaban lastre y naturalmente agua dulce, de la cual había en abundancia en esa extensión que abarcaba unas 24 cuadras cuadradas. En su “Montevideo Antiguo” dice Isidoro de Maria: “El año 1866 vino otra gran seca a embromar a la gente con la escasez del agua (… ) Capurro se ofreció a traer toda la precisa de su establecimiento en la playa del arroyo Seco, para el servicio de la población. Aceptada la generosa oferta , se traía embarcada de esa playa. En solo 18 días se repartió al vecindario la friolera de 2.133 pipas de agua, costando ese servicio a la Comisión de Salubridad, 1.514 pesos”

Pero la llegada a la ciudad de los carros aguateros procedentes de los pozos de Capurro provocaban verdaderos motines de gente enardecida. Ante estas escenas de violencia, Juan Bautista Capurro ofreció al Municipio un servicio de agua desde sus manantiales, mediante la instalación de cañerías. Cuando se discutía esta oferta y poco antes de perfeccionarse el respectivo contrato, llovió copiosamente y con esto se soluciono la anterior angustia, los aljibes se llenaron y Capurro se quedo con sus manantiales, sin poder concretar la iniciativa. Otro genotes, Capitán de Barcos de la Compañía Cosulinch de Trieste, al retirarse de su profesión, vino a radicarse en el barrio Capurro frente a la playa. Este Capitán era Ambrosio Rotondo, a quien Capurro le encomendó la administración de la explotación arenera. Poco después, el emprendedor hombre de negocios construyo el llamado “Muelle Capurro” para servir a la provisión de arena como lastre a los barcos que, como dijimos , retornaban sin carga a Europa. Poco a poco , los altos medanos de la zona fueron desapareciendo, trasladados a los buques por la empresa de Capurro. La instalación de la Compañía de Tranvías al Paso del Molino y el Cerro, a partir de 1869 , con vagones tirados por caballos iba a tener importante influencia en el destino de la zona. En efecto, dicho “tranvía” como era denominado – estableció dos ramales desde la que ya era calle Agraciada hacia la costa por las calles Espinosa (actual Capurro) y Francisco Gómez. El de la calle Espinosa llegaba hasta los barrancos inmediatos a la playa ; y el ramal de la calle Gómez, terminaba en la vía férrea, inaugurada, precisamente , el 1º de enero de aquel mismo año, 1869. Por consiguiente, al existir un medio de transporte de tales características, la playa de Capurro se fue popularizando como zona balnearia. Es así que ya , en 1872 , la “Compañía de Carritos de Ramírez y Capurro” atendía un “Recreo” donde , al decir de su publicidad, se expendía “agua mineral de Vichy” y también “aguas alemanas llegadas por el ultimo vapor” Las familias que desde la ciudad iban en el “tram-way” , en sus “landeau”, volantas y victorias y en carruajes de alquiler , disfrutaban no solo del uso de los carros de madera tirados por una mula, con el hombre llamado bañador que la montaba y que llevaba a las damas encerradas en el habitáculo de madera con cuatro ruedas “mar adentro” , dejando el artefacto y regresando a la costa con el animal para ir a recoger a las bañistas mas tarde. Algún tiempo después, se estableció una línea de vaporcitos desde el puerto al Cerro. En verano, el barquito, en dos de sus viajes , recalaba tanto a la ida como al regreso , en el muelle de Capurro. El boleto, desde el Puerto al Cerro costaba “dos reales” y a Capurro, la mitad.

Para eso entonces, Juan Bautista Capurro había fallecido el 27 de noviembre de 1872, habiendo cumplido una importante gestión empresarial y destacándose entre los integrantes de la numerosa colectividad italiana de nuestro país, habiendo merecido que el rey de Cerdeña le confiriera – en 1859 – la condecoración de la Orden Religiosa y Militar de los Santos Mauricio y Lázaro, en el grado de “Caballero”. Por lo demás había mantenido una estrecha vinculación y amistad con José Garibaldi, siendo el principal sufragante de los gastos requeridos para armar el barco “Speranza” en que “El héroe de Dos Mundos” regreso a Italia. En 1870 , fue designado por el Gobierno de la República para integrar la Comisión de Comerciantes y Propietarios, en representación de la colectividad italiana, en la que actuó poco tiempo. También formó parte del grupo fundador del Banco Italiano, el Ferrocarril Central, el Hospital Italiano, la Compañía de Aguas Corrientes y el Teatro Solís, en unión con notorias figuras de la época, manteniendo además sus propias empresas.

Las actividades de sus hijos Juan Alberto y Federico vinieron a ser pioneras en cuanto al destino industrial del barrio Capurro. En efecto: ambos hermanos fundaron una sociedad que instalo una fabrica de almidón, una destilería de alcohol y la Cervecería Germania, ubicadas todas ellas en al zona de Capurro , donde actualmente se levantan las instalaciones de ANCAP. Otra importante iniciativa del Ing. Juan Alberto Capurro, fue la formación de una sociedad denominada “Gran Balneario en Playa Honda” , cuyo capital integraron distinguidas personalidades de la banca , la industria y de la política. Dicha sociedad confió al Arq. Juan Tossi la confección de los planos de un hotel a construirse en Capurro frente a la “Playa Honda”, con capacidad para 450 pasajeros en 285 habitaciones y dotado de un gran Restaurante, con amplias terrazas, gimnasio y sesión hidroterápica así como también de un amplio local al aire libre para cervecería y teatro, con pabellón de música y desembarcadero y una vaquería al fondo de los jardines que rodearían al suntuoso hotel. Su costo fue estimado en $ 650.000 y el precio de la pensión completa seria de $ 2.50 por día y por persona. Sin embargo tan ambicioso proyecto, concebido en medio de la euforia de los años 1887 y 1890, conocida como la “época de Reus”, como tantos otros proyectos, se frustraron al sobrevenir la crisis de 1890 que apareóo la quiebra de los Capurro. En consecuencia, asimismo, cesaron en su actividad la fábrica de almidón y la cerveza, pasando la destilería de alcoholes a propiedad del francés Meillet. En cuanto a la extensa propiedad de 24 manzanas cuadradas, fue fraccionada y vendida permaneciendo solo el solar donde estaba edificada la casa quinta en poder de la familia.

A comienzos de este siglo, la casa fue alquilada a la Dirección General de Instrucción Pública para sede de las Escuelas Nos. 47 y 108. Actualmente, la moderna sede de dichos establecimientos educacionales ha sustituido la antigua edificación de los Capurro. Con el tranvía a caballo, la zona se convirtió rápidamente en balneario, cuyas instalaciones se concretaron en 1900. Desde entonces, se verifico un creciente desarrollo. En 1906 el tranvía eléctrico facilito el traslado de la ciudad hacia Capurro. Y en 1910, Esteban A. Elena, Director General de “La Transatlántica” , impulso la creación de un parque moderno y de una adecuada ambientación arquitectónica del balneario. Fue asi que el 30 de diciembre de dicho año se procedió a la inauguración, en esa noche de verano, del parque trazado por el Arquitecto Julio Knab y de las construcciones planificadas y realizadas por el notable arquitecto italiano Juan Veltroni, radicado en nuestro país, desde los 22 años de edad y ya consagrado en su patria, donde había nacido en Florencia el 21 de noviembre de 1880. En la ceremonia inaugural se hicieron presentes el Ministro de Alemania, Sr. Schaffer, el Intendente de Montevideo Daniel Muñoz, El Dr. Pedro Visca, Enrique Capurro, Luís Gorlero y Raúl Montero Bustamante, entre otros. De entre los varios oradores, cabe destacar a don Esteban A. Elena “alma mater” de la obra, que mantuvo su esplendor y sostenida concurrencia hasta la década de los años treinta , en que el balneario de Capurro comenzó a ser desplazado en las preferencias del publico por las playas del sur de Montevideo y del este del país. Además , al poco tiempo, también se inauguro una pista de patinaje. Sobre la misma “Anales Mundanos” – citado por Alfredo Castellanos – en su Nº 4 del año 1915, decía :

“La playa de Capurro, punto céntrico de la amplia bahía, es quizás nuestro sitio costero mas preciado. A pocos pasos de la costa, surge esplendorosa nuestra campiña con todos sus atractivos, con sus mágicos panoramas. Y sobre tan elegido pedazo, circundado de jardines que los dibujan graciosamente infinitos senderos, ramplas, elegantes balaustradas, un hotel de relevantes meritos arquitectónicos, se alza una pista que dice la última palabra en el género. Su piso de asfalto reúne las más amplias ventajas para el sport. Caprichosas curvas, multiplican las cualidades y los meritos, significándola con altos calificativos. Y nuestra sociedad, que olvidaba en su programa numero tan selecto, ante el resurgimiento de sitio tan deseado, le ofrece con mayor entusiasmo su favor, y se congrega asiduamente. Las tardes mueren al regreso de la graciosa caravana, que retorna febril después de las prácticas sportivas. De noche, al amparo de una generosa luminaria, se repiten las reuniones con tanto éxito como las diurnas. Ambiente elegante, denotador de buen gusto, se sustenta en el atrayente paseo. Como dato interesante, ofreceremos el programa de reuniones que rige en el Skating de Capurro. Los domingos de 3 a 6 de la tarde, tienen lugar las reuniones de moda, amenizadas con un variado programa de concierto, que ejecuta la banda dirigida por el maestro Lanza. Los lunes de noche, reuniones anglo-uruguayas, a las que asisten conocidas familias de la colectividad inglesa, y los demás días hábiles reuniones de tarde”

Abandonado durante largo tiempo, el parque y las hermosas construcciones de Capurro vinieron a tener actualización al construirse la nueva avenida de acceso a la ciudad que involucra a la Rambla Baltasar Brum y que puso, nuevamente de manifiesto el injusto olvido y deterioro que el desuso y el paso de los años han obrado sobre la otrora hermosa y concurrida zona. Esta evidencia determinó que, a comienzos del año 1988, el entonces Intendente Municipal, Ec. Julio M. Iglesias, en acuerdo con el Director de Planeamiento Urbano, Arquitecto Francisco Seré, resolviera se procediese a trabajos de reconstrucción en el Parque Capurro, en el perímetro delimitado por la citada avenida de acceso a la ciudad, la calle Juan Maria Gutiérrez y la Avda. Capurro. La empresa encargada de los trabajos, que serian licitados, debería construir barandas iguales a las existentes además de sus correspondientes pasamanos, balaustradas-un total de 230- y zócalos. También se remodelaría la escalinata central y se haría el sellado de aberturas. Entre las obras propuestas por Planeamiento Urbano se cito la impermeabilización de las terrazas y escaleras actuales, junto a canalizaciones para el alumbrado y colocación de nuevas luminarias. Se previó, asimismo, la construcción de pavimentos de baldosa de Pórtland gris de nueve panes para la acera de avenida Capurro y caminerias en el sector superior, además de cordoneras de ladrillos y colocación de nuevos bancos. Para devolver su antiguo esplendor al parque capitalino, se restaurarían jarrones y macetones, los mismos que medallones seriamente deteriorados por el paso del tiempo.


Ver este sitio de la Intendencia de Montevideo
Wikipedia: Población negra en Argentina.



 Abolición de la esclavitud en nuestro territorio

La ley de abolición de la esclavitud fue promulgada en nuestro país el 12 de diciembre de 1842 por el gobierno de la República.


En ese momento, la República Oriental del Uruguay estaba inmersa en el conflicto conocido como la "Guerra Grande" (1838-1852). La misma consistió en un enfrentamiento regional armado que involucró a los diferentes bandos que conformaban la realidad política del Río de la Plata en los inicios de la independencia. En nuestro país se registra el primer choque entre las divisas tradicionales: por un lado, los "blancos" liderados por Manuel Oribe y aliados a los Federales argentinos, cuyo caudillo era el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. En el otro bando se encontraban los "colorados" acaudillados por Fructuoso Rivera,  aliado a los Unitarios argentinos y apoyado por Inglaterra y Francia. 
En el año 1842 el ejército de Rivera sufrió importantes reveses militares en la campaña oriental frente a las fuerzas de Manuel Oribe. El 6 de diciembre de 1842 el gobierno colorado perdió definitivamente el control militar de la campaña al ser su ejército derrotado por Oribe en la batalla de Arroyo Grande. A partir de ese momento las operaciones militares se sitúan en territorio oriental y comienza el prolongado sitio de Montevideo por parte de las fuerzas de Oribe, asedio que se extenderá hasta el final de las hostilidades en 1852. Es en este contexto, en el que el gobierno colorado, prácticamente encerrado en la capital, decreta la ley de abolición de la esclavitud, planteando lo siguiente:

"(...) Considerando:
(...) Que en ningún caso es más urgente el reconocimiento de los derechos que estos individuos tienen de la naturaleza, la Constitución y la opinión ilustrada de nuestro siglo, que en las actuales circunstancias en que la República necesita de hombres libres, que defiendan las libertades y la independencia de la Nación, decretan: 
"Artículo 1- (...) no hay más esclavos en todo el territorio de la República.
2º- El Gobierno destinará los varones útiles que han sido esclavos, colonos o pupilos, cualquiera que sea su denominación, al servicio de las armas por el tiempo que crea necesario.
3º- Los que no sean úitles para el servicio militar, y las mujeres, se conservarán en clase de pupilos al servicio de sus amos(...).
4º- Los derechos que se consideren perjudicados por la presente resolución serán indemnizados por leyes posteriores. "

Esta legislación, si bien tiene como base principios liberales que reconocen como derecho natural e individual la libertad -y completa un proceso iniciado en 1825 con el gobierno de la Florida, donde se había establecido la libertad de vientres y la prohibición del comercio de esclavos-  también responde a una necesidad circunstancial del gobierno, dejando  garantidos algunos derechos a los propietarios de esclavos,  permitiéndoles mantener sirvientes y habilitándolos -en caso de sentirse perjudicados por la ley- a reclamar una indemnización. Fuente: http://www.uruguayeduca.edu.uy/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID=139611


 LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD

Una de las cuestiones que preocuparon de forma especial a los masones del XIX fue la abolición de la esclavitud. De entre los numerosos ejemplos de ello puede citarse el que en el número 1 del Boletín Oficial del Gran Oriente de España se inserte un documento de la logia La Discusión del Gran Oriente Lusitano Unido en Madrid sobre «la humanitaria idea de la abolición de la esclavitud». El documento dirigido «a todas las logias regulares» dice así:

“Queridos hermanos:

Considerando que la esclavitud del hombre es un ultraje a la víctima forzosamente sometida, una afrenta a la humanidad y una vergüenza a la sociedad que la tolera y consiente;

Considerando que el primer y más grande deber de todo masón es ver en cada hombre un hermano, cualquiera que sea su raza y su color;

Considerando que la masonería tiene por principal objeto levantar al hombre de su postración social y política hasta el más algo grado posible de cultura, dignidad y valimiento;

Considerando que el estado de esclavitud embrutece y denigra al hombre, oponiéndose al desarrollo de sus facultades morales e intelectuales.

Los que suscriben, deseando que la masonería lleve a España sus levantados y humanitarios fines, como masones sinceros y como españoles honrados, desean que se haga justicia a la desgraciada e inofensiva raza africana, y ambicionando que la masonería patria tome la parte activa que de deber le corresponde en la redención de los esclavos que existen en las provincias ultramarinas de España,

Propone:

Que el Consejo de la R. L. La Discusión redacte y dirija una breve exposición a las próximas Cortes, pidiendo la abolición inmediata de la esclavitud”.

Boletín Oficial del Gran Oriente de España nº 1, 1 de mayo de 1871, pp. 6-7.


"En cada fiesta patria en que la libertad es el motivo de festejo, el ritual se repite: primero, la notificación con las instrucciones de cómo hay que vestir al nene para el acto; después, las alpargatas desflecadas, los pastelitos, el aguatero, el que vende velas, todos con las caritas pintadas con corchos quemados y, como paseando por una realidad que parece no ser propia, camina altiva la dama con peinetón y el caballero con levita. El plano se repite cada año con algunas variaciones mínimas: atrás los negros y, adelante, los blancos patriotas. Y todos terminan diciendo: "¡Viva la patria!"

¿El saldo? De 10 chicos que participaron en el acto patrio, por lo menos siete hicieron de "negros", es decir, actuaron de gente que no ven, que no quieren ver, que no pueden ver; personas que existieron, pero que parece que se las tragó la tierra, que trabajaron a destajo en un pasado que se enseña como alegre y dicharachero, y que los niños no indagan. Dina Picotti, doctora en Filosofía por la Universidad de Munich, está acostumbrada a estas consultas. Ella, que se doctoró con una tesis sobre la superación de la metafísica como tarea histórica en Martin Heidegger, dedicó gran parte de su vida a estudiar la presencia negra en la Argentina y América, cómo se originó y se manifiesta en cada uno de los aspectos de nuestra vida y cultura.

Dina es una entrevistada misteriosa, de rostro bonito, delgada, elegante y edad indefinida. Nos abre la puerta de su casa en el Bajo Belgrano y la gran sala de estar, de color celeste, alberga cuadros, tallas, fotos y artículos africanos de una belleza extraña, que sólo se encuentra en aquel continente.
Y nada es casual. Porque Dina, que se fue de Villa Regina, Río Negro, a doctorarse en filosofía en Munich en la década de los 60, conoció en esa ciudad alemana al hombre de su vida, el padre de sus tres hijos, el ingeniero amoroso que construyó obras y caminos acá y en Africa, Abdourahmane Camara, guineano musulmán, negro y "muy buen mozo", como ella misma apunta, mientras sonríe levemente.

Cuenta Dina que a pesar del islam, al que Camara adhería, en los primeros años de los 70, la pareja se casó por la Iglesia Católica en Villa Regina y el evento constituyó allí una sorpresa: la blanca, muy blanca, desposándose con un negro, muy negro, fue el comentario general de sobremesa. "Todos pasaron por la iglesia y los que no, fueron a ver las fotos", comenta, divertida, esta mujer que no se resigna a haber perdido a su esposo hace ya 10 años, pero que mira la foto de Alejandro, su único hijo vivo, mulato y hermoso, que toca música y canta con un deleite incomparable.

"Es que cuando volvimos de aquellas mecas de estudios de posgrado, como era Munich, -dice Picotti- nos preguntamos qué debíamos  pensar nosotros mismos, a partir de nuestra experiencia. Pero entonces advertimos que en verdad no conocíamos la propia historia,  porque no nos la habían enseñado; por ello comencé a bucear en las culturas que hacen a nuestra identidad, concretamente en las indígenas que habitaron también el valle del Río Negro."

Y acá vendrá la primera de muchas sorpresas que nos regalará a lo largo de la charla: "Daba clases de filosofía, pero me planteaba todo desde la perspectiva de cómo pensar aquí las grandes cuestiones, el hombre, sus prácticas, historia y cultura, llegando de este modo a preguntarme si en realidad aquí no hay negros, como solía decirse. Cabe recordar que cuando se le preguntó a un ex presidente argentino qué pasaba con los negros en su país respondió que ese problema lo tenía Brasil". Subraya la palabra problema como una de las que tenemos que desterrar del lenguaje: las demás se las dirá a esta cronista durante la charla.

 -¿Y por qué con su esposo decidieron radicarse aquí y no en Africa?

- Por las guerras y en general la difícil situación que viven los países africanos.

A través de la investigación, Dina se dio cuenta de que la presencia negra era más importante de lo que se solía aceptar y que el aporte a todos los aspectos de nuestra vida e historia era tan doloroso como inconmensurable. Y dice: "Por ejemplo la palabra «tango», entre otras, es de origen africano y la invisibilidad que se produjo fue tal, que ya nadie se acuerda de que Carlos Gardel tenía un guitarrista negro".

"La Argentina empezó a negar a los negros por el hecho de estar relacionados con la esclavitud, y a mí me interesaba rescatar el valor que tuvo y tiene su presencia, porque toda cultura significa una experiencia humana irreemplazable. Entonces, no reconocer una cultura significa perder una parte importante de la historia humana, es impedir nuestro auto- reconocimiento".

Dina dice todas estas cosas con una sencillez llamativa y se concentra para dar respuesta en alguno de los muchos objetos africanos que decoran su casa. Asegura que una buena  parte de la población argentina tiene impronta africana, aunque no lo sabe o quizá no quiere saberlo.

"Se lo advierte en diversos rasgos físicos y culturales, yo lo veo", y cuenta que, por ejemplo, el artista uruguayo Carlos Páez Vilaró seguramente tiene antepasados afro.
"Es que mirá, gran cantidad de esclavos negros ingresaron en el Río de la Plata por el puerto de Buenos Aires a través de diversos asientos, a los que hay que agregar los que venían de contrabando y que luego eran repartidos por el interior hasta Chile y el Perú. En algunos países, esas comunidades se mezclaron menos, pero aquí hubo un intenso cruce entre blancos, negros e indios, y se fue perdiendo el color.

-¿Se sabe cuántos negros había en la Argentina hace 200 años?

-Se supone que un tercio del total de la población de Buenos Aires colonial era negra, y las estadísticas del centro, oeste y norte de país superaban el 50%, en ciertos lugares, como Santiago del Estero, llegaba al 90%, pero después ya no se los registró en los censos. Esperemos que este año se pregunte claramente por el origen del encuestado para poder apreciar si ascendió del 5 o 6% la actual población de color, que se estima según una prueba piloto hecha hace un par de años.

¿Qué pasó?  No desaparecieron simplemente a causa de las guerras y las pestes, como se afirma; se mezclaron, dice Picotti, y aclara que el así llamado "cabecita negra" venido del interior  tenía en buena parte ascendencia negra. Agrega que hay bastantes datos, entre ellos una cerámica precolombina existente durante ocho siglos, que testimonian ya una relación precolombina de culturas negras con las nativas de América.

"Además de la presencia esclava tuvimos luego una inmigración importante de Cabo Verde durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y desde los años 90 una inmigración reciente africana y afroamericana que procede de diversos países, por ejemplo, hay más de 1000 senegaleses, que sólo se involucran con sus pares, viven en hoteles y suelen tener la familia en su continente."

Las referencias de Picotti son tan interesantes que es difícil no caer en la muletilla de preguntarle qué palabras o qué costumbres hemos incorporado de la negritud. Y siguen las sorpresas: palabras como "tango", "zamba", "mucama", "marote" o la expresión "fulo de rabia" son de origen negroafricano;  el arroz en la comida, la percusión en la música, el 2x3 que está en el ritmo del folklore y los ritos animistas, aunque ésta es otra de las palabras que Dina quiere desterrar del lenguaje, porque supone desconocimiento desde una visión eurocéntrica. "Quienes fueron rebajados a esclavos, enviados como frente de choque a las guerras,  empleados en condiciones inhumanas en toda suerte de trabajos, supieron sin embargo devolvernos canto y danza, que son lenguajes superiores."

Y habla de los tambores que, dice, llegaron a ser la voz de los sin voz, "un lenguaje convocante. Y la danza. Los niños negros antes de aprender a caminar danzan, es el lenguaje por excelencia, porque es expresión de vida. Pienso que hay un subsuelo negro entre nosotros, que se manifiesta de diversas maneras, incluso en las síncresis religiosas, donde por ejemplo cada santo cristiano tiene su correspondencia africana.

Dina y su hijo conocieron a sus familiares africanos mucho tiempo después de que Camara y ella se casaran. Fueron a Angola, Mali, Guinea y vieron lo bello y la riqueza humana y natural de esa tierra, pero también la devastación y la pobreza. Años más tarde, el ingeniero Camara volvió a su continente a construir colegios, rutas y puentes, y regresó también dolido de ver tanta corrupción interna y externa que mantiene a la población en condiciones inaceptables. "Continúan así -comenta Dina-, la familia tiene tierras, pero apenas subsisten, sin servicios sociales básicos; no he regresado desde entonces."

Ya es tarde, Picotti acompaña a La Nacion hasta la puerta, pero se detiene para mostrar en el escritorio una foto de su esposo. Hay, todavía, un deseo irrefrenable de verlo en este instante, unas ganas contagiosas de acercarse, pero se contiene y sólo saluda. Y queda sola. En esa casa con tantos espíritus...

 

PERFIL

DINA V. PICOTTI DE CAMARA Doctora en filosofía (Video)

Quién es: se doctoró con una tesis sobre la superación de la metafísica como tarea histórica en Martin Heidegger, dedicó gran parte de su vida a estudiar la presencia negra en la Argentina y en América, cómo se originó y se manifestó en cada uno de los aspectos de nuestra vida y cultura. Ha editado una docena de libros sobre esta temática y es investigadora en temas de filosofía contemporánea, filosofía de la historia y pensamiento latinoamericano. Se doctoró en Filosofía en Munich. Estuvo casada con un ingeniero guineano, padre de sus tres hijos.

Es directora de su Instituto de Pensamiento Latinoamericano y Directora del doctorado de Filosofía del mismo claustro. Ha sido coordinadora de la Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de la Matanza."




Ultimos cambios: 8 de noviembre de 2021



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